Catequesis básica sobre sanación interior, 3 de 3

[Guía sobre la sanación interior, con énfasis sobre la famlia. Enseñanzas en una reunión de Pequeñas Comunidades de la Parroquia de San Juan de Ávila, en Bogotá.]

Tema 3: Aspectos prácticos de la sanación

* ¿Cómo podemos acercarnos de un modo más fructuoso al amor de Cristo? ¿Qué podemos hacer en concreo ara facilitar un encuentro más pleno con Él y con su gracia?

Que las potencias del alma se encuentren con el poder de Dios

* Las potencias son posibilidades de acción en las que desarrollamos nuestro ser. Son tres: inteligencia, voluntad y memoria.

* El apetito de la inteligencia es la verdad (conocimiento, certeza, sentido); el apetito de la voluntad en el bien (bondad, belleza, acogida); el apetito de la memoria es el ser (autoposesión, ubicación, poder).

* El uso de la inteligencia es clave para situar en un marco de realidad el problema que tengo en su justa dimensión. Es también clave para acoger con toda su fuerza la Palabra de Dios, por ejemplo, en el hecho importantísimo de que Cristo no tiene asco del pecador ni del enfermo.

* A partir de la verdad así revelada, se da paso al amor de gratitud y el deseo de un bien semejante al bien revelado para nuestra propia vida. En un paso ulterior, la memoria abre generoso espacio a la verdad aprendido y al afecto que ha quedado bien impreso en el alma. De ese modo, todo nuestro ser aprende a adherirse a Cristo

Algunas composiciones de lugar útiles

* ¿Qué son las composiciones de lugar? Son estrategias o maneras de utilizar con sabiduría nuestra imaginación para ser más dóciles a la Palabra y la voluntad del Señor.

* Ejemplos de esas composiciones son: imaginarse la entrega de cada día, o de las propias heridas; o también situarse en pasajes del Evangelio.

Antropología Teológica, 03, El giro antropológico, parte 2 de 2

[Curso presencial ofrecido en la Facultad de Teología de la Universidad Santo Tomás, en Bogotá. 2014.]

Las dos corrientes que nacen de René Descartes

El giro antropológico se completa a través de dos movimientos paralelos que pueden identificarse en la vida y obra de Descartes: la vigorosa afirmación de la subjetividad y el énfasis en la razón como tribunal último de todo conocimiento.

Estas dos tendencias no siempre coinciden. La línea de exaltación de la razón llevará hacia la Ilustración y la Modernidad. La línea de afirmación de la subjetividad llevará al Naturalismo (tipo Rousseau, o más tarde, Zolá), y también al Romanticismo y luego al subjetivismo y relativismo propios de la llamada Postmodernidad.

Sin embargo, algo en lo que sí coinciden los énfasis racionalistas y subjetivistas es en el rechazo y/o desprecio a las instituciones más visibles de la Edad Media, es decir, la Iglesia, la realeza y la nobleza. Ese triple rechazo quedará como un sello, explícito o tácito, en los desarrollos culturales y políticos de los siguientes siglos. La democracia liberal no es simplemente una afirmación de soberanía del pueblo sino una negación de la influencia que la religión, la verdad o el abolengo puedan tener en las decisiones de una región o país. Estas consecuencias no van a aparecer de inmediato pero su avance será inexorable.
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Antropología Teológica, 02, El giro antropológico, parte 1 de 2

[Curso presencial ofrecido en la Facultad de Teología de la Universidad Santo Tomás, en Bogotá. 2014.]

Hay varias definiciones de “giro antropológico.” En nuestro caso, lo entendemos como un cambio de paradigma cultural según el cual se leen las realidades del mundo y de Dios ante todo desde su presencia en el ámbito del hombre, en cuanto dotado de razón y de capacidad de decidir sobre su futuro.

