“La vocación de la mujer surge del reconocimiento de las capacidades y dones que son, en general, más característicos de la mujer que del hombre. Éstos incluyen una particular facilidad para la amistad así como para alimentar la existencia y pueden y debieran ejercerse en todas las áreas de la cultura, tanto pública como privada. En realidad, hay una necesidad urgente de que la mujer acepte el desafío de “reconciliar a los hombres con la vida”. Centrándonos en la obra de las filósofas Edith Stein y Sara Ruddick, se presta atención a las virtudes requeridas para ejercer esta tarea de la maternidad espiritual centrada en la persona. El documento termina con una consideración sobre modelos de papeles disponibles para las mujeres que desean vivir bien su vocación…” Click!