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Esta santa reina tuvo el inmenso honor de conseguir la conversión al catolicismo del fundador de la nación francesa, el rey Clodoveo, ya que se unió en matrimonio con él.
Fueron tres sus hijos, pero uno de ellos murió a los pocos años de vida. La Santa oraba y pedía perseverantemente por la conversión de su esposo, el rey Clodoveo, pues éste era pagano y se negaba rotundamente a acceder a la conversión cristiana.
Cuando los alemanes atacaron a Clodoveo en la batalla de Tolbiac, el rey le pidió al "Dios de su esposa", que si le concedía la gracia de la victoria, él se convertiría a la religión católica.
Dios, que no desoye ninguna súplica, le concedió el milagro al rey francés, y de manera inesperada, el ejército del Rey Clodoveo derrotó a los enemigos.
De inmediato, el rey solicitó al Obispo San Remigio, que lo instruyera en la religión. Durante la Navidad del año 496 fue bautizado solemnemente con todos los jefes del gobierno. Gracias a su conversión, Francia profesa la religión católica.
En el año 511 murió Clodoveo. San Gregorio de Tours señala, que la reina Clotilde era admirada a causa de su gran generosidad, por repartir limosnas, por la pureza de su vida y por las largas y fervorosas oraciones.
La gente también afirmaba que la Santa parecía más una religiosa que una reina. Después de la muerte de su esposo, sí vivió como una verdadera religiosa. Se retiró a Tours, y allí consagró la vida a la oración y a socorrer a pobres y enfermos.
Cuando murió, sus dos hijos Clotario y Chidelberto llevaron el féretro hasta la tumba del rey Clodoveo.
Tendrá lugar el 26 de Diciembre de 2008. Estamos avisando con tiempo. DATOS: Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, Cra. 13 Calle 63, Chapinero, Bogotá; 7:00 - 8:30 PM; Tel: +57 (311) 208-6527. LLEVA ESTE CORREO IMPRESO Y RECIBE UN DVD de regalo y recuerdo. En el correo que imprimas debe aparecer tu dirección de correo, la cual será verificada. ACOMPÁÑANOS!!!
En aquellos días, cuando Ana hubo destetado a Samuel, subió con él al templo del Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. El niño era aún muy pequeño. Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Elí, diciendo: "Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo." Después se postraron ante el Señor.
Mi corazón se regocija por el Señor, / mi poder se exalta por Dios; / mi boca se ríe de mis enemigos, / porque gozo con tu salvación. R.
Se rompen los arcos de los valientes, / mientras los cobardes se ciñen de valor; / los hartos se contratan por el pan, / mientras los hambrientos engordan; / la mujer estéril da a luz siete hijos, / mientras la madre de muchos queda baldía. R.
El Señor da la muerte y la vida, / hunde en el abismo y levanta; / da la pobreza y la riqueza, / humilla y enaltece. R.
Él levanta del polvo al desvalido, / alza de la basura al pobre, / para hacer que se siente entre príncipes / y que herede un trono de gloria. R.
Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador. (1Samuel 2,1-8)
Evangelio
En aquel tiempo, María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre." María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
Ana y María son nuestras maestras de alabanza en este día. Ana, porque la esterilidad ha sido vencida; María, porque la virginidad es ahora fecunda. 4 min. 6 seg.
Lecciones de Ana, madre del profeta Samuel: (1) Bendecir; (2) Entender que el egoísmo es la peor esterilidad; (3) Saber que en Dios los hijos están siempre mejor. 7 min. 34 seg.
Mujer, tu plenitud está en dar vida la cual se da en tu apertura a la gracia divina, a tu fe que crece y madura, y a tu fecundidad que le da santos al cielo. 4 min. 22 seg.
Estamos llamados como Iglesia a unirnos cada día a la alabanza de Dios, proclamando que Él es quien hace posible y real lo que a nosotros nos parece imposible. 7 min. 46 seg.
Recordar las maravillas del Señor; ver las obras que está haciendo en nuestro tiempo; experimentar su presencia y su bendición en la propia vida; proclamar su grandeza y su bondad. 5 min. 33 seg.
Dios nunca se olvidó ni se apartó de ti, tú creías que Él estaba lejos, que se había apartado pero Él siempre estuvo contigo, su misericordia y su poder nunca se apartaron de ti. 6 min. 9 seg.
