Si Dios estaba advirtiendo a Pilato a través de su esposa: “No te metas con ese Justo” (San Mateo 27,19), agotando hasta el último recurso para tocar y cambiar su corazón, ¿qué habría pasado, si en su libertad, Pilato hubiera elegido no condenar a Jesús? No sé; ¿no era la voluntad del Padre la Cruz de Nuestro Señor? ¿No debía cumplirse lo que sucedió? ¿Habría sido Jesús condenado de todas formas? O, ¿Dios tendría otro plan de salvación? O tal vez, ¿no debe uno hacerse esas preguntas? Es que llegan al pensamiento, y me pareció ver como una contradicción. Gracias, Fray Nelson. Saludo y abrazo. -María Magdalena G.
Hay un tema relacionado que puede leerse junto a este: “Los misterios de Judas Iscariote”.
Ahora bien, las preguntas sobre lo que hubiera podido pasar son extremadamente atrayentes–y extremadamente difíciles. Aún en cosas relativamente triviales la mente humana siente que el árbol de las posibilidades se abre más allá de lo que uno puede medianamente analizar. Recordamos todos el atentado del 11 de Septiembre de 2001 a las Torres Gemelas. Hemos oído también más de una historia relacionada con personas que ese día tenían que haber estado en esos edificios, pero que por ejemplo por un atasco en el tráfico o un resfrío, o que olvidaron poner el despertador iban a llegar tarde, y esos minutos los salvaron. Examinemos eso: poner el despertador en la hora es un acto que toma unos pocos segundos y quizás oprimir un par de botones, y eso pudo hacer la diferencia entre estar vivo o quedar muerto. Y luego ese, que quedó vivo, se casa y engendra un hijo, y ese hijo se hace sacerdote, y ese sacerdote pasa por una calle el día en que yo voy a tener un accidente en Taiwan, y gracias a eso, yo no muero sin recibir la absolución de un sacerdote. Esa clase de relatos tienen una cierta fascinación en la mente humana, ya desde hace miles de años.