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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Domingo, Mayo 29 de 2005[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Ciclo A, Solemnidad del Cuerpo y Sangre Santísimos de Cristo
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Lectura: |
Haz click en la referencia bíblica: |
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1a. |
Te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres (Deuteronomio 8,2-3.14b-16a) |
Salmo |
Glorifica al Señor, Jerusalén. (Salmo 147) |
2a. |
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo (1 Corintios 10,16-17) |
Evangelio |
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida (Juan 6,51-58) |
Núm. |
Datos |
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1996/06/09 |
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1996/06/09 |
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1999/06/06 |
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2002/06/02 |
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2011/06/26 |
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2011/06/26 |
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2011/06/26 |
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2014/06/22 |
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2017/06/18 |
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2017/06/18 |
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2023/06/11 |
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Versión |
Homilía para leer: |
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1. Un Alimento nuevo para un nuevo desafío1.1 Moisés, en la primera lectura, les recuerda a los hebreos que han conocido un alimento nuevo: el maná. Se han saciado con una comida que no conocieron sus padres y la fuerza que han recibido les ha permitido superar la escasez propia del desierto. En esto hay una enseñanza para nosotros. 1.2 Podemos comparar nuestra vida, o parte de ella, con ese desierto, no tanto por las incomodidades sino por la imposibilidad real que a veces encontramos para seguir adelante. Hay incomodidades en todas partes; lo propio, en cambio, del desierto es que se extiende delante de nosotros como una amenaza a la vida misma. Quien alguna vez haya sentido que se le extingue la vida, o el sentido de la vida o las ganas de seguir viviendo, entiende también el significado profundo de este desierto en el que Dios concedió un pan que era absolutamente nuevo para ellos. 1.3 Nosotros aplicamos ese relato al alimento eucarístico porque comprendemos que el impulso de amor que llevó a Cristo a dar su vida por nosotros es el mismo impulso que puede darnos vida cuando todo lo demás parece alejarse o extinguirse. Ejemplo real de esto encontramos particularmente en los mártires: enfrentados al momento espantoso de ser torturados hasta la muerte, muchos hallaron su fortaleza comiendo el Pan del Cielo: su último acto fue comulgar, y con ese viático, verdadero "alimento para el camino," cruzaron el puente y entraron a la vida que nadie puede arrebatarnos. 2. La Comunión es Personal pero no Individual2.1 Ahora bien, es un mismo Cristo quien nos alimenta a todos. Por eso es verdad que somos uno en él. Nuestra comunión es personal, porque Cristo se da a cada uno y a cada una, pero no es individual, porque no nos encierra ni nos aísla del resto de los hermanos y hermanas. 2.2 San Pablo nos recuerda estas verdades en el breve texto de la segunda lectura de hoy. "El pan que partimos, ¿no nos une a Cristo por medio de su cuerpo?" Llegar a descubrir que somos en Cristo es ya un paso pero hay que dar un paso más: descubrir que los demás están conmigo en Cristo. Este pensamiento es particularmente útil para santificar el afecto que tenemos por las personas que ya amamos, así como para vencer las antipatías o malos sentimientos que pudiéramos tener por alguien. Mirar a mi enemigo bañado en la misma Sangre que a mí me redime es seguramente un medio espiritual e incluso psicológico muy potente para superar divisiones y aversiones. 3. El Pan Vivo que da Vida3.1 Aunque el Ciclo A de lecturas para el domingo toma la mayor parte de los textos para el evangelio de la versión según san Mateo, hoy hemos escuchado un pasaje de Juan que aparece después del milagro de la multiplicación de los panes. Conviene recordar, a este respecto, que aunque este milagro está en los otros evangelios, es en Juan donde se hace la transición del pan material al pan que da vida, de modo que el milagro mismo queda como prolongado, magnificado y a la vez acercado a nosotros con la meditación o predicación que le sigue. 3.2 Es cosa admirable ver que unas hogazas de pan alimentan a una multitud pero es más admirable ver que un mismo Cristo alimenta a todos los creyentes. Es maravilloso ver que comieron cerca de cinco mil familias pero es mucho más grande ver que la familia de Dios se sienta alrededor del altar y recibe de allí su alimento. Es grande que Cristo entregue ese pan bendecido pero es mucho más grande que se entregue a sí mismo en la Eucaristía. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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