Las visiones de Ana Catalina Emmerich

¿Qué opinión le merecen las visiones de Ana Catalina Emmerich? – V. G.

* * *

Ana Catalina Emmerich fue una humilde religiosa agustina que vivió en tiempos muy difíciles (1774 – 1824), y que unió con fe y amor sus padecimientos, incluyendo los estigmas, que recibió en 1812, al dolor de Cristo por la salvación del mundo. Recibió además muchas manifestaciones sobrenaturales entre las que destacan numerosas visiones sobre la vida de Cristo, desde su nacimiento hasta su muerte y resurrección. De estas visiones hemos tenido noticia a través de las transcripciones y recopilaciones del filósofo Clemens Brentano. Sobre todo en lo relativo a la Pasión de Cristo, las palabras de Ana Catalina han tenido un impacto muy grande en muchas personas, en especial, en nuestro tiempo, porque sirvieron de base para muchos elementos del guión de la película homónima de Mel Gibson. Ana Catalina fue beatificada por el Papa Juan Pablo II en 2004, si bien en esa solemne declaración se distingue bien entre las virtudes de ella como persona y los escritos que de ella tenemos, los cuales no son oficialmente aprobados pero tampoco rechazados.

En general, es evidente que los escritos de Ana Catalina han infundido notable devoción en muchas personas. En alguna ocasión, por lo menos, resulta científicamente inexplicable la precisión de sus descripciones porque, sin haber ido nunca a Éfeso, ni ella ni su confidente Brentano, las palabras que están en su visión sobre la Virgen María condujeron a descubrimientos arqueológicos importantes.

Y sin embargo, el tema teológico del valor que debe darse a tales experiencias es muy complejo. Otras personas, como Luisa Piccarreta, han tenido también visiones de la Pasión de Cristo, y los detalles no necesariamente coinciden. Se trata de dos personas de gran virtud y oración pero resulta imposible dar un valor científico o de revelación vinculante (obligada) en la Iglesia a este tipo de palabras. ¿No hay algo de imaginación, o de proyección de deseos, temores o temas culturales en boga, en tales visiones? ¿Es la expresión en palabras absolutamente fiel a unas visiones que por su misma naturaleza trascienden la expresión del lenguaje humano?

Por eso creo que debemos quedarnos con la sobriedad propia de los pronunciamientos vaticanos: estamos ante una mujer muy virtuosa, y con toda probabilidad muy santa, pero sus escritos no deben tener más rango que el de inspiraciones plausibles que pueden mover a devoción a algunas personas. No deberían entonces usarse como material para la predicación pública ni para pronunciamiento doctrinal alguno.

Unción de Cristo y del cristiano, 6 de 6: Partícipes del mismo Espíritu que ungió a Cristo

[Retiro con la comunidad hispana de Bernardsville. Diciembre de 2014.]

Tema 6 de 6: Partícipes del mismo Espíritu que ungió a Cristo

* ¿Qué hace el Espíritu Santo de Dios cuando unge a una persona? Lo podemos responder mirando la persona de Jesucristo, aquel que recibe el Espíritu “sin medida” (véase Juan 3,34). En el tercer evangelio Cristo describe su misión como obra de la abundancia de Espíritu que ha recibido, y que lo ha ungido (Lucas 4,18-19; véase Isaías 61,1).

* Cada uno de nosotros, en virtud de la oración sacerdotal de Jesucristo (Juan 17), tiene el “derecho” de reclamarle a Dios la “herencia,” porque, según san Pablo, nosotros somos co-herederos con Cristo, que por pura misericordia, ha querido ser primogénito y no sólo unigénito.

* Lo primero que hace el Espíritu es hacernos hijos de Dios y hacer que nos reconozcamos como tales. Es el Espíritu el que nos permite clamar: ¡Abbá! ¡Padre! (Romanos 8,15). En segundo lugar, el Espíritu reforma todos nuestros valores y afectos, ordenándolos según Dios, “porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu.” (Romanos 8,5).

