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En la serie de los Pontífices, San Marcelo ocupa el puesto número treinta. Fue Papa por un año, del 308 al 309.
Era uno de los más valientes sacerdotes de Roma en la terrible persecución de Diocleciano entre los años 303 y 305. Animaba a todos a permanecer fieles al cristianismo, aunque los martirizaran.
Elegido Sumo Pontífice, se dedicó a reorganizar la Iglesia que estaba muy desordenada, debido a que hacía ya cuatro años que había muerto el último Papa, San Marcelino.
Era un hombre de carácter enérgico, aunque moderado, quien se dedicó a edificar de nuevo los templos destruidos en la anterior persecución. Dividió Roma en 25 sectores, y al frente de cada uno, nombró a un presbítero o párroco.
Muchos cristianos habían renegado de la fe por miedo en la última persecución, pero deseaban volver a pertenecer a la Iglesia.
El Papa Marcelo, apoyado por los mejores sabios de la Iglesia, decretó que aquellos con deseo de regresar a ella, tenían que realizar algunas penitencias a causa de haber renegado de la fe durante la persecución.
Muchos aceptaron la decisión del Pontífice, mas algunos promovieron tumultos contra él, e incluso lo acusaron ante el Emperador Majencio. Éste último, abusando de su poder que no le permitía inmiscuirse en los asuntos internos de la religión, expulsó al Pontífice de Roma.
Según el "Libro Pontifical", el Papa Marcelo se hospedó en la casa de una laica muy piadosa de nombre Marcela. Desde ahí, siguió dirigiendo a los cristianos.
Al enterarse el emperador, obligó al Pontífice a ejecutar trabajos forzosos en las caballerías y pesebres imperiales, que fueron trasladados a esa zona.
En aquellos días, Samuel dijo a Saúl: "Déjame que te cuente lo que el Señor me ha dicho esta noche". Contestó Saúl: "Dímelo". Samuel dijo: "Aunque te creías pequeño, eres la cabeza de las tribus de Israel, porque el Señor te ha nombrado rey de Israel. El Señor te envió a esta campaña con orden de exterminar a esos pecadores amalecitas, combatiendo hasta acabar con ellos. ¿Por qué no has obedecido al Señor? ¿Por qué has echado mano a los despojos, haciendo lo que el Señor reprueba?" Saúl replicó: "¡Pero si he obedecido al Señor! He hecho la campaña a la que me envió, he traído a Agag, rey de Amalec, y he exterminado a los amalecitas. Si la tropa tomó del botín ovejas y vacas, lo mejor de lo destinado al exterminio, lo hizo para ofrecérselas en sacrificio al Señor tu Dios en Guilgal".
Samuel contestó: "¿Quiere el Señor sacrificios y holocaustos o quiere que obedezcan al Señor? Obedecer vale más que un sacrificio; ser dócil, más que grasa de carneros. Pecado de adivinos es la rebeldía, crimen de idolatría es la obstinación. Por haber rechazado al Señor, el Señor te rechaza hoy como rey"
Obedecer vale más que un sacrificio. El Señor te rechaza hoy como rey (1 Samuel 15, 16-23)
Salmo
No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí. Pero no aceptaré un becerro de tu casa ni un cabrito de tus rebaños. R.
¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, tú que detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandamientos? R.
Esto haces, ¿y me voy a callar? ¿Crees que soy como tú? Te acusaré, te lo echaré en cara. El que me ofrece acción de gracias, ése me honra; al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios. R.
Al que sigue buen camino / le haré ver la salvación de Dios. (Salmo 49)
Evangelio
En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: "Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?" Jesús les contestó: "¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán".
Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado, porque la pieza tira del manto -lo nuevo de lo viejo- y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos".
La voluntad de Dios no consiste sólo en el qué, sino también en el cuándo, el cómo y el hasta cuándo. Y en esa voluntad, en contra del ateo, está nuestro bien. 39 min. 24 seg.
