Adoro Te, Devote

Durante la Novena a N.S. de Lourdes este año en Tallaght, no lejos de Dublín, el cantor interpretó el Adoro Te Devote, himno eucarístico por excelencia de Santo Tomás de Aquino. Felizmente quedó esta grabación en vivo, que les comparto.

Texto:

Adóro te devóte Iatens Deitas,
Quae sub his figúris vere látitas:
Tibi se cor meurn totum súbiicit,
Quia te contémplans totum déficit.

Visus, tactus, gustus in te fállitur.
Sed audítu solo tuto créditur.
Credo, quidquid dixit Dei Fílius
Nil hoc verbo Veritátis vérius.

In cruce latébat sola Déitas,
At hic latet simul et humánitas;
Ambo tamen credens atque cónfitens,
Peto quod petívit Iatro paénitens.

Plagas, sicut Thomas, non intúeor;
Deum tamen meum te confiteor
Fac me tibi semper magis crédere,
In te spem habére, te dilígere

O memoriále mortis Dómini!
Panis vivus, vitam praestans hórnini!
Praeta meae menti de te vivere.
Et te illi sermper dulce sápere.

Pie pellicáne, Iesu Dómine,
Me immúndum munda tuo sánguine.
Cuius una stilla salvum fácere
Totum mudum quit ab omni scélere.

Iesu, quem velátum nunc aspício,
Oro fiat illud quod tam sitio;
Ut te reveláta cernens fácie,
Visu sim beátus tuae glóriae. Amen.

Traducción:

Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte.

Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta Palabra de verdad.

En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la Humanidad; sin embargo, creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido.

No veo las llagas como las vió Tomás pero confieso que eres mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere y que te ame.

¡Memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura.

Señor Jesús, Pelícano bueno, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero.

Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego, que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria.

Amén.