Veinte días en Bolivia y Paraguay han significado una oportunidad de servicio en la fe a muchos hermanos pero también un balcón hacia una realidad nueva en su mayor parte para mí. Mercosur ha pasado de ser una palabra lejana a una clave de entrada a una realidad rica, compleja y dinámica que involucra miles y miles de kilómetros cuadrados y sobre todo millones de personas.