Dios es compasivo y a la vez justo; aceptemos entrar por la puerta de su misericordia, al rechazarla seguramente entraremos por la puerta de su justicia. 6 min. 16 seg.
Pide al Señor que puedas dejar la mentira, las verdades a medias y las disculpas tontas. Presentate como eres, arrepientete, admite los errores, recibe el perdón y sigue adelante. 6 min. 56 seg.
Al presentarse Cristo como esposo está diciendo que en Él se realiza plenamente la Alianza y que la expresión máxima de la fidelidad de Dios está en Él. 5 min. 13 seg.
Toma en serio la obediencia a Dios porque cuando Él nos pide hacer algo no es un capricho suyo es por nuestro bien. El sacrificio perfecto de amor a Nuestro Señor es darle nuestra voluntad. 6 min. 4 seg.
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1.1 La obediencia no tiene mucha carta de presentación social hoy por hoy. Sin embargo, ha sido y es una cualidad fundamental de los fieles. Podemos aprender de la primera lectura cuánto la ama y la prefiere Dios, y por qué.
1.2 Dios ciertamente no necesita de nuestras cosas, que en realidad son siempre más suyas que nuestras. Mas con los actos de nuestra voluntad pasa algo distinto. Cuando, en amor y obediencia nos resolvemos a seguir el camino del Señor, le damos algo que no antes tenía, porque escogió no tenerlo de otro modo sino sólo a través de nuestra decisión y albedrío.
1.3 Los actos de obediencia se acercan más a las acciones de Dios y reflejan mejor la dignidad y grandeza del ser que él nos ha dado. De este modo podemos comprender un poco más lo que dijo Samuel: "La obediencia vale más que el sacrificio; y la docilidad, más que la grasa de corderos."
2. Una obediencia que no lo parecía
2.1 El evangelio de hoy ilumina otro aspecto de la obediencia cristiana. No es la ley por la ley ni la costumbre por la costumbre. Los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunaban y la gente fue donde Jesús a preguntarle por qué él y los suyos no ayunaban. A primera vista estamos frente a una desobediencia, ¿o no?
2.2 Ignoramos detalles del día o las circunstancias de este ayuno. Sabemos en cambio que Cristo fue fiel cumplidor de la Ley de Moisés, pero no de todas las tradiciones religiosas de su tiempo, pues a menudo fue crítico con ellas. Así que lo más probable es que se tratara de un día de ayuno establecido o propugnado por algunas autoridades o líderes religiosos sin mayor causa. Este tipo de decisiones piadosas a veces toman fuerza de ley pero sin un motivo real de fondo.
2.3 De lo que hizo y responde Jesús entendemos que no toda obediencia es virtud. En esta ocasión, por ejemplo, Jesús no ayunó. Así nos enseñó que hemos de obrar con certeza interior también cuando se trata de cosas que implican la fe y la religión. Obediencia y libertad, en la mente y el actuar de Cristo, no son opuestas sino más bien complementarias.
3. Jesús, El Novio
3.1 Vayamos ahora al texto del evangelio de hoy. He aquí que buscando de qué acusar al Señor le han presionado sus detractores, mas de tal acoso ha salido una bellísima imagen: Jesús, el Novio.
3.2 Hubiera podido decirnos otras cosas, pero ha querido calificar la alegría de su presencia con una expresión entrañable y cálida: el Novio. No es posible ayunar cuando Él está.
3.3 Me gusta decir que Jesús no es un soltero ni un solterón; es un Novio. No ha cancelado sus bodas, pues sigue siendo verdad lo que dijo su Padre al principio: "no es bueno que el hombre esté solo" (Gén 2,18). Cristo no ha renunciado al matrimonio, lo ha aplazado para el momento final. Y es tal el gozo que de allí brota, que no es posible ayunar a la vista y degustación de tal banquete.