Casi Perfecto
Así como uno tiene grandes ideales también tiene pequeños caprichos. Recuerdo que le preguntaban una vez a una astronauta, recién llegada de vuelta a la tierra después de estar unos días o semanas en la Estación Espacial Internacional (ISS, por su sigla en inglés): “¿Qué desea ahora que de nuevo toca este planeta?” Uno podía imaginar respuestas desde lo sublime hasta lo trascendental, pero ella, una norteamericana típica, dijo: “¡Me encantaría tomar alguna bebida con gas!” En efecto: tales bebidas simplemente son imposibles en los ambientes limitados y supercontrolados del espacio orbital.