3. ¿Por qué no el cielo, entonces?
Bueno, y si no se condenan los infantes que mueren sin bautismo, ¿no es más sencillo y directo decir que sí van al cielo, como quieren tantos teólogos actuales?
Hay razones pastorales que parecen desaconsejar notablemente que la Iglesia adopte una enseñanza semejante. Pensemos en la llamada Fecundación “In Vitro,” que como se sabe implica la producción de una serie de embriones humanos, y que a menudo deja embriones “de repuesto.” Si todos esos van para el cielo, no parecerá grave producirlos y luego desecharlos… Pronto se les unirán los abortados, los muertos por falta de alimento, y por supuesto los embriones usados para clonación: todos ellos tienen tiquete a la gloria celestial.