La enfermedad del Papa Juan Pablo II, ha causado un desmesurado interés, a pesar de las declaraciones oficiales del Vaticano, que quisieran sosegar los ánimos. No sólo por la edad y fragilidad del paciente, que a estas horas está hospitalizado en el Gemelli de Roma, sino porque los antecedentes de la enfermedad de Parkinson que él padece hacen humanamente muy difícil pensar en la recuperación, pues esta enfermedad afecta particularmente los músculos de la respiración.