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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Martes, Noviembre 27 de 2012[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Tiempo Ordinario, Año Par,
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Lectura: |
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1a. |
Ha llegado la hora de la siega, pues la mies de la tierra está más que madura (Apocalipsis 14, 14-19) |
Salmo |
El Señor llega a regir la tierra. (Salmo 95) |
Evangelio |
No quedará piedra sobre piedra (Lucas 21, 5-11) |
Núm. |
Datos |
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Más... |
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1996/11/26 |
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1998/11/24 |
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2000/11/28 |
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2002/11/26 |
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2004/11/23 |
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2012/11/27 |
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2012/11/27 |
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2014/11/25 |
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2014/11/25 |
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2016/11/22 |
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2016/11/22 |
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2018/11/27 |
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2018/11/27 |
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2020/11/24 |
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2022/11/22 |
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2024/11/26 |
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Versión |
Homilía para leer: |
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1 |
1. El tiempo de la cosecha ha llegado1.1 La historia humana tiene una dirección; apunta a un desenlace. Esto, que puede parecernos natural a los creyentes, no fue conocido ni creído por la mayor parte del mundo antiguo. El hombre, individualmente considerado, o la sociedad humana, vista en su conjunto, era para los antiguos como un corcho que flota en las aguas de un océano sin ribera. Un corcho que se mueve pero no avanza. Para nuestra fe es esencial una afirmación: la historia avanza. En nuestros días y en nuestra propia vida hay algo que está madurando. Llegará la cosecha. 1.2 El Apocalipsis anuncia la llegada de la cosecha. Es el tiempo de la verdad; el tiempo para ver, no las hojas de las palabras, sino los frutos de las obras, según la expresión de Santa Catalina de Siena. La verdad aparece, todo engaño queda atrás, ninguna disculpa, ninguna retórica, ninguna publicidad es necesaria ni es posible: el trigo ha madurado. 1.3 Cosecha de trigo y cosecha de uvas. Si Israel fue llamada "viña de Dios" (Is 5,1ss; Mt 21,33ss), es porque hay un fruto que se espera. Una cosecha que se vuelve vino de fiesta o libación para el sacrificio. La imagen vigorosa de la hechura del vino nos impacta: hay que despedazar las uvas, exprimirlas, sacar su sangre, para que en esa sangre aparezca la verdad de la cosecha. Sólo en la sangre de las uvas se sabe qué había en la viña. También el pueblo de Dios ha de prepararse a ser oprimido y vejado como esas uvas, porque en su sangre, semejante a la del Cordero Degollado, aparece su verdad más profunda. Los estudiosos ven en la espantosa medida de sangre (cerca de 300 kilómetros) un modo de indicar una matanza que cubriría la extensión entera de Palestina. Nadie escapará. 2. Una construcción en ruinas2.1 Las palabras del Señor en el evangelio de hoy anuncian de otro modo una devastación comparable: del hermoso templo, reconstruido con tanto esfuerzo, no quedará "piedra sobre piedra". Aún el acto elemental de unir dos bloques de piedra tendrá que someterse al escrutinio devastador de aquel día de la verdad desnuda. 2.2 Estas palabras, sin embargo, no son una invitación al pánico. Cristo nos quiere despiertos y capaces de discernir; no ebrios de miedo, pues también esta ebriedad, como la del licor o la de las preocupaciones, hace incapaz de percibir los "signos de los tiempos". El Señor da por adelantado las señas precedentes, para que nadie lea desde el rasero de sus propios problemas, o su capacidad sicológica de aguante, el lenguaje de Dios en la historia. Su palabra no depende del tamaño de nuestro miedo sino del tamaño de su designio, en el que se conjugan amor, sabiduría y poder. 3. Comer de la Cosecha3.1 El Apocalipsis nos habla del trigo maduro y de la última vendimia. Trigo para el pan; uvas para el vino. ¿Cómo no recordar aquella noche última en que el Cuerpo del Señor y su Sangre fueron ofrecidas como banquete último? Él mismo dijo: "de ahora en adelante no beberé del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios" (Lc 22,18). 3.2 Es posible que el sosiego del templo nos engañe. Tal vez podemos olvidar el torrente de violencia humana y de piedad divina que entran en juego cada vez que celebramos el Santo Sacrificio. El Pan que comulgamos palpita de gracia, y la Copa arde de amor. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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