52.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
52.2. Ahora veo que te preguntas menos por lo que tienes que hacer y más por lo que estás llamado a ser. Es un avance, hermano y amigo mío. No eres tú el gerente de una empresa, ni el jefe de una corporación, sino el siervo de una Obra que te rebasa. Estás más llamado a contemplar lo que Dios hará, que a hacer para que otros contemplen. La infinita y diversísima obra del Espíritu Santo no se detiene.