2. El Día que Cambió la Vida
Mientras la vida cambiaba dramáticamente en Aldún, pocos cambios tenía la vida de Juan. Sin embargo es bueno que contemos cómo se hizo ermitaño pues una cosa es vivir solo y otra ser un auténtico ermitaño.
Juan empezó por adaptar una especie de caverna natural a modo de vivienda. Hizo luego un jardín tal como siempre lo había soñado y nunca lo había podido tener.
Vestía por aquella época con pieles, bebía agua fresca del río, regía su tiempo por la luz del sol. Comía frutos secos y algunas hortalizas, según la temporada. De lo alto de un pico cercano divisaba bien las últimas casas de La Esperanza, y ya fuera porque mantenía ese contacto visual con lo que había sido su mundo, o porque siempre estaba ocupado en unas y otras cosas, en realidad no tenía ocasión de sentirse o saberse solo.