Una definición difícil
No es tan fácil definir qué es algo feo o en qué consiste la fealdad. Tal vez la primera palabra que viene a la mente es “desproporción.” Lo feo es desproporcionado; peca por exceso o por defecto.
Según eso, uno esperaría que lo feo siguiera una regla sencilla: a mayor desproporción, mayor fealdad. La cosa no es tan sencilla. Si tomamos un rostro bello y lo sometemos a un poco de desproporción obtenemos un rostro feo. Pero si la desproporción se hace de modo extremo, por ejemplo, rompiendo la imagen en un millón de pedazos luego colocados al azar, lo que queda ya no es un rostro y por consiguiente tampoco es un rostro feo.