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Nació en Siena el día de la Fiesta de la Anunciación. A los seis años tuvo una extraordinaria experiencia mística que definió su vocación, entregándose enteramente a Cristo.
Siendo muy joven y con cierta dificultad, logró hacerse terciaria de la Orden de Santo Domingo, donde pese a las consolaciones y visiones, tuvo que vencer pruebas muy duras.
Por revelación divina, la Santa salió a trabajar por la salvación del prójimo, asistiendo a los enfermos en los hospitales, especialmente a aquellos que padecían enfermedades repugnantes como la lepra.
Poco a poco reunió a un grupo de amigos y discípulos, formando una "gran familia" , de tal modo que durante la epidemia de la peste, asistieron a casi todos los enfermos de la ciudad.
La caridad de la Santa también se extendía a los condenados a muerte, a quienes ayudaba a encontrar a Dios.
Santa Catalina fungió exitosamente como moderadora entre la Santa Sede y Florencia, pues ésta había creado una liga contra el Vaticano. Finalmente, se llegó a la reconciliación bajo el Papa Urbano VI.
Santa Catalina volvió entonces a Siena, donde empezó a escribir su famosa obra mística, "Diálogo de Santa Catalina".
Pero, paralelamente, la salud de la Santa empeoraba, obligándola a soportar grandes sufrimientos.
Dos años después del fin del cautiverio de los Papas en Aviñón, estalló el escándalo del gran cisma, por lo que Santa Catalina se estableció en Roma.
Allí luchó infatigablemente con oraciones, exhortaciones y cartas, para ganar nuevos partidarios al Papa legítimo.
Sin embargo, la vida de la Santa tocaba a su fin, y en 1380, el 21 de abril, un ataque de apoplejía la dejó semiparalítica. Ocho días más tarde, murió a los 33 años de edad.
Soacha, Colombia - Una de las más preciadas bendiciones que Dios me ha concedido, cumple seis añitos mi hija menor. Ángel mío, hoy como todos los días doy gracias por tu existencia.
San Antonio, Texas USA - Querida hija, hace apenas 26a. que el Todopoderoso me dio el regalo de tu hermosa vida. Naciste en casa de mis padres, en el quirófano de mi ginecólogo, mi padre, con mis enfermeras de lujo, mi mami, tus tías Lulú y Juanis. Desde entonces tu llegada ha sido una inmensa luz. Gracias preciosita por ser siempre una hija amorosa, responsable, respetuosa, íntegra.
Que la Santísima Virgen te cubra con su manto, que el buen Jesús te tenga siempre de su mano y que el Dios de Bondad te llene de sinfín de bendiciones. Amén
Madrid, España (2011) - Fundación de la Fraternidad, ingresaremos unos cincuenta novicios laicos en la Orden de Predicadores. Provincia del Rosario de Filipinas.
(1971) - Son años de feliz matrimonio.
Dios siga dandonos su gracia para seguir adelante y ser vivo ejemplo para nuestros 4 hijos. Gracias Fray Nelson... te amo.
Ordenación Sacerdotal. Santiago, Chile (1962) - Que Dios lo siga bendiciendo y María lo cubra con su manto para que nos pueda pastorear por muchos años más. Magda
En aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.
Pedro recorría el país y bajó a ver a los santos que residían en Lida. Encontró allí a un cierto Eneas, un paralítico que desde hacía ocho años no se levantaba de la camilla. Pedro le dijo: "Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y haz la cama." Se levantó inmediatamente. Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Saron, y se convirtieron al Señor.
Había en Jafa una discípula llamada Tabita, que significa Gacela. Tabita hacia infinidad de obras buenas y de limosnas. Por entonces cayó enferma y murió. La lavaron y la pusieron en la sala de arriba. Lida está cerca de Jafa. Al enterarse los discípulos de que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres a rogarle que fuera a Jafa sin tardar. Pedro se fue con ellos. Al llegar a Jafa, lo llevaron a la sala de arriba, y se le presentaron las viudas, mostrándole con lágrimas los vestidos y mantos que hacía Gacela cuando vivía. Pedro mandó salir fuera a todos. Se arrodilló, se puso a rezar y, dirigiéndose a la muerta, dijo: "Tabita, levántate." Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él la cogió de la mano, la levantó y, llamando a los santos y a las viudas, se la presentó viva. Esto se supo por todo Jafa, y muchos creyeron en el Señor.
