Arrepentirse suele ser visto como un acto de debilidad o incoherencia y tiene mala prensa hoy. La Sagrada Escritura nos muestra por el contrario que sólo aquel que sabe arrepentirse sabe también abrir su vida a nuevas y maravillosas posibilidades.
101. A qué he venido a tu vida
101.1. ¿A qué me envía Dios a tu vida? Esta pregunta debería resultar fácil de responder. La piedad del pueblo creyente nos llama “Ángeles de la Guarda” o “Ángeles Custodios.” Son expresiones bellas que indican una especie de protección o providencia de parte nuestra, y que reconocen, de vuestro lado, la necesidad de ser cuidados y provistos.
101.2. Usualmente esta providencia se mira en términos de los riesgos físicos. El cuadro típico es el del Angel que guarda de caer a uno o unos pequeños niños. Es una imagen tierna que infunde confianza y cercanía la corazón humano, pero que de ningún modo agota nuestra misión. Otras expresiones y verbos dicen un poco más: inspirar, interceder, dirigir, enseñar, y desde luego amar. Ha querido Dios que seamos expresiones de su amor, y que, en razón de este amor, realicemos toda otra obra.