La vida trae un paquete complejo y a la vez apasionante, según vemos.
Vivir es el regalo de una existencia, de una pregunta… y del huidizo perfume de la esperanza.
Vivir es también la búsqueda, el coraje; es la capacidad de secar las lágrimas con una mano y seguir batallando con la otra.
Es ir más allá de nosotros. Es perder cada vez menos tiempo juzgando, porque invertimos más tiempo bendiciendo.
Es tener el valor de sonreír cuando ya es de noche y de orar cuando nadie nos mira.
Es callarse muchas veces y absolver muchas veces… a otros y a nosotros mismos.
Es un poco soñar mientras estamos despiertos y estar atentos mientras dormimos.
Es escuchar cien voces y cernir miles de discursos.
Es construir paso a paso una opinión y escribir cada noche un renglón, sólo uno, de una plegaria que nunca termina.
Es, en fin, tener siempre algo que agradecer, algo que pedir… para encontrar al final que sólo el amor hará posible que el Milagro antiguo, el Milagro de la Vida misma, siga su paso por este viejo mundo.