Cuidado con trivializar Pentecostes

Cuando yo era niño, Pentecostés podía pasar casi desapercibido. Se cumplía a la letra lo que dijo Y. Congar en su hora, que el Espíritu Santo era el “gran desconocido.” Poco a poco, y en buena parte debido a la Renovación Carismática, en mi país y en muchos otros lugares se tomó más conciencia de la grandeza de esta fiesta litúrgica, y sobre todo, de la importancia de la acción del Paráclito en la vida de los cristianos. Surgieron así celebraciones, típicamente “vigilias,” en las que se destacaba y se destaca el poder del Espíritu, y también el gozo y fuerza que trae a los fieles.

Ahora el peligro es otro: cuando reúnes jóvenes–especialmente jóvenes–y la gente está “en buena onda” es fácil tener una fiesta agradable que ya no tiene demasiado que ver con el Espíritu de Dios, y que en cambio puede llenarse del espíritu del mundo, o de otros espíritus que no son limpios ni llaman a conversión y santidad. Mi experiencia en este sentido no ha sido la más hermosa en los últimos años y por eso pido a todos que, así como queremos que la Semana Santa sea santa con la santidad de Cristo, así preservemos Pentecostés en la fuerza de Cielo que debe tener.

ESCUCHA Pregon de la Pascua 2013

Grabado en vivo durante la Vigilia Pascual 2013, en el Santuario del Señor de los Milagros, en Girón. Voz de Fr. Nelson Medina, OP.

Exulten por fin los coros de los ángeles,
exulten las jerarquías del cielo,
y por la victoria de Rey tan poderoso
que las trompetas anuncien la salvación.

Goce también la tierra,
inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero.

Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.

¡A Dios den gracias los pueblos,
alaben los pueblos a Dios!

– El Señor esté con vosotros.
Y con tu espíritu.
– ¡Levantemos el corazón!
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
– ¡Demos gracias al Señor, nuestro Dios!
Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario
aclamar con nuestras voces y con todo el afecto del corazón
a Dios invisible, el Padre todopoderoso,
y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre
la deuda de Adán
y, derramando su sangre,
canceló el recibo del antiguo pecado.

Porque éstas son las fiestas de Pascua,
en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles.

Ésta es la noche
en que sacaste de Egipto
a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.

Ésta es la noche
en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado.

Ésta es la noche
en que, por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos.

Ésta es la noche
en que, rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.

¡A Dios den gracias los pueblos,
alaben los pueblos a Dios!

¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido redimidos?

¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!

Necesario fue el pecado de Adán,
que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!

¡Qué noche tan dichosa!
Sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó de entre los muertos.

¡A Dios den gracias los pueblos,
alaben los pueblos a Dios!

Ésta es la noche de la que estaba escrito:
«Será la noche clara como el día,
la noche iluminada por mi gozo.»

Y así, esta noche santa
ahuyenta los pecados, lava las culpas,
devuelve la inocencia a los caídos,
la alegría a los tristes,
expulsa el odio, trae la concordia,
doblega a los poderosos.

En esta noche de gracia,
acepta, Padre santo,
este sacrificio vespertino de alabanza
que la santa Iglesia te ofrece
por medio de sus ministros
en la solemne ofrenda de este cirio,
hecho con cera de abejas.

Sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego,
ardiendo en llama viva para gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz,
no mengua al repartirla,
porque se alimenta de esta cera fundida,
que elaboró la abeja fecunda
para hacer esta lámpara preciosa.

¡Qué noche tan dichosa
en que se une el cielo con la tierra,
lo humano y lo divino!

¡A Dios den gracias los pueblos,
alaben los pueblos a Dios!

Te rogamos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
arda sin apagarse
para destruir la oscuridad de esta noche;

que, como ofrenda agradable,
se asocie a las lumbreras del cielo;
que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso
y es Cristo, tu Hijo resucitado:

Aquel que, al salir del sepulcro,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina glorioso
por los siglos de los siglos.

Amén.

Congreso de la Fe, 4 de 4, Creer en todo tiempo y saber celebrar nuestra fe

[Congreso en Poza Rica, México, en Marzo de 2013.]

Tema 4 de 4: Creer en todo tiempo y saber celebrar nuestra fe

* La fe es necesaria en todo tiempo. En el momento malo para evitar la desesperación; en el momento bueno para evitar la soberbia.

* La fe es necesaria en todos los oficios y profesiones, porque sin ella se pierde la perspectiva sobre quién es el ser humano, de modo que sin la verdad de Dios se disuelve la verdad del hombre hecho a imagen de Dios.

* Puesto que la fe es don; puesto que es regalo de tantísimo valor e importancia, es justo agradecerla y celebrarla.

