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San Juan Diego nació en 1474 en el "calpulli" de Tlayacac en Cuauhtitlán, México, establecido en 1168 por la tribu nahua, y conquistado por el jefe Azteca Axayacatl en 1467.
Cuando nació, recibió el nombre de Cuauhtlatoatzin, que quiere decir "el que habla como águila" , o "águila que habla".
Juan Diego perteneció a la más numerosa y baja clase del Imperio Azteca, sin llegar a ser esclavo. Se dedicó a trabajar la tierra y fabricar matas, las que luego vendía. Poseía, además, un terreno en el que construyó una pequeña vivienda.
Contrajo matrimonio con una nativa, pero no tuvo hijos. Entre 1524 y 1525 se convirtió al cristianismo, siendo bautizado junto a su esposa. Él recibió el nombre de Juan Diego y ella el de María Lucía.
Fueron bautizados por el misionero franciscano Fray Toribio de Benavente, llamado por los indios "Motolinia" o " el pobre".
Antes de su conversión, Juan Diego ya era un hombre piadoso y religioso. Muy reservado y de carácter místico, le gustaba el silencio, y solía caminar desde su poblado hasta Tenochtitlán, a 20 kilómetros de distancia, para recibir instrucción religiosa.
Su esposa, María Lucía, falleció en 1529. En ese momento, Juan Diego se fue a vivir con su tío Juan Bernardino en Tolpetlac, a sólo 14 kilómetros de la iglesia de Tlatilolco, Tenochtitlán.
Durante una de sus caminatas rumbo a Tenochtitlán, que solían durar tres horas a través de montañas y poblados, ocurrió la primera aparición de Nuestra Señora, en el lugar ahora conocido como "Capilla del Cerrito", donde la Virgen María le habló en su idioma, el náhuatl.
San Juan Diego tenía 57 años en el momento de las apariciones, ciertamente una edad avanzada en un lugar y época donde la expectativa de vida masculina apenas sobrepasaba los 40 años.
Luego del milagro de Guadalupe, el Santo vivió en un pequeño cuarto pegado a la Capilla que alojaba la Santa Imagen, tras dejar todas sus pertenencias a su tío Juan Bernardino.
Pasó el resto de su vida dedicado a la difusión del relato de las apariciones entre la gente de su pueblo. Murió el 30 de mayo de 1548, a la edad de 74 años.
Juan Diego fue beatificado en abril de 1990 y canonizado el 31 de julio de 2002 por el Papa Juan Pablo II, quien viajó a Ciudad de México para presidir la ceremonia.
Quienes apreciamos el don de tu amistad nos regocijamos ante Dios por haberte creado. Que El Señor te bendiga, te guarde, te proteja de todo mal y peligro. María Santísima te guarde en su corazón puro e inmaculado de Madre amorosa.
Los Angeles, Estados Unidos (1995) - Dios siga bendiciendo nuestra unión y dándonos el valor para ser signo de su amor. Gracias Dios por tu misericordia al regalarme un ser tan especial y lleno de Ti. Mi Jesús te amo.
Ordenación Sacerdotal. Villa del Rosario, Colombia (2000) - Que el Padre Todo poderoso te llene de muchas bendiciones, que por medio de su hijo nuestro Señor Jesucrito puedas seguir el camino para tu santidad y te llene de mucha sabiduria, fe y confianza para que puedas seguir acojiendo sus ovejitas perdidas. Lizmar eusse
Tendrá lugar el 13 de Diciembre de 2008. Estamos avisando con tiempo. DATOS: Casa Fraterna - Trv. 22 Bis # 60-35, Bogotá; 9:00 AM - 6:00 PM; Tel: +57 (1) 235-9363.
Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastoreará. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará con la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de la ciencia del Señor, como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada.
Dios mío, confía tu juicio al rey, / tu justicia al hijo de reyes, / para que rija a tu pueblo con justicia, / a tus humildes con rectitud. R.
Que en sus días florezca la justicia/ y la paz hasta que falte la luna; / que domine de mar a mar, / del Gran Río al confín de la tierra. R.
Él librará al pobre que clamaba, / al afligido que no tenía protector; / él se apiadará del pobre y del indigente, / y salvará la vida de los pobres. R.
Que su nombre sea eterno, / y su fama dure como el sol: / que él sea la bendición de todos los pueblos, / y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.
Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente. (Salmo 71)
2a.
Hermanos: Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así dice la Escritura: "Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre."
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: "Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos." Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo: "Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos." Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: "¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: "Abrahán es nuestro padre", pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga."
