36.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
36.2. Hoy quiero meditar contigo sobre la presencia de Cristo en el desierto. Ante todo has de saber que el desierto no fue un accidente o una circunstancia temporal en la vida de Nuestro Señor. Desierto de amor rodeó su nacimiento, desierto de acogida sus palabras, desierto de gratitud su ministerio, desierta de vuestra compasión tuvo que alzarse su Cruz.