Hace poco fui a hacer turismo por Dublín. ¿Lugar de destino? Una antigua prisión, Kilmainham. ¿Prisión? Sí, como se oye. Turismo en una prisión donde lo que vas a escuchar es un relato conmovedor de sufrimiento y heroísmo, hasta visitar las celdas en que pasaron su última noche muchos de los próceres de la República de Irlanda, antes de ser ejecutados en la horca o ante el pelotón de fusilamiento.