La Iglesia se iba construyendo y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo (Hechos 9,31-42)
Salmo
¿Cómo pagaré al Señor / todo el bien que me ha hecho? / Alzaré la copa de la salvación, / invocando su nombre. R.
Cumpliré al Señor mis votos / en presencia de todo el pueblo. / Mucho le cuesta al Señor / la muerte de sus fieles. R.
Señor, yo soy tu siervo, / siervo tuyo, hijo de tu esclava: / rompiste mis cadenas. / Te ofreceré un sacrificio de alabanza, / invocando tu nombre, Señor. R.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? (Salmo 115)
Evangelio
En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: "Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?" Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: "¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen." Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: "Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede."
Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: "¿También vosotros queréis marcharos?" Simón Pedro le contestó: "Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios."
¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna (Juan 6,60-69)
Estando en paz, la Iglesia crece; estando perseguida, da testimonio. No hay modo de detenerla pues tampoco se puede detener la fuerza de la resurrección. 4 min. 46 seg.
Reconocer a Cristo como pan verdadero es reconocer que de EL dependemos: una explicación alternativa a la difícil pregunta: ¿por qué tantos discípulos abandonaron a Jesús cuando Él dijo que había que comer su carne y beber su sangre para tener verdadera vida? 37 min. 8 seg.
Somos de aquellos que cuando Cristo nos dice palabras sublimes de amor nos vamos o somos de aquellos otros que con fe y amor permanecen aunque no lo entiendan todo. 4 min. 49 seg.
La oposición entre Espíritu y carne no esta en la corporalidad, el problema es que la debilidad que es inherente al cuerpo fácilmente nos precipita en abismos de pecado. 7 min. 38 seg.
Con frecuencia sucede que nos interesa más el pan de la tierra que el pan del cielo; y la razón puede ser que el pan de la tierra no cuestiona el señorío que tenemos sobre nuestra propia vida mientras que el pan del cielo, que es Cristo, sólo puede llegar a nuestros corazones como Rey y Señor. 25 min. 39 seg.
La compasión es un rasgo típico del corazón de Jesús, para aprender a compadecer hay que ver al otro y la compasión es el elemento fundamental de la evangelización. 5 min. 34 seg.
1.1 Solemos asociar la palabra "poder" con un riesgo, una amenaza. Sucede así porque los poderosos que hemos conocido utilizan a menudo su fuerza en provecho propio, de modo que su ascenso se logra sobre la ruina o desgracia de otros menos favorecidos.
1.2 Por eso es grande encontrarse con el poder de Cristo, el Señor de la Gloria, el Pastor Bueno, el Hermano Compasivo, el Humilde y Manso de Corazón. ¡He aquí por fin uno que une a su fuerza su misericordia, y a su sabiduría su incomparable poder!
1.3 El poder de Cristo brilla en todo pero nosotros lo descubrimos más rápidamente y mejor en los enfermos y caídos. Eneas, tullido, y Tabita, ya difunta, son la imagen viva de aquellos inocentes y bondadosos que han quedado tendidos a lo largo del camino. Viene en ayuda de su desfallecimiento la energía de Cristo, que ha vencido a la enfermedad y la muerte.
1.4 Nosotros tenemos seguramente algo o mucho de esos desfallecidos. Como Tabita hemos tratado de lograr muchas cosas buenas que nos han quedado a medio hacer. La palabra de Pedro en esta primera lectura nos levanta en el Nombre de Jesús y nos da el vigor que por nosotros mismos no teníamos.
2. ¿A quién iremos?
2.1 En el evangelio de hoy continuamos reflexionando sobre el Pan de la Vida. Cristo ha declarado su carne como alimento de verdad y ha enseñado que la bebida verdadera es su propia Sangre. Un anuncio que desborda nuestras expectativas y compromete de tal modo nuestro corazón en gratitud y obediencia, que muchos dan la espalda. Al fin y al cabo ya se habían llenado el vientre por una tarde.
2.2 En el Evangelio según san Mateo se llama a Cristo "Dios con nosotros". Lo que no es seguro es que queramos ser "Nosotros con Él". Él quiere ser Pan para nosotros; lo que no es seguro es que nosotros queramos ser hambre que acoge su pan.
