Cuando hablo de Irlanda y su esplendorosa naturaleza, o de su historia marcada por el sufrimiento, por supuesto recuerdo vivamente mi propio país, mi Colombia amada y añorada. Voy a describir entonces lo que significa para mí venir de Colombia a este país sirviéndome de la imagen de un reloj tradicional, de aquellos de agujas y tic-tac.