* El Espíritu nos otorga también sus dones y carismas, que son herramientas, armas y expresiones vivas de la gloria de Dios para bien de la Iglesia y alegría del pueblo santo frente a los perversos ataques del demonio, el mundo y la carne.

Una mirada al carisma de Santo Domingo de Guzmán

[Predicación a un grupo de frailes, hermanas y laicos de la Familia Dominicana, reunidos en Seúl, Korea. Traducción al coreano de la Hna. Rushilda Kang, O.P.]

1. ¿Qué es un carisma, y qué relación tienen los carismas con la redención y la efusión del Espíritu Santo?

2. ¿Qué condiciones abrieron el corazón de Domingo a un don particular del Espíritu? Tres palabras son claves aquí: combate, misericordia y frontera.

3. ¿Cómo se concreta el carisma en el hoy de la Iglesia? Interesa subrayar aquí los cuatro pilares, en su armonía complementaria: oración, estudio, vida comunitaria, evangelización.

La Vocación, 07 de 16, El criterio paulino sobre los dones y vocaciones

[Retiro espiritual en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Floridablanca, Santander, Colombia. Julio de 2013.]

Tema 7 de 16: El criterio paulino sobre los dones y vocaciones

* La Primera Carta a los Corintios habla con particular abundancia y elocuencia sobre los carismas. Los capítulos 12 a 14 reflejan, en particular, una controversia propia de aquel tiempo, entre el don de lenguas y el don de profecía.

* Lo que solemos entender como “don de lenguas” alude a una experiencia fuerte del amor y la soberanía de Dios; algo tan fuerte que nos deja sin palabras. Un tipo de experiencia así sólo puede hacer bien en quien la recibe.

* Lo que Pablo entiende por “don de profecía” apunta a la conciencia que la comunidad creyente tiene de ser alimentada y sobre todo guiada por un Dios que nunca está lejano ni ajeno. En Efesios 2, Pablo deja ver que, junto a los apóstoles, que dan testimonio fiel del Señor Jesús, están los “profetas” que hacen resonar la voz del Espíritu. De ese modo, el Hijo y el Espíritu reinan entre los creyentes y los conducen a la fidelidad en el amor a Dios Padre.

* En ese contexto, el don de profecía es claramente superior al don de lenguas. no por asunto de cuál es más extraordinario sino porque aquello que construye la unidad en la comunidad decididamente responde mejor y más directamente al plan de Dios. Este criterio paulino ha de considerarse vigente para toda vocación.

La Vocación, 06 de 16, ¿Por qué los carismas?

[Retiro espiritual en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Floridablanca, Santander, Colombia. Julio de 2013.]

Tema 6 de 16: ¿Por qué los carismas?

* El Espíritu mismo es Don: es uno de sus nombres propios. Es entonces “khárisma,” es carisma. Pero desde su unidad hace posible que la diversidad de las vocaciones florezca y dé fruto, como lo hace la lluvia, que siendo una y la misma, produce tantos efectos benéficos en las diversas plantas, según la comparación de San Basilio Magno.

* ¿Por qué el Espíritu obra de modos tan diversos? Porque los seres humanos somos diversos, claro está, pero también porque en nosotros son diversas las necesidades.

* Necesitamos, por ejemplo, que nuestra inteligencia sea iluminada, así como también necesitamos que nuestra voluntad sea sanada, fortalecida e incluso movida por el mismo Espíritu.

* De particular importancia son los dones de ciencia (que nos permite reconocer el paso de Dios en la naturaleza y la historia) y el de entendimiento (que cautiva nuestro corazón con la verdad luminosa de la Palabra).

* Ciertamente necesitamos el auxilio de un aliado (Paráclito) tan poderoso. Basta meditar en las muchas estrategias y la temible audacia traidora del espíritu malo, que como león rugiente ronda buscando a quien devorar (véase 1 Pedro 5,8-9). Es preciso conocerse a sí mismo, e identificar las principales debilidades, pero sería necio fiarse de las propias fuerzas. El discernimiento y la fuerza del Espíritu no son un adorno: son nuestra única esperanza de victoria.