2.3 El tono de Cristo en uno de los momentos más duros de su ministerio público sigue siendo claro y valiente. No entra en lamentaciones por los que se van ni en negociaciones con los que aún se quedan. Ha ofrecido todo su amor; no tiene cartas escondidas ni tampoco un "Plan B". Simplemente se ha dado a sí mismo. Acogerlo es salvarse; rechazarlo es condenarse.
Queridos hermanos: Este es el mensaje que hemos escuchado de labios de Jesucristo y que ahora les anunciamos: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. Si decimos que estamos con Dios, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no vivimos conforme a la verdad. Pero, si vivimos en la luz, como él vive en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
Si decimos que no tenemos ningún pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si, por el contrario, confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos purificará de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, hacemos pasar a Dios por mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra.
Hijitos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Porque él se ofreció como víctima de expiación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero.
Dios mío, en ti confío, / no quede yo defraudado, / que no triunfen de mí mis enemigos; / pues los que esperan en ti no quedan defraudados, / mientras que el fracaso malogra a los traidores. R.
Señor, enséñame tus caminos, / instrúyeme en tus sendas: / haz que camine con lealtad; / enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
Recuerda, Señor, que tu ternura / y tu misericordia son eternas; / acuérdate de mí con misericordia, / por tu bondad, Señor. R.
El Señor es bueno y es recto, / y enseña el camino a los pecadores; / hace caminar a los humildes con rectitud, / enseña su camino a los humildes. R.
«¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien!
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave, y mi carga ligera».
Has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla (Mateo 11, 25-30)
El profundo amor a Cristo y al Evangelio hizo de Santa Catalina instrumento precioso del Espíritu Santo para renovar la Iglesia interior y exteriormente. 6 min. 49 seg.
Pidamos la intercesión de Santa Catalina en estos tiempos de pandemia, que nos ayude a rescatar muchos cuerpos, pero sobre todo a llevar la luz de Cristo a muchos corazones. 5 min. 3 seg.
Amemos como los santos, de forma realista a Cristo al amarlo sin merecerlo a Él; a la Iglesia aun sabiendo que me va a decepcionar alguna vez; al prójimo, aunque el otro me contradiga o persiga; a mí mismo sabiendo que soy una historia incompleta. 7 min. 2 seg.
¿Qué es ser una persona "sencilla"? (1) Es vivir en la verdad; sin necesidad de aparentar lo que uno no es; (2) Es evitar la vanidad y el espíritu de competencia; (3) Es presentar los propios errores y pecados con franqueza y sin excusas. 18 min. 50 seg.
El ser virgen para Cristo indica la victoria del Señor y el ser maestra indica que ese don que Santa Catalina conoció no se queda solo en ella, sino que tiene mucho que enseñarle a la Iglesia. 6 min. 24 seg.
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1.1 En una de sus más conocidas imágenes literarias, Catalina de Siena describe a la persona que comulga como un pez en el agua: Y así como el agua está en el pez y el pez en el agua, así está Dios en el alma y alma en Dios. Esta imágen describe a su manera la vida de la Santa Senense: toda ella se nos presenta como un camino en ascenso por el quemante deseo de Dios.
1.2 En la vida de Catalina de Siena se va dando un doble proceso: por una parte, cada faceta de su existencia va desenvolviéndose y desarrollándose en tensión hacia Dios, como un árbol que despliega sus ramas en todas direcciones, y en todas busca el sol. Por otra parte, cada aspecto de la vida divina, en sí misma y en el modo como se nos ha revelado, va produciendo una resonancia particular y nueva en Catalina. Y en la convergencia de este doble proceso de mutua búsqueda entre el Amado y su Amada, veremos realizarse en ella los prodigios que él sabe obrar en sus predilectos. Aún joven celebrará su Desposorio Místico con Cristo, y luego, como peregrina y predicadora, vendrá a ser como un lugar de encuentro con Dios para muchas personas.
1.3 Habría pues que decir que Catalina es audazmente, incluso escandalosamente divina. Se reconoce nada, se humilla ante todos, gusta llamarse y ser sierva de los siervos, pero desde allí proclama con certeza que Dios es Dios y que ella anhela y busca a ese Dios, al Absoluto, al Eterno, al Inconmensurable. Sin duda sorprende este camino espiritual: saberse nada para aspirar al todo, decirse sierva y dar órdenes, perderlo todo para ganarlo todo. Es la vía de la renuncia perfecta en aras de la perfecta unión, una senda que ella consideró irrenunciable para sí misma, pero que nunca impuso a nadie: le bastaba no ser sino en Dios para serlo todo de él.
