Pasemos revista a los escudos de los distintos países del mundo. ¿Qué encontramos?
Abunda, sin duda, el tema de la fuerza. El león, como en el caso de Gran Bretaña o España; el águila, como en los Estados Unidos, Alemania, Egipto o México; los laureles de la victoria, como en Italia; el cóndor, en fin, como en Colombia: en estos y tantos otros casos abundan las demostraciones de fuerza, sin olvidar la imagen de una represa hidroeléctrica, en el caso de Corea del Norte.
A veces ese poderío corresponde con una realidad histórica (de tipo imperialista); otras veces, parece más un deseo.
Algunos países, como Francia o Japón, no tienen un escudo oficial que identifique al país como tal; otros en cambio hacen alegoría a un rasgo del país, como la palmera de Cuba, o algo aspecto religioso como el símbolo taoísta en el escudo de Corea del Sur o la menorá del escudo israelí.