Lectura creyente de la Biblia, 08 de 10, Claves de lectura de lo extraordinario

[Curso ofrecido a las Dominicas de la Inmaculada Concepción, en el Perú, febrero de 2013.]

Tema 8 de 10: Claves de lectura de lo “extraordinario”.

* Nuestra época en la Iglesia presencia un gran contraste en cuanto a lo sobrenatural, del escepticismo más duro a la credulidad extrema. ¿Qué criterios son útiles?

(1) Pretender negar los milagros y hechos extraordinarios de la Biblia es un acto de fe cientificista que por supuesto es incompatible con la fe en Dios. Pero la incompatibilidad no la da la ciencia sino el cientificismo.

(2) En cuanto a la negación parcial, es decir, a la tendencia de explicar los milagros como coincidencias, casos de estadística, efectos de sugestión o interpretaciones acomodadas, uno ve que ese método terminará por negar la divinidad de Cristo, su concepción virginal y sobre todo, su resurrección. Es decir: la negación parcial pronto se vuelve negación total.

(3) Se da también el caso opuesto: hay gente que quiere sobrenaturalizarlo todo y ver “espíritus” por todas partes. Esa visión, cercana a la superstición y el animismo, no es tampoco expresión de nuestra fe.

(4) La Iglesia es mesurada con este tema. Sabe que al soberanía de Dios sobre TODA la creación implica que en principio el milagro es posible; pero es posible no como parche o remiendo en una creación imperfecta, sino como señal que hace avanzar en la dirección de su Reino, y de su ser propio.

* En cuanto a mensajes y revelaciones, baste recordar que nuestra Iglesia se expresó bien sobre ello en Dei Verbum: al acción de Dios no suprime la acción humana, y todo intento de presentar las revelaciones privadas como puros dictados implica alejarse de nuestra doctrina propia.

Mensajes, videntes, fenomenos extraordinarios…

“En los años 70, el padre Felix Bourdier publicó en francés una guía de criterios sobre fenómenos extraordinarios en la vida de fe, recordando que “los errores son posibles y reales. Afloran menos frecuentemente en los casos de santos que en la gente ordinaria que no están muy avanzados en la virtud; pero la gente debería saber que los errores pueden suceder aún con los santos. El Padre Poulain nombra a 32 santos que fueron engañados, en las páginas 355 y 356 en su Tratado sobre las Gracias de la oración”. Recogemos aquí algunas de las consideraciones del padre Bourdier sobre visiones, revelaciones y mensajes divinos o celestiales…”

mensajes, videntes, fenómenos

Click!

La fe del sacerdote, 7 de 7, Comunidad

[Retiro para el clero de la Arquidiócesis de Bucaramanga, basado en la enseñanza del apóstol San Pablo, para el Año de la Fe.]

Tema 7 de 7: Comunidad. Texto base: Efesios 1,13-14.

* La fe es comparable a una puerta porque da comienzo a un vida nueva. Las riquezas de esa vida nueva son las de la gracia.

* Pero no pasamos solos por la Puerta de la Fe. La palabra misma “iglesia” (ekklesía) indica una realidad comunitaria, que brota de la Palabra recibida y compartida por todos. La Nueva Evangelización es inseparable del fomento y atención pastoral a las pequeñas comunidades de fe.

* El sacerdote mismo es miembro de la comunidad, por supuesto, desde su ministerio específico de hacer presente a Cristo-Cabeza. Pero el sacerdote no es todo ni reemplaza a todos. Más bien su carisma incluye el discernimiento de otros carismas en sus hermanos bautizados. Una persona que se sepa bien alimentada espiritualmente, valorada en sus capacidades y útil dentro del conjunto de comunidades de la parroquia, es una persona con sentido de pertenencia a su Iglesia Católica.

* Toda la labor nueva, muchas veces exhaustiva, que supone este modo de servir a la comunidad, sólo es posible desde una renovación en el amor: tal es el sello del Espíritu que nos permite “gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.”