Un fragmento del archivo PDF vinculado: “Es clásico el dilema del tren: un tren avanza a gran velocidad hacia un lugar donde están cinco personas trabajando en la vía. El voluntario debe decidir si debe permitir que el tren arrolle a los cinco, o arrojar a las vías a una persona para frenar el tren e impedir que embista a los cinco: una vida frente a cinco vidas. La mayoría de los voluntarios deciden, y de forma rápida, no empujar a la persona que tiene a su lado. Joshua Green ha mostrado que el contexto personal de causar un daño directo a una persona, activa de forma intensa las áreas implicadas en el procesamiento de las emociones – la amígdala cerebral, A – mostrando que la toma de decisiones morales entraña una componente emocional, que contribuye a las respuestas emocionales rápidas y automáticas, independientes de cualquier contexto. Pero no sólo, sino que se activan la corteza orbitofrontal, OFC, que evalúa conscientemente la respuesta, la corteza pre-frontal ventromedial, PFVMC, que se activa cuando aparecen los sentimientos de compasión y otras emociones sociales; y también se activan los sistema de recompensa. Tal sistema cognitivo-emocional desencadena una respuesta rápida y proporciona un atajo hacia lo correcto en situaciones que exijan una actuación inmediata…”
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