* Para celebrar la fe, los cristianos seguimos el esquema general que viene del pueblo judío. Es un esquema basado en la secuencia temporal pasado – presente – futuro.

* Celebramos la fe en primer lugar mirando al pasado y haciendo MEMORIA de las maravillas del Señor. Esta fase la podemos llamar “anámnesis.”

* Celebramos luego la fe reconociendo en el hoy la PRESENCIA actuante y transformante de Dios por su Espíritu, cuya venida imploramos en la “epíclesis.”

* Y mirando hacia el futuro, confiamos en la PROMESA del señor, y aguardamos su “parusía.”

* Al celebrar la fe nos disponemos también para compartirla, de modo que todo discípulo está llamado a ser un misionero.

Que son los Laudes o las Laudes?

“La palabra laudes (es decir, alabanzas) explica el carácter particular de este Oficio cuyo fin es alabar a Dios. Obviamente, todas las horas canónicas tienen el mismo objetivo, sin embargo, se puede afirmar que laudes tiene esta característica par excellence…”

Laudes

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Conoces el himno acátistos?

“Título de cierto himno –o, mejor dicho, de un Oficio de la Liturgia Griega– en honor de la Madre de Dios. Es un título importante; ya que, mientras en otros himnos parecidos se permite que, en algunos momentos, la gente tome asiento, este himno, en parte se lee y en parte se canta, mientras todos permanecen de pie…”

Acátistos

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Sobre el acto de recibir la sagrada comunion

Yo no prefiero que se reciba la comunión en la mano pero tampoco puedo decir lo que no es cierto, es decir, que está prohibido porque no lo está. Ni tampoco puedo enseñar lo que tampoco es cierto: que implica profanación. comuniónLo que yo prefiero es que se comulgue en la boca, y de rodillas, pero no soy autoridad para imponerlo, ni tampoco estoy seguro de que esas cosas funcionen mejor impuestas.

Si se piensa bien, la razón para comulgar de rodillas y en la boca es por la manifestación exterior de una actitud interior, que finalmente es la más importante. Porque en lo que atañe a nuestro cuerpo, no sólo nuestras manos sino también nuestra boca, nuestra lengua, y todo nuestro ser son indignos de Cristo, el Santo de Dios. ¿O es que son indignas las manos y son en cambio dignos los dientes o la lengua?

Nadie recibe la comunión por ser digno con dignidad de igualdad. La dignidad que nos permite comulgar es el acto consecuente de rechazar el pecado y el acto resuelto de arrojarnos en la infinita misericordia de Jesús. El rechazo consecuente del pecado implica lo que nos enseña la Iglesia sobre estar en estado de gracia, lo cual implica una buena confesión si la conciencia nos indica que estamos en pecado mortal. La confianza en la misericordia implica apoyarnos en la grandeza de su amor que suple una multitud de nuestras deficiencias e ignorancias.

Debe aclararse que el Papa Benedicto XVI no ha dicho que hay que recibir la Comunión en la boca y de rodillas; ni tampoco el muy querido Cardenal Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, ha dicho eso. Ellos han mostrado de obra y de palabra muy claramente su preferencia y por qué es mejor hacerlo así, dando razones que muchos, y entre ellos yo mismo, tenemos como válidas en la mente y el corazón. Una buena síntesis puede leerse (en inglés) aquí. Pero pido que no pretendamos volver todo obligación porque no es esa la ley de la Iglesia.

Más que causar confusión equiparando sacrilegios y blasfemias con el acto de recibir la sagrada comunión en la mano, lo verdaderamente útil es mostrar de palabra y de obra el infinito valor del sacramento eucarístico, de modo que sea en primer lugar nuestro corazón el que esté postrado y rendido ante la majestad de Jesús en la Divina Eucaristía.

Dias de precepto

“¿Por que tener días de precepto? ¿No sería mejor que la Iglesia quitase los días de precepto para que los creyentes fueran a misa por amor y no por obligación? Respuesta: El amor es mucho mas que un sentimiento estéril… (sigue)”

dias de precepto

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Liturgia para todos

El P. Marco Antonio Montero Suárez, reconocido liturgista colombiano, ofrece en esta obra su saber práctico y teórico sobre una de las áreas de la vida de la Iglesia donde hace falta más formación y cuidado.

Liturgia para todos

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Riqueza y belleza de los sacramentales

“Casi siempre en nuestras culturas latinas los objetos se impregnan de cierto poder y superstición a manera de magia como amuletos y fetiches. En contraposición a ellos la Iglesia nos presenta los sacramentales como signos sagrados que representan los efectos espirituales obtenidos por las oraciones de la Iglesia (Canon 1166)…”

sacramentales

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