31.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
31.2. La Iglesia es una, como nacida y amada del único Dios. Servir a la Iglesia y servir a la unidad es uno y lo mismo, de modo que estos dos servicios se constituyen cada uno en medida y criterio para el otro.
31.3. Ahora bien, la unidad tiene su raíz en el amor. Como te he dicho en otra ocasión, sólo el amor es unitivo. Mira cómo a fuerza de sólo conocimiento lo que puedes encontrar, cuando miras a Dios y al hombre, son diferencias, tantas y tan grandes como las que hay entre el infinito y lo finito, entre lo necesario y lo contingente, entre lo eterno y lo temporal. Si sólo piensas en Dios lo sentirás lejano, y no le faltará verdad a esa conciencia de lejanía. El amor, en cambio, acerca, engendra cercanía.