LA GRACIA del Lunes 1 de Octubre de 2018

La vida cristiana no se define por las recompensas que recibas de Dios sino en responderle con amor incondicional como Él te ama. ¡Que sea Él tu alimento, tu meta, tu recompensa!.

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Amor a Cristo, amor a la Iglesia – 7 de 7

Retiro Espiritual en el Seminario de Bogotá. Tema 7: La fuente del amor a la Santa Iglesia. Desde un punto de vista externo, de mentalidad “carnal” o “puramente humana” (que equivale a “mundana”) la Iglesia será vista como estorbo o como sierva de un orden que en realidad no la necesita. Bien distinto es el cuadro que brota del mensaje y noticia de la Cruz. Es allí donde se entiende que ser iglesia es ser asamblea de los convocados por el amor que redime.

Amor a Cristo, amor a la Iglesia – 6 de 7

Retiro Espiritual en el Seminario de Bogotá. Tema 6: El imposible de una Iglesia “puramente humana.” San Pablo distingue en el hombre que es “sólo” humano (ánthropos psychikós) y el hombre que conoce y ha experimentado la gracia del Espíritu (ánthropos pneumatikós). Lo “sólo humano” no rechaza a la Iglesia pero quiere redefinirla con condiciones específicas: (1) Que acepta la democracia; (2) Que se pliegue ante la opinión pública y el consenso social; (3) Que limite su acción a lo intra-mundano, relegando lo demás al carácter de fábula o mito; (4) Que no pretenda juzgar en la vida privada de las personas. Por supuesto, una “iglesia” que aceptara eso no sería más la Iglesia de Cristo.

Amor a Cristo, amor a la Iglesia – 5 de 7

Retiro Espiritual en el Seminario de Bogotá. Tema 5: San Pablo no habla tanto de una mirada “exterior” o “interior” a la Iglesia o a Cristo, pero sí usa expresiones como “carne” (sarx) y “espíritu” (pneuma). La carne alude a la sensibilidad, la vulnerabilidad y la comunicabilidad. La vulnerabilidad hace que busquemos abrigo corporal, abrigo emocional y abrigo “trascendental.” Todo esto es muy humano pero si se queda solamente así, se cierra al misterio de la verdad, y ultimadamente se cierra a Dios.

Amor a Cristo, amor a la Iglesia – 4 de 7

Retiro Espiritual en el Seminario de Bogotá. Tema 4: La Cruz de Cristo es el perfecto sacrificio, que lleva a plenitud lo figurado en los sacrificios de la Antigua Alianza. Desde esa fuente única de redención se entiende y adquiere su lugar la Eucaristía, que es mucho más que “banquete de amigos,” y también se comprenden la vida y la misión de la Iglesia.

Amor a Cristo, amor a la Iglesia – 3 de 7

Retiro Espiritual en el Seminario de Bogotá. Tema 3: Sacrificios: de la magia a la fe. La noción de sacrificio tiene un origen ambiguo y en buena parte oscuro, porque en sus orígenes pretende ser una especie de comercio o transacción que le da cierto poder a uno, o que impone un deber sobre la divinidad. Pero el AT ya muestra cómo esa idea se purifica y levanta a través de los sacrificios de comunión, los sacrificios perfectos (holocaustos) y los sacrificios interiores (la obediencia).

Amor a Cristo, amor a la Iglesia – 2 de 7

Retiro Espiritual en el Seminario de Bogotá. Tema 2: Vocación, encuentro, ofrenda de sí. Un paralelo entre el sacerdocio de la Antigua y el de la Nueva Alianza muestra tres grandes diferencias, por lo menos. En el AT el sacerdocio es hereditario y es un oficio, no una vocación. Por lo mismo, no implica un encuentro con el Dios vivo, ni lleva a la ofrenda de la propia vida. Estas notas, en cambio, caracterizan la vida y la misión de Cristo, y también de los cristianos… cuánto más de los actuales sacerdotes y de los candidatos al sacerdocio.

Amor a Cristo, amor a la Iglesia – 1 de 7

Retiro Espiritual en el Seminario de Bogotá. Tema 1: Dos versiones opuestas y excluyentes del sacerdocio. Por una parte, hay quienes ven el sacerdocio como algo externo y funcional, que se define por las “cosas” que el “funcionario” realiza. El sujeto como tal, con sus convicciones y su propio ser, no importa; ni él tendrá inconveniente en agregar otros oficios, por ejemplo políticos, a sus “quehaceres” sacerdotales. Esta visión se desprende de dos raíces: la perspectiva pagana (como en el mundo greco-romano), y la crítica amarga de la reforma Protestante. Pero hay otra visión, interna y sacramental, que nace de tomar en serio el sacerdocio de Cristo, y su entrega de amor y obediencia hasta la Cruz y la Pascua.