Parece que el accidente del tren en Inglaterra no fue un accidente sino un acto suicida –y homicida– con el que alguien resolvió matar matándose.
Con inmensa tristeza registro el hecho, y me duele tanto pensar que alguien haga eso a sus conciudadanos como pensar que una nueva forma de terrorismo se cierna ahora sobre nuestra sociedad.
Todo esto nos llama a arrepentimiento, conversión y reflexión honda sobre el futuro mismo de nuestra forma de vida.
Kyrie, eléison.