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San Antonio, quien fue Fundador de los Clérigos Regulares de San Pablo, nació en Cremona en el año 1502, y desde niño mostró una gran compasión hacia los pobres.
Al finalizar su carrera de medicina en la Universidad de Padua, el Santo, de 22 años, comprendió que su vocación consistía en cuidar tanto las almas como los cuerpos.
Se consagró seriamente al estudio de la teología, sin dejar por ello de ejercer su profesión, de ayudar espiritualmente a los moribundos, de enseñar la doctrina cristiana a los jóvenes y de servir a todos.
En 1528 recibió la Ordenación Sacerdotal, trasladándose a Milán, donde ingresó a la Cofradía de la "Eterna Sabiduría".
En 1530, el Padre Zaccaria y otros dos sacerdotes, Bartolomné Ferrari y Jacobo Morigia, decidieron fundar una asociación de clérigos regulares, es decir, sacerdotes obligados con voto a seguir una regla, pero que no eran frailes ni monjes.
Su objetivo era revivir y reavivar el amor por los oficios litúrgicos, promoviendo la vida cristiana mediante la predicación y la administración de los sacramentos.
Mientras que Lutero atacaba las verdades de la fe y las iniquidades del clero, la asociación del Padre Zaccaria trabajaba heroicamente por reformar la Iglesia desde el interior.
La meta era reavivar el espíritu cristiano y el celo por las almas en el clero, además de administrar los sacramentos a los fieles.
El Papa Clemente VII aprobó en 1533 la nueva Congregación de Clérigos Regulares de San Pablo. Un año antes de su muerte, San Antonio obtuvo para su Congregación la Iglesia de San Bernabé, en Milán.
El Santo murió en Cremona, a los 37 años. Fue canonizado en 1897 por el Papa León XIII.
Bucaramanga, Colombia - Que el Señor te bendiga y te llene de prosperidad, feliz día, amor mío. Que el Padre del cielo derrame sobre ti todas las bendiciones del cielo, protección, bondad, misericordia, amor y gracia. Que en este día tan especial te cubra con su sangre preciosa hoy y siempre, Feliz cumpleaños. Te quiero mucho. Laura Liliana
Medellín, Colombia - Pedirle al Señor y a la Santísima Virgen que los bendiga lo mismo a su hijo Camilo y que puedan ser una pareja que de ejemplo con su comportamiento a otros matrimonios. Los amo. María
Ordenación Sacerdotal (1969) - Es Misionero del Espíritu Santo y actualmente esta en El Templo de Santa Teresita del Niño Jesús en Leon Guanajuato, México ¡Oraciones por él! La familia del Espíritu Santo le damos las gracias por todo el amor que nos ha dado, por las enseñanzas, por su dedicación y paciencia etc. etc. etc. ... Que el Señor siga derramando su Espiritu Santo en Ud. para que nos siga guiando hacia El Señor. Gracias por todo. Elevamos infinitas gracias al Señor, por habernos enviado a un sacerdote como Ud. que con tanta paciencia y bondad nos enseña, nos guia, nos alienta nos conforta y cada dia nos acerca mas a Nuestro Señor. Que Dios lo siga bendiciendo. Felicidades.
Puerto Vallarta Jalisco, México (1997) - Nuestro hijo que está gozando de la dicha de estar con nuestro Padre Celestial. Que nuestro Señor Jesucristo nos bendiga y estémos preparados para el día que seamos llamados. Gracias.
Así dice el Señor: "Yo la cortejaré, me la llevaré al desierto, le hablaré al corazón. Y me responderá allí como en los días de su juventud, como el día en que la saqué de Egipto. Aquel día -oráculo del Señor-, me llamará Esposo mío, no me llamará Ídolo mío. Me casaré contigo en matrimonio perpetuo, me casaré contigo en derecho y justicia, en misericordia y compasión, me casaré contigo en fidelidad, y te penetrarás del Señor."
Día tras día, te bendeciré / y alabaré tu nombre por siempre jamás. / Grande es el Señor, merece toda alabanza, / es incalculable su grandeza. R.
Una generación pondera tus obras a la otra, / y le cuenta tus hazañas. / Alaban ellos la gloria de tu majestad, / y yo repito tus maravillas. R.
Encarecen ellos tus temibles proezas, / y yo narro tus grandes acciones; / difunden la memoria de tu inmensa bondad, / y aclaman tus victorias. R.