El plan de Dios para la mujer es que esté abierta a Él, al amor, a la vida, a la fecundidad, a la santidad; que esté llena de gratitud, de gozo, de docilidad al Espíritu, consciente de lo que pasa en el mundo. 5 min. 54 seg.
Lo mejor de ti no va a venir por el camino de la arrogancia, la soberbia, de la vanidad; solo la humildad nos permitirá ser hermanos, reconciliarnos y abrazados en torno al pesebre de Nuestro Señor Jesucristo. 4 min. 53 seg.
Para entrar en el camino de María debes avanzar por la humildad para reconocer lo que Dios hace por ti, lo que te lleva a la alegría interior que luego se desborda en la alabanza a Nuestro Dios, extendiéndose su señorío a toda la humanidad. 6 min. 37 seg.
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1.1 A nuestra mentalidad puede parecerle extraño que una madre done a su hijo, apenas terminada su lactancia. Mucho más si se trata de un hijo tan anhelado. Aún más si se trata de entregar ese hijo a Dios. Para nuestra sociedad occidental la religión es un asunto personal, y por ello decidir la vida de una persona de cara a Dios se ve casi como una ofensa a la libertad del individuo. Por todo ello, la primera lectura de hoy nos obliga a preguntarnos sobre nuestras propias opciones y nuestro modo de entender la libertad.
1.2 Procedamos por orden. Ana había pedido un niño a Dios, porque era estéril. No quiere, sin embargo, ser dueña de una vida sino testigo de una victoria. Y eso es lo que le da Dios y lo que ella canta, según hemos escuchado hoy: una victoria. La historia de Ana ha quedado señalada por el poder del Dios vivo y no por las fuerzas de la muerte o de la nada. El niño no es objeto de posesión sino señal de bendición. Una lección para nosotros: pedir a Dios algo no puede ser excluir a Dios de su pleno señorío sobre todo y sobre todos.
1.3 Está el tema de un niño consagrado a Dios. Para ser honestos, hemos de preguntarnos, cuando se trata de niños, qué opciones tomamos o toman sus padres. Es una ilusión pensar que la libertad consiste en no proponer o no decidir nada. El papá que nunca lleva a su hijo a una clase de religión ha tomado una opción por él: ha decidido mostrarle el mundo como un tejido de elementos, relaciones e intereses en los que Dios no importa. O como otros han dicho: no decidir es una decisión y no escoger es un modo, a veces pésimo, de elección.
1.4 Así que seamos críticos con nuestro mundo y nuestra cultura: ¿a qué están "consagrados" nuestros niños y jóvenes? ¿Hacia dónde se dirigen, casi inevitablemente, sus pasos cuando llegan a la adolescencia o a la educación superior? ¿Es acaso un azar, una gigantesca casualidad, que las estadísticas de droga, fornicación o aborto se disparen al llegar a ciertas edades, hasta el punto que podemos prácticamente predecir cuántos muchachos o cuántas niñas pasarán por esas espantosas realidades que seguramente los van a marcar de por vida? ¿No es esa una "consagración", lamentablemente no al Dios vivo, sino a los ídolos muertos?
2. Cantos de victoria
2.1 Ana canta con júbilo irreprimible que Dios ha vencido; María proclama con entusiasmo contagioso que Dios es grande y misericordioso. Creemos en un Dios que salva, un Dios que no es espectador lejano ni gerente ocupado de un universo ancho y ajeno.
2.2 Vivir significa escoger, y la escogencia fundamental es: ¿quiero, sí o no, ser el centro de mi propia vida? Si digo que sí, convierto mentalmente a los demás en mis siervos y los considero de entrada como gente que me debe pleitesía o servicios. Serán instrumentos de mi poder, no hermanos de mi caminar. Mi elección egoísta sólo puede ser destruida por un acto que restituya a mi hermano en su calidad de hijo amado del único Dios y Señor de todos.
2.3 Y porque tales son las consecuencias y el modo de nuestras acciones hay que decir que la justicia de Dios no es la de un observador neutral. La palabra "neutro" significa originalmente: "ni uno ni otro"; y no es así la mirada de Dios ni es así su actuar. Dios no es "ni de uno ni de otro" sino "de ambos, de todos". La justicia de Dios equivale a la realización de su señorío y a la llegada de su reinado. Frente a Él caen los imperios de nuestras pretensiones y mentiras, representadas en el cántico de María por aquellos que se tienen por ricos, soberbios y poderosos. Sólo su grandeza, sólo su belleza, sólo su sabiduría quedan en pie cuando aparece.