Las distancias entre los amigos tienen causas mayores o menores. Las primeras son bien conocidas; corresponden a ofensas o decepciones serias que en últimas dejan este mensaje: “Nunca he debido ser amigo de esa persona.” Las causas menores en cambio corresponden a sumas de pequeñas cosas o pequeños descuidos que, sumados a lo largo del tiempo, engendran una distancia mental y afectiva que finalmente disuelve los lazos de amistad. Por su naturaleza, estas causas menores son mucho menos perceptibles y yo sospecho que en realidad tienen una responsabilidad mayor en que un mayor número de relaciones de amistad lleguen a su final. Pero veamos unas y otras causas más de cerca. Si la amistad es ese tesoro que todos creemos que es, es preciso saber cuidarlo y defenderlo.