Con un balance muy positivo y una alegría contagiosa y bella ha terminado el encuentro con SANCTUS. Estoy cansado pero muy feliz. Bendigo a Dios por el tiempo que pudimos compartir con los hermanos que vinieron de Ibagué y también por la acogida y solidaridad de los miembros de la comunidad de Sanctus-Bogotá.
¡Gloria a Dios!