La atmósfera cultural de la Edad Media

La mejor manera de entender este “giro” es haciendo contraste con el ambiente cultural y social de la Edad Media. A la caída del Imperio Romano, la Iglesia Católica es la única institución capaz de cohesionar, reconstruir y dar crecimiento al tejido social. Esta posición única lleva a que los valores principales del mensaje del Evangelio se conviertan en valores sancionados como pilares de la sociedad entera.
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Antropología Teológica, 01, Introducción y Bibliografía

[Curso presencial ofrecido en la Facultad de Teología de la Universidad Santo Tomás, en Bogotá. 2014.]

* Origen de este curso: Toma elementos que se ofrecían tradicionalmente en otros cursos: De Deo creatore y De gratia, especialmente.

* ¿Por qué el cambio? Por un cambio en el horizonte cultural. Por una parte, está la primacía del paradigma del conocimiento científico, que, en un caso extremo, lleva al cientificismo, es decir, la ideología que presenta como único conocimiento válido el de la ciencia.

* La crítica al cientificismo parte de la crítica a sus presupuestos y condiciones. El ser humano, en particular, no es repetible, lo cual lleva a la paradoja: la ciencia abre el conocimiento de todo pero cierra el conocimiento del hombre, que a través de la ciencia, pretende controlarlo todo.

* Otra crítica: no todo es controlable en el estudio del ser humano; no sólo es imposible sino que resuta a menudo inadmisible desde el punto de vista ético. Conclusión: sí a la ciencia y no al cientificismo.

* Las razones para rechazar el cientificismo no están fundamentadas en la fe ni en textos sagrados: el cientificismo debe ser descartado por su incoherencia intrínseca.

* Si no cabe conocer al ser humano como un “objeto,” ¿cómo queremos conocerlo? Como sujeto, como capaz de decisiones que definen sus futuros posibles. En la teología de Santo Tomás, esta línea de análisis lleva al estudio de la “voluntariedad,” es decir: del carácter voluntario de los actos propiamente humanos.

* Deseamos cambiar el enfoque, subrayando al ser humano como principio de sus propias acciones. En este sentido, hay una categoría que toma gran importancia: experiencia. El tipo de experiencias vividas es el contexto inmediato de las decisiones que uno toma.

* La fe no llega al ser humano como el agua que se vierte en un vaso. No es extrínseca y ajena al tejido de experiencias que han ido modelando la historia de cada persona.

* Esa fe que abre la puerta a la acción de Dios, hace posible la gracia de Dios en nosotros. Entonces la gracia no es una “cosa” que uno tiene y que puede perder como el que extravía un objeto. Es propósito de nuestro curso superar la mentalidad “cosista” en la descripción de nuestra relación con Dios.

* Dios entonces no viene a imponerse en nuestra vida ni a reemplazar la realidad humana. Al mostrarse nos revela nuestra propia plenitud. La revelación de Dios es también revelación del ser humano.

* Por eso hay que superar la “mentalidad del balancín,” según la cual para comprender al ser humano hay que despojarlo de toda religiosidad, porque la afirmación de la fe sería una negación u oscurecimiento de la realidad humana.

* Dios no es un estorbo, ni una competencia, en contra de lo que afirmaba Sartre, que creía que la libertad humana es el suspenso en una indecisión radical, en medio de un universo de posibilidades sin coacción.

* La agenda secularista y laicista cree que para hacer antropología hay que acabar la teología. Para muchos, no se puede encerrar en una expresión “antropología” y “teología.” La teología sería un mundillo imaginario, a lo sumo inocuo; la antropología sería conocimiento serio, a partir de la ciencia (cientificismo) y de una libertad absolutizada.

* La democracia ha consagrado así un nuevo tirano: la mayoría. Y eso implica que en la democracia moderna gobierna quien tenga dinero para pagar publicidad e ingeniería social. Nótese cómo una antropología ajena a la dignidad del ser humano, que se radica en Dios, termina siendo una nueva forma de esclavitud y de tiranía, que destruye al hombre al que pretendía endiosar.

* La antropología teológica quiere mostrar cómo la más plena afirmación del hombre va unida a la profunda afirmación del Dios que se ha revelado en la historia, concretamente, en la historia del pueblo de Dios.


Bibliografía básica.