El Señor es clemente y misericordioso, / lento a la cólera y rico en piedad; / el Señor es bueno con todos, / es cariñoso con todas sus criaturas. R.
El Señor es clemente y misericordioso. (Salmo 144)
Evangelio
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: "Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá". Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que, con sólo tocarle el manto, se curaría. Jesús se volvió, y al verla le dijo: "¡Animo, hija! Tu fe te ha curado. Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: "¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida". Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por aquella comarca.
Es indispensable llegar a la experiencia viva, mas allá de las palabras, del poder del amor de Dios que derrumba las murallas que nos separan de los demás. 13 min. 11 seg.
La ley cumple una importante función de traer orden y de educar en la dirección del bien pero la plenitud no está en la Ley sino en la gracia y la verdad que nos han llegado por Cristo. 14 min. 21 seg.
Necesitamos que el Señor pose su mano sobre nuestra cabeza para resucitar lo muerto en nosotros; para darle paz, orden, belleza y esperanza a nuestros pensamientos. 5 min. 15 seg.
Tres grandes bienes trajo el desierto al pueblo de Israel y puede traer a nosotros: (1) Separación incluso física de los ídolos; (2) Recuerdo vivo de las promesas y la voluntad de Dios; (3) Necesidad sentida de apegarse y depender de Dios. 25 min. 45 seg.
A pesar de haber sido infieles hay una esperanza real cuyo camino pasa por el desierto para que aprendamos a desechar nuestros ídolos y lleguemos a amar a Dios cada vez más como Él nos ama. 5 min. 55 seg.
Dios nos lleva al desierto cuando aquello en lo que hemos puesto nuestra confianza no funciona. Lee la Palabra de Dios que te habla al corazón y cambia tu vida. 7 min. 10 seg.
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1.1 Oseas tiene, en cuanto profeta, una palabra que decir. Mas no será una palabra externa o simplemente aprendida: su propia vida es la referencia y el lenguaje de su profecía. Su esposa es infiel y ligera; su amor no ha sido entendido; Oseas, por consiguiente, sabe de qué habla cuando compara a Dios con el Esposo y al pueblo con la Esposa: él conoce qué es padecer un amor defraudado.
1.2 En ese contexto escuchamos la primera lectura de hoy. Este Esposo, que es Dios, quiere recuperar a su Amada. Está dispuesto a perdonarla y a despertar en ella un amor renovado que deje atrás los tiempos del amor defraudado. ¿Cómo lograrlo? Hay una evocación que viene del pasado en el desierto, donde el pueblo dependía sólo de Dios y no había espacio para ídolos ni para infidelidades. El desierto será entonces el lugar apropiado para recuperar el amor primero.
1.3 A lo largo de los siglos la Iglesia ha comprobado la gracia particular que tiene el desierto. La vida religiosa floreció por primera vez en la aridez de los desiertos de Egipto y Oriente Medio; la cuaresma, que despierta tantas conversiones, es como un acompañar a Jesús en su desierto y purificar y renovar la fe. En otro sentido, los retiros o ejercicios espirituales, momentos privilegiados de gracia, son como pequeños desiertos en los que Dios sigue cumpliendo lo que anunció por boca de Oseas, el profeta que sabía del dolor de amar a fondo.
2. Doble Milagro
2.1 El evangelio de hoy nos ofrece un doble milagro: una mujer curada y una niña resucitada. La mujer tiene una fe grande pero muy primitiva, casi mágica; la niña, en cambio, depende de la fe que otros tienen y que los ha llevado a rogar por ella.
2.2 Jesús toma la fe inicial unida a la humildad de la mujer y la perfecciona, es decir, la lleva del simple milagro al encuentro personal con él. Le otorga en realidad más de lo que ella esperaba: no sólo la salud sino la presencia de aquel que la otorga. Así hace que ella pase de un "algo," como una fuerza anónima, a un "alguien," a saber, Jesús mismo, que la acoge, la bendice y la ama.
2.3 Jesús toma también la fe del papá de aquella niña. La noticia abrumadora de la muerte de la hija podría hacer vacilar esa fe, pero Jesús lo sostiene con una promesa muy bella aunque muy difícil: "la niña no está muerta; está dormida." Jesús, en efecto, reserva la palabra "muerte" para aquello que el pecado hace en y con nuestra vida. Y esa fe robustecida triunfa: la vida se restablece y la alabanza viene a reemplazar a los lamentos.