2. Como busca la cierva...
2.1 Coinciden los biógrafos de nuestra Santa en que podemos llamar fundante aquella visión que ella recibió cuando sólo contaba cinco o seis años. Jesucristo se deja ver, revestido con ornamentos sacerdotales, cerca de la Iglesia de Siena, y bendice a Catalina. No hay palabras pero sí un mensaje. De hecho, tal mensaje llegará a volverse palabra sólo mucho después, cuando nuevas experiencias--incluída la dolorosa experiencia del pecado--lleguen a consolidar en ella, simultáneamente, una vida, una espiritualidad y una doctrina.
2.2 Ese diálogo entre esta niña y el Cristo de la visión involucra todo el ser de Catalina. Pareciera que su gran esfuerzo ascético es como un inmenso intento de vaciarse a sí misma para ser llena de Dios. Pero, ¿cómo desprenderse o vaciarse de lo que uno no conoce? Nadie sabe cuanto egoismo tiene hasta que no intenta darse. Consecuente con esto, ella se da por entero, comenzando por lo elemental y básico: la comida, la comodidad, el sueño, la compañia de la familia. Quiere perderlo todo, en la certeza de que lo que se puede perder por Dios no vale ante Dios y sí se encuentra mejor en Dios.
2.3 No hay que ocultar los riesgos que entraña esta espiritualidad del no-ser. Fácilmente puede conducir a tres excesos: herejía, en cuanto al entendimiento; capricho, en cuanto a la voluntad; gnosticismo ahistórico, en cuanto a la memoria. Precisamente, los primeros confesores de la Santa (Tomás della Fonte, por ejemplo) no dudarán en manifestar su admiración y gratitud ante Dios por la misericordia que tuvo con esta jovencita, preservádola de tantos y tan graves peligros. Y este es, por cierto, el fundamento teológico de una afirmación hagiográfica común: el Espíritu Santo ha sido Maestro y Guía de Catalina de Siena. Y a partir de esta afirmación, la otra de Pío II: "fué primero vista como maestra, antes que como discípula: Aprendió de Dios."
3. "Habla tu a mi pueblo..."
3.1 Por su cuenta, Catalina no habría salido de su celda. ¡Harto le costó entrar! Por eso, si luego vemos predicando a la que antes callaba y caminando a la que antes reposaba o sufría junto al Crucificado, bien podemos preguntarnos a qué o a quién se debe este cambio. ¿Hay que atribuirlo a la familia? ¿A un descubrimiento nuevo de la miseria o la necesidad humanas? ¿A un mandato de sus Directores?
3.2 Catalina, sin separar al Dios eterno de su revelación en Jesus de Nazareth, ni al Cristo Resucitado, de su Iglesia peregrina, obedece sólo a Dios. El cambio en su tipo de vida no es explicable en causales familiares. Catalina se ha resistido incluso a los ruegos de su mamá, cuando no se le parecen a los de Dios. Tal transformación, que fué paulatina pero bien clara desde que empezó, tampoco es comprensible por efecto de una orden de sus directores.
3.3 Ese modo cateriniano de vivir con intensidad la vocación dominicana resalta tambien en que Catalina suele fundir prédica y oración. Solían por ello los caterinatos, acostumbrados como estaban a verla pasar del sermón al éxtasis (e incluso a predicar en estado de arrobamiento), tomar notas tantos de unos como de otros. Esta mujer está en el mundo, pero no es del mundo. Por eso, precisamente eso, es lo que da fuerza y unción a sus palabras. Ese estar sin ser en el mundo es lo que ella llama la celda interior. Y pude decirse que ella no ve al mundo, o lo ve con una profundidad inaudita. Puede decirse que no está en la historia, o que la historia de su pueblo se realiza en ella de modo condensadísimo. Puede decirse que ha huído del mundo, o que resume el drama del mundo (convulso pero creyente) que conoció. Y si nuestra época prefiere para cada una de esos puede decirse el segundo término de comparación (ver con profundidad, realizar la historia, resumir el drama del mundo), no debemos sin embargo perder de vista al primero.