Convertíos, porque está acerca el reino de los cielos (Mateo 3,1-12)
¿Qué luz particular para el Adviento nos dan los tres grandes guías que la Iglesia nos propone: Isaías, Juan Bautista y la Virgen Inmaculada? 19 min. 22 seg.
Jesucristo es el ungido de Dios, vino a devolverle la gloria del Señor, no juzga por apariencias, predica para levantarnos y para que lleguemos a ser lo que Él quiere que seamos. 6 min. 34 seg.
El Mesías ve más allá de las apariencias: su mirada nos invita a asomarnos a la profundidad y a la complejidad de la existencia humana. Y algo queda claro: todos tenemos una naturaleza, un sedimento herido gravemente por el pecado; pero mucho más hondo y mucho más real es el cimiento de amor de gratuidad que Dios ha puesto en nosotros al crearnos y al redimirnos. 28 min. 18 seg.
La conversión implica aceptar que debo cambiar y lo admito, no para desesperarme o caer en el cinismo, sino que dejo que Jesús venga y haga su obra grande en cada mí. 5 min. 19 seg.
1.1 En este segundo domingo de Adviento estas dos palabras resuenan: justicia y paz.
1.2 La justicia es el reclamo de Juan Bautista en el evangelio y es la virtud primera del Mesías anunciado por el profeta en la primera lectura. La justicia por fuerza habrá de entrar en conflicto con los que lucran de la injusticia, pero como fruto de la justicia viene la paz.
1.3 También la segunda lectura nos habla de paz, en una clave que tiene particular belleza: la armonía.
2. El Camino se Llama Arrepentimiento
2.1 Vayamos, pues al evangelio de hoy. Es un llamado ardiente al arrepentimiento. Juan predica con voz incendiada reclamando conversión. Su mensaje no cayó completamente en el vacío pues los que lo oían "confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río."
2.2 No todos, sin embargo, iban con intención de escuchar al profeta o de buscar la voluntad de Dios. Había también curiosos, fisgones y espías. El texto nos describe el lenguaje agrio que el profeta del desierto tiene para esta clase de gente, que nunca llega a las obras de conversión. Los trata de víboras y les anuncia severos castigos en el fuego que no muere.
2.3 Tenemos que entender la seriedad del momento que vivimos. Optar por Dios o rechazarle es la única decisión que marcará toda nuestra eternidad. Y no cabe ser espectadores de este drama: el que no acepta de corazón su lugar como amigo del Señor se está declarando su enemigo.
2.4 Por lo demás, aquí hay varias clases de fuego implicadas: el fuego de la predicación profética y el fuego del dolor que nace en nosotros cuando reconocemos que hemos dado la espalda a Dios. Pero estos dos fuegos quedarían en nada sin el tercer y definitivo fuego, anunciado por el Bautista: el que viene del Espíritu Santo. Tal será el sello propio del ministerio del Mesías prometido.
3. Mantener la Esperanza
3.1 Ya seguramente hemos notado que el Adviento está escrito con caracteres de futuro. La palabra misma mira hacia el porvenir, lo que está por llegar. Y quien habla de futuro habla de esperanza, pero ¿cómo alimentar la esperanza? Ese es el tema propio de la segunda lectura.
3.2 La esperanza se alimenta del testimonio y de la paciencia. El testimonio es el que dan las Escrituras que nos muestran por cuántos caminos diversos socorre Dios a los suyos. La paciencia es aquí la capacidad de declararnos más fuertes que el presente adverso: cada día que resistes es un día en que has vencido.
3.3 Un pueblo es esperanza es un pueblo en armonía; y lo contrario también es cierto. La esperanza nos da armonía porque nos une en la certeza de que sólo aquel que ha de venir puede hacer justicia a nuestra causa y dar a cada quien lo suyo. La armonía nos da esperanza porque unidos en un corazón la plegaria se hace fuerte y la alabanza crece y se fortalece.
4. Un País Lleno del Conocimiento de Dios
4.1 Isaías nos describe un cuadro paradisíaco, de paz completa, más allá de todo sueño. La causa última de esa paz no es ningún pacto entre superpotencias ni tampoco la llegada de un gobierno mundial excepcional. Hay paz porque el país está lleno del conocimiento del Señor. Donde todos conocen a Dios y todos lo reconocen, allí hay paz.
4.2 El Mesías será aquel que instaure esta paz maravillosa. Tendrá la verdad y la justicia como distintivos de su reino y se ocupará especialmente de los pequeños y desvalidos.
4.3 Tal es entonces el programa que han de seguir nuestros gobernantes si de veras aman la nación: que Dios sea reconocido, que abunde la verdad, se respete la justicia y haya especial cuidado de los pobres. Todo un programa para Adviento.