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San David, o Dewi Sant, como se le conoce en idioma galés, es el Santo Patrono de Gales. Era un monje, Abad y Obispo celta, que vivió durante el siglo VI.
Fue Arzobispo de Gales y uno de los primeros Santos que ayudaron a diseminar el cristianismo entre las tribus celtas paganas del oeste de las islas británicas.
Dewi nació en las proximidades de Capel Non, en la costa suroriental de Gales, cerca de lo que ahora es la ciudad de Sain Dewi.
Estudió en un Monasterio de nombre Hen Fynyw.
Hizo muchos viajes como misionero por todo Gales, donde estableció varias iglesias. También viajó al sur y oeste de Inglaterra y Cornualles.
Fundó un Monasterio en Glyn Rhosyn, en la rivera del pequeño Río Alun, donde actualmente se yergue la Catedral de la ciudad de Saint David.
Existen muchas historias acerca de la vida de Dewi, pero tal vez la más conocida se dice que ocurrió en el Sínodo de Llanddewi Brefi. Estaban por decidir si Dewi se convertiría en Arzobispo.
Una multitud se congregó en el Sínodo, y cuando Dewi se puso de pie para tomar la palabra, uno de los miembros de la congregación gritó: "No podremos verlo ni oírlo". En ese momento, el piso se elevó hasta que todos pudieron mirarlo y escucharlo. Así, no era de sorprender que pronto fuera nombrado Arzobispo.
Se dice que el Santo vivió más de 100 años, y generalmente se acepta que murió en el 589. Las últimas palabras que dirigió a sus seguidores, fueron en un sermón el domingo antes de su muerte.
Según uno de sus biógrafos, Dewi les manifestó: "Sean alegres, mantengan la fe y su credo. Realicen las pequeñas cosas que me han visto u oído hacer. Yo caminaré por la ruta que nuestros ancestros recorrieron antes que nosotros".
"Hagan las pequeñas cosas", es una frase muy conocida en galés, que ha sido la inspiración de muchos. Se dice que el martes primero de marzo del año 589, el Monasterio se llenó de Ángeles, y Cristo recibió su alma.
Tal como se celebra en la actualidad, el Día de San David data del año 1120, cuando Dewi fue canonizado por el Papa Callactus Segundo. El primero de marzo quedó incluido en el calendario de la Iglesia.
San David fue, y sigue siendo, una figura muy importante de Gales. El Día de San David es una gran celebración en ese lugar.
Cúcuta, Colombia - En este día tan especial a mi madre quiero desearle abundante salud y muchos años de vida y gracias por ser tan especial. Santísima Trinidad y la virgencita de la medalla milagrosa me la guarden en sus pliegues. Marta E.
Bogotá, Colombia - Cuando una amiga se va, nos quedan la alegría de su vida y sus acciones, Lilia con su gran capacidad de servicio nos dejo una huella profunda e imborrable y el ejemplo de luchar por lo que se quiere en la vida. Señor en tus manos colocamos su vida, su alma y que desde alli tenga un balsamo de paz para su hija. Amén. Alejandro
El Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo. El Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de comer; además, el árbol de la vida, en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.
La serpiente era el más astuto de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: "¿Cómo es que os ha dicho Dios que no comáis de ningún árbol del jardín?" La mujer respondió a la serpiente: "Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; solamente del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: "No comáis de él ni lo toquéis, bajo pena de muerte."" La serpiente replicó a la mujer: "No moriréis. Bien sabe Dios que cuando comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios en el conocimiento del bien y del mal."
La mujer vio que el árbol era apetitoso, atrayente y deseable, porque daba inteligencia; tomó el fruto, comió y ofreció a su marido, el cual comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, / por tu inmensa compasión borra mi culpa, / lava del todo mi delito, / limpia mi pecado. R.
Pues yo reconozco mi culpa, / tengo siempre presente mi pecado: / contra ti, contra ti solo pequé, / cometí la maldad que aborreces. R.
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro, / renuévame por dentro con espíritu firme; / no me arrojes lejos de tu rostro, / no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación, / afiánzame con espíritu generoso. / Señor, me abrirás los labios, / y mi boca proclamará tu alabanza. R.
Hermanos: Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, por que todos pecaron.
[Porque, aunque antes de la Ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba porque no había Ley. A pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de Adán, que era figura del que había de venir. Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por la transgresión de uno murieron todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a un solo hombre, Jesucristo, sobró para la multitud. Y tampoco hay proporción entre la gracia que Dios concede y las consecuencias del pecado de uno: el proceso, a partir de un solo delito, acabó en sentencia condenatoria, mientras la gracia, a partir de una multitud de delitos, acaba en sentencia absolutoria.]
Por el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte, por culpa de uno solo. Cuanto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la justificación. En resumen: si el delito de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la justificación y la vida. Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos.
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: "Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes." Pero él le contestó, diciendo: "Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.""
Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice: "Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras."" Jesús le dijo: "También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios.""
Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo: "Todo esto te daré, si te postras y me adoras." Entonces le dijo Jesús: "Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto.""
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.
Catequesis sobre la tentación. Dios creó bueno al ser humano pero fue seducido por la astucia del demonio y cayó en el pecado. Pero donde abundó el pecado ha sobreabundado la gracia. De hecho, nuestra victoria está en unirnos a Cristo, que venció la tentación. 4 min. 27 seg.
Algunas lecciones prácticas sobre la realidad de la tentación. Necesidad de conocerse, de vigilar, de no fiarse de la propia interpretación de la Escritura; necesidad sobre todo de orar y de unirse a Cristo para vencer. 18 min. 50 seg.
La huella del pecado original permanece al querer imponer nuestro criterio sobre qué es el bien y qué es el mal, porque sólo llegamos a este conocimiento escuchando la Palabra del Señor. 6 min. 41 seg.
En Cuaresma debemos: profundizar en nuestra formación y perseverar en la oración para fortalecernos en aquello que somos más débiles porque no sabemos cuándo seremos tentados. 7 min. 32 seg.
Jesús en el desierto estaba creciendo y formándose en la verdad profunda de la relación de Dios y el hombre, fortaleciéndose para la misión que no tiene paralelo en toda la historia de la humanidad. 7 min. 6 seg.
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1.1 Este año leemos en las misas del domingo textos del Evangelio según san Mateo. Este apóstol será entonces nuestro maestro particular durante el recorrido de la Cuaresma. Sin embargo, ya para el tercer domingo de este tiempo litúrgico intervendrá otro apóstol, Juan, que nos ofrecerá algunos pasajes de su Evangelio.
1.2 ¿Cuál es el tema que da unidad a esta Cuaresma? Sabemos que la conversión y la penitencia son parte esencial de la espiritualidad cuaresmal; sabemos también que el ayuno, la oración y la limosna son nuestras armas espirituales para este tiempo; sabemos en fin, que como todos los años, también ahora estamos avanzando hacia un punto focal: la pascua de Cristo. Pero ello no excluye preguntar cuál es la particularidad de esta Cuaresma en que Mateo y Juan nos van a enseñar tantas cosas.
1.3 El énfasis de este año puede sintetizarse en la expresión: "un camino de luz;" o también diciendo: "vamos a recuperar nuestro bautismo." De lo que se va a tratar, en realidad, a lo largo de estas lecturas y en el conjunto de estos domingos, es de ese sacramento, el del bautismo, que en tiempos antiguos fue llamado precisamente "la iluminación." Se trata de un recorrido desde las tinieblas hacia la plenitud de claridad y gloria que vendrán con la Pascua del Señor Jesús.
2. Venciendo al Príncipe de las Tinieblas
2.1 Y como se trata de un camino que comienza en la oscuridad, las lecturas de este primer domingo nos presentan el poder del príncipe de las tinieblas. En la primera lectura, del Génesis, y en el texto del evangelio aparece expresamente la acción seductora y perturbadora del enemigo malo.
2.2 Con una diferencia radical: si en el texto del Génesis este enemigo logró lo que quería, es decir, engendrar desobediencia, sembrar orgullo y producir muerte, en el texto de san Mateo es él quien resulta vencido. Sus tentaciones fueron incapaces de confundir, doblegar o derrotar a Cristo.
2.3 La enseñanza más obvia entonces es que admitimos que hay oscuridad y pecado; reconocemos que como seres humanos podemos caer y caemos, pero vemos también con alegría que hay uno que ha salido vencedor y en su victoria hay un germen de esperanza y también de victoria para nosotros.
3. Transmitiendo Vida
3.1 El apóstol san Pablo resume el estado de cosas en la segunda lectura de hoy: "así como por el pecado de un solo hombre, Adán, vino la condenación para todos, así por la justicia de un solo hombre, Jesucristo, ha venido para todos la justificación que da la vida. Y así como por la desobediencia de uno, todos fueron hechos pecadores, así como por la obediencia de uno, todos serán hecho justos."
3.2 El contraste es completo: desobediencia que produce condenación y luego muerte, por un lado; obediencia que trae justificación y luego vida, por el otro. Todos somos hijos de Adán, todos pertenecemos a la especie humana y participamos de la debilidad y estamos en el esquema de la rebeldía y la desobediencia. Pero hay un nuevo Adán que transmite vida, y quienes se unen a él participan de su fortaleza y entran en nuevo esquema de amistad y paz y salvo con Dios: esto es en últimas lo que quiere decir la palabra "justificación."
3.3 Así pues, apenas iniciada esta Cuaresma, alabemos a Dios por su victoria en la carne santísima de su Hijo Jesucristo, que padeció tentación sin pecar para que nosotros los pecadores pudiéramos vencer a la tentación y, unidos a él, recibir de su vida perdurable.