Anatomia visual

virtual body
Un tutorial exquisitamente pedagógico para asomarse a la complejidad y belleza de la anatomía humana. Bilingüe. Click!

Fragility and the Evolution of Our Humanity

Xavier Le Pichon is one of the world’s leading geophysicists, as well as a compelling spiritual thinker and a committed Catholic layman. He reflects on the meaning of what we call “humanity” through his discoveries in plate tectonics; his view of history and the life sciences; and his life shared in intentional communities that face human suffering. This is a programme from Speaking of Faith.

Los medios de comunicacion pueden hacer mucho bien o mucho mal

Reflexionando sobre los graves problemas que en el campo de la moralidad pública, de la propagación de las ideas y de la educación de la juventud, suscitan las técnicas audiovisuales de difusión, que tanto influjo ejercen en las almas, deseo hacer mías y confirmar las exhortaciones y disposiciones de mi predecesor en el ministerio papal, y contribuir a convertir en positivos instrumentos del bien los medios que la divina Bondad ha puesto a disposición de los hombres. Porque a nadie se le oculta las grandes posibilidades que ofrecen el cine, la radio y la televisión para la difusión de una cultura más elevada, de un arte digno de este nombre y sobre todo de la verdad.

Siendo Patriarca de Venecia me fue dado más de una vez recibir y exhortar paternalmente a exponentes del arte y de la industria cinematográfica. Cuando, por secreta disposición de la Divina Providencia, fui llamado al Sumo Pontificado, he podido expresar mi benevolencia a los directivos de la radio, de la televisión y del cine, y después no he omitido ninguna ocasión oportuna para animarles a ser fieles al ideal cristiano de su profesión.

Sin embargo debo deplorar con pena de mi corazón los peligros y daños morales que no pocas veces provocan ciertos espectáculos cinematográficos y transmisiones radiofónicas y televisivas que atentan a la moral cristiana y a la misma dignidad de la persona humana.

Por tanto exhorto paternalmente una y otra vez a los responsables de tales producciones y transmisiones a que sigan siempre los dictados de una recta y delicada conciencia, como conviene a quien se halla investido del gravísimo deber de educar.

Al mismo tiempo de nuevo encomiendo a la vigilancia y a la experta solicitud de mis Venerables Hermanos los Arzobispos y Obispos, las diversas formas de apostolado ya recomendadas en la citada Encíclica Miranda Prorsus y en particular las Oficinas Nacionales constituídas en cada país para dirigir y coordinar todas las actividades católicas en el campo del cine,de la radio y de la televisión (cfr. A. A. S., vol. XLIX, p. 783-4). Entre estas actividades recomendamos las iniciativas de carácter formativo y cultural, como la presentación y la discussión de las películas dotadas de especiales méritos artísticos y morales.

Juan XXIII Carta Boni Pastoris del 22 de Febrero de 1959.

La supuesta autoevidencia de la induccion para la ciencia moderna

La serenidad ayuda en la búsqueda de la sabiduría, Gallego.

Vamos a ver por qué llegamos al tema de la autoevidencia de la inducción.

Hace unos días empecé hablando de concepciones comunes sobre la ciencia. No son las mías (eso ya lo expliqué) sino concepciones populares sobre el tipo de conocimiento que da la ciencia. Como un ejemplo de lo popular que esto es invité ver el blog de Richard Dawkins, o un link del New York Times. Como Gallego pensó que yo escogía las citas que publica el New York Times, creo que es bueno mencionar aquí un par de links de un ateo extremadamente famoso: [1] y [2].

Yo había escrito que personas como Dawkins piensan de la siguiente manera: “La ciencia en cambio esclarece de modo progresivo y seguro las leyes que gobiernan el cosmos, los hechos acaecidos en la historia e incluso los factores que determinan la conciencia y el comportamiento humanos.” (A1)

Por supuesto que sigo creyendo que esa es la manera de pensar de ellos.

Continuar leyendo “La supuesta autoevidencia de la induccion para la ciencia moderna”

Un encuentro casero con la Inteligencia Artificial

Doble advertencia de entrada: (1) Para el estándar de profundidad y seriedad de temas tratados en este portal, el presente artículo corresponde más a la categoría de un divertimento; sin embargo, las reflexiones finales pueden abrir un diálogo no exento de interés e implicaciones de sorprendente alcance. (2) El estudio de traducciones automáticas implica la presentación sucesiva de textos y por ello este artículo es más largo que mi propio promedio.

Cuando nos hablan de robots o de inteligencia artificial el primer pensamiento puede ser el de las películas de ciencia ficción: androides; máquinas complejísimas que integran un ‘cerebro’ que corresponde a un computador extraordinariamente avanzado, y una serie de dispositivos de alta precisión tecnológica, diseñados para emular manos, pies, o simplemente gestos faciales.

La verdad es que la inteligencia artificial está aquí y la estamos usando muchos de nosotros todos los días. Los algoritmos que producen los resultados en cualquier búsqueda de Google son un ejemplo familiar de un proceso automatizado de increíble complejidad que se basa no sólo en la memoria sino también en tomar decisiones sobre qué resultados deben aparecer primero. El sistema se retroalimenta, de modo que, hasta cierto punto, cada vez que usamos Google lo hacemos más “inteligente.”

Pertenecen también, y cada vez más, al escenario urbano los sistemas de reconocimiento de voz. Aquello de llamar a un número y que nos pidan que digamos la opción que deseamos tomar dentro de una lista de posibilidades implica de hecho un complejo programa que tiene que reconocer, no un archivo de audio específico, sino un perfil de sonido, para saber, por ejemplo, si la persona dijo “Viajes” o dijo “Mi cuenta.”

Un modo de “jugar” un poco con los sistemas de toma de decisión sin entrara en las entrañas de su abstruso código es ver los sistemas automatizados de traducción, como Google Translate. La idea no es mía. Usuarios en Alemania pensaron primero qué sucede si uno toma un texto A1, en alemán, y lo traduce (automáticamente, claro) a un texto I1 en inglés. La cosa se vuelve interesante cuando luego se intenta usar el mismo sistema para retraducir I1 al alemán, con lo cual se obtiene A2. Por supuesto, el ciclo se puede seguir, pero siempre se llega a una situación en la que A(n) y A(n+1) son iguales, con lo cual ya se sabe que de ahí en adelante el sistema no ofrecerá nuevas posibilidades. Es un ejercicio interesante, a veces divertido, que pronto revela cómo es de complejo y rico el lenguaje humano.

Continuar leyendo “Un encuentro casero con la Inteligencia Artificial”