Los frailes han sido muy queridos. En contra de lo que antes me había dicho, el prior no me dejó abandonado a los taxis, sino que fue a recogerme al aeropuerto. Fue mi primera experiencia de “solo inglés” ya en Irlanda. Parece que me voy a defender bien. Incluso me felicitó, aunque yo sé que me falta mucho, especialmente en la fluidez al querer expresarme.
Me parece que las costumbres de la Provincia de Irlanda están marcadas por una serie de problemas vergonzosos que la Iglesia ha tenido en este país. Cosas como las de los EEUU con niños. Eso hace que hayan decidido no hacerse muy visibles en la calle, porque dicen que eso despierta mucha animosidad y rabia en mucha gente y a la larga resulta contraproducente. En pocas palabras, nadie usa hábito en la calle, y el prior me pidió expresamente que sguiera esa política de la comunidad. Obviamente, así lo haré.
El servicio de Internet es bueno. Como predijo Saulo, es del mismo nivel que el de Santo Domingo en Bogotá, aunque no con cableado sino “wireless”. Así que estoy muy elegante aunque tengo que conseguir algunos adaptadores para usar mi portátil.