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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024 Ciclo A, Adviento,
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Lectura: |
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1a. |
Dios viene en persona y os salvará (Isaías 35,1-6a.10) |
Salmo |
Ven, Señor, a salvarnos. (Salmo 145) |
2a. |
Manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca (Santiago 5,7-10) |
Evangelio |
¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro? (Mateo 11,2-11) |
Núm. |
Datos |
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Más... |
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1995/12/17 |
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1998/12/13 |
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2001/12/16 |
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2007/12/16 |
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2010/12/12 |
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2010/12/12 |
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2013/12/15 |
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2013/12/15 |
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2016/12/11 |
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2016/12/11 |
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2019/12/15 |
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2019/12/15 |
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13 |
2022/12/11 |
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2022/12/11 |
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Versión |
Homilía para leer: |
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1 |
1. Palabras de Ánimo1.1 El tono de este tercer domingo de Adviento es de muy grande consuelo y de especial alegría. De hecho, es conocido como el domingo del "alegraos," que en latín se dice: Gaudete. 1.2 El Adviento es un ejercicio de esperanza, una mirada hacia el futuro, y en ese sentido, supone el esfuerzo de ver más allá del presente. Ese esfuerzo es necesario porque no nos gusta. Una persona plenamente feliz en su presente no tendría cómo vivir un Adviento. Por eso el Adviento tiene una nota de dolor, una nota que nace de la conciencia de que este momento es incompleto, insatisfactorio, insuficiente. 1.3 Por todo ello necesitamos palabras de ánimo como las de este domingo. 2. Dios Viene en Persona a Salvar2.1 La primera gran nota de alegría en este domingo la da Isaías, el gran profeta del Adviento cristiano. Se resume en la expresión imponente: "Dios viene en persona." Esto se cumplió a la letra en el Nacimiento de Cristo, en su vida cargada de frutos de amor y sobre todo en su Pasión redentora y gloriosa Resurrección. 2.2 Subrayemos lo que se nos está anunciando, porque no hay otro anuncio igual en otras religiones o filosofías: he aquí a un Dios que, sin necesitarnos, nos busca, y sin ganancia para él ofrece a su Hijo por salvarnos. ¿Tiene el Dalai Lama algo semejante para contarnos? ¿Soñó Marx algo parecido? ¿Mahoma creyó posible algo así? 3. El Campo y la Lluvia3.1 La segunda lectura, del apóstol Santiago, invita a la alegría también en un tono distinto, más discreto, si se quiere. Su frase de hoy es: "mantengan firme el ánimo, porque la venida del Señor está cerca." Y para darle firmeza a nuestro ánimo nos invita a mirar la obra de la lluvia en los campos. Cada gota parece insignificante e incluso una solo aguacero es del todo insuficiente, pero la sucesión de lluvias logra el milagro de la cosecha. 3.2 Saber valorar las gotas humildes y las lluvias breves; saber confiar en lo que sucede en el secreto de la tierra, más allá de lo que ven nuestros ojos: algo así es el Adviento, algo así es la vida humana misma. 4. ¿Eres Tú o Esperamos a Otro?4.1 Si la vida humana tiene tantas cargas de insatisfacción y por consiguiente tantas razones de búsqueda, y si viene Cristo y se presenta ante nosotros con todo su mensaje de amor y redención, ¿cómo esquivar la pregunta que hace Juan Bautista desde la cárcel? Hacia Cristo Señor se dirigen nuestros ojos y las palabras sencillamente brotan: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?" 4.2 No es una pregunta retórica o de respuesta inmediata. Hoy, sobre todo en el mundo llamado "desarrollado," muchos tienen una respuesta a esa pregunta: "hay que esperar a otro;" o si no: "ni era Cristo ni hay que esperar a nadie." Lo primero es el canto de la Nueva Era y el gnosticismo contemporáneo; lo segundo es la elegía del suicidio, sea en versión romántica y existencialista o violenta, tipo rock metálico. Así pues, es un hecho que mucha gente ha respondido a la pregunta del Bautista en la dirección opuesta al Evangelio. 4.3 Hay que subrayar que Cristo no respondió a la pregunta con palabras sino con obras. Las razones de esperanza que envió a Juan Bautista fueron simplemente los hechos que estaban aconteciendo a ojos de todos: " los ciegos ven y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio." Nuestra esperanza, pues, y nuestra alegría, no nacen de discursos bien arreglados, sino de experiencias vivas y reales de amor, de gracia y de salvación. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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