Causas de la violencia: Hace pensar la creciente violencia imperante en todos los ámbitos del mundo y de nuestra sociedad. Pero perturba todavía más la exaltación abierta que se hace de ella, por pare de personas y hasta de países, sin respetar siquiera el universo infantil. Necesitamos cuidarnos para que la pasión no haga de nosotros seres adictos a la violencia. Era lo que más temía Pablo para los nuevos cristianos: “Queridos míos, no se venguen, no se dejen vencer por el mal; venzan el mal con el bien” (Rm 12,19-21). Tratemos de profundizar para ver a qué podemos atribuir este crecimiento casi astronómico de la violencia.
En este campo son múltiples las causas, no podemos ser simplistas. Pero hay una estructura, que ha sido erigida en principio y que explica, en gran parte, la atmósfera general de violencia de nuestro mundo y este principio es la competitividad o la competencia sin límites.