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Homilía de Fr. Nelson Medina, O.P.
La Inmaculada, signo de la victoria de la gracia
Homilía aa02014a, predicada en 20191208, con 40 min. y 53 seg. 
Transcripción:
Mis amados hermanos, tomemos las lecturas que acabamos de escuchar y busquemos con la guía del Espíritu Santo, alimento, descanso y fortaleza para nuestros corazones creyentes. La primera lectura fue tomada del libro del Génesis; nos cuenta lo que sucedió después del pecado de nuestros primeros padres. La segunda lectura fue tomada de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios; en un lenguaje poético muy alto, Pablo nos describe lo que podemos llamar el plan de salvación. Y en ese plan está la victoria completa sobre el pecado. El Evangelio nos cuenta la Anunciación del Arcángel San Gabriel a la Santísima Virgen María y algunas palabras de ese diálogo entre el Ángel y María nos van a ayudar a descubrir el misterio hermosísimo de Santidad que está en esta mujer, que es la Madre de Cristo, según la naturaleza humana y que es Madre nuestra en el orden de la gracia. Esas son las tres lecturas, hermanos. Y ahora, mientras invocamos la gracia del Espíritu Santo para mis palabras y para sus oídos, acerquémonos de nuevo a cada una de ellas. Lo vamos a hacer destacando una frase?, todos sabemos que la Palabra de Dios es tan fecunda, que los tesoros que están aquí, si los fuéramos a describir uno por uno, no acabaríamos, entonces vamos a tomar una frasecita, una o dos frases de cada lectura y vamos a ver la belleza que está ahí y vamos a ver cómo esa hermosura nos ilumina y nos da alimento. Observemos: en la primera lectura que ya dije, que es del Génesis, capítulo tres. Observemos la manera como Dios le habla a la serpiente, está claro en la Biblia quién es esta -serpiente-; porque lo dice claramente el libro del Apocalipsis. El Génesis es el primer libro de la Biblia, el Apocalipsis es el último libro de la Biblia, y en el Génesis aparece, bajo la figura de la serpiente un oscuro personaje que luego es desenmascarado en el último libro de la Biblia. Ese oscuro personaje es el diablo y Dios declara sentencia en la creación visible, porque la sentencia en el mundo de lo invisible ya había sido declarada antes. Dios declara sentencia en la creación visible, sentencia en contra del diablo con las palabras que hemos escuchado y de esas palabras que Dios le dice a la serpiente, la que nos interesa en esta fiesta preciosa de la Inmaculada, la frase que más nos interesa es esta -"Establezco hostilidades entre ti y la mujer"-. "Establezco hostilidades entre ti y la mujer". Esa frase nos va a revelar un montón de cosas; pero queriendo ser concretos, esa frase nos va a enseñar tres cosas importantísimas. La primera, nos va a enseñar cuál era la estrategia del diablo, cosa que es muy bueno saber, porque el diablo sigue utilizando esa estrategia a lo largo de los siglos y también en nuestros días. ¿Cuál es esa estrategia? Esa estrategia es atacar en primer lugar a la mujer. ¿Por qué si ya estaban la mujer y el hombre, ataca en primer lugar a la mujer?. Respuesta: Porque resulta que el manantial de la vida humana está en primer lugar en la mujer, la mujer es la ministra de la vida, la mujer es la primera cuna, es la puerta por la que todos llegamos a la existencia. Cada uno de nosotros, no importa si es hombre o mujer, tiene su origen en una mujer. No es solamente el vientre, no es solamente la matriz que cada niña, cada joven, cada mujer, tiene en su cuerpo; es en su corazón, es en sus decisiones. En cada mujer se esconde un universo posible. En cada mujer hay una fuerza de vida que nos permite compararla con un pozo, un pozo del cual brota la vida. Por eso hay una frase que me gusta mucho y la repito -Derribar por el pecado a un hombre es como envenenar un vaso, derribar por el pecado a una mujer es como envenenar un pozo- porque en la mujer están las fuentes de la vida; por eso el diablo va contra la mujer. Y eso es lo primero que nos enseña esa frase que hay que tenerla muy grabada en el corazón. Repito la frase: -"establezco hostilidades entre ti, es decir, entre la serpiente, es decir, el diablo y la mujer-. Entonces esa frase nos enseña, que la puerta por la que el demonio quiere destruir el proyecto de Dios, que se llama la humanidad. La puerta que quiere violentar y atacar, es el corazón, la fe y el cuerpo de la mujer. Porque además sabe, que la mujer tiene extraordinario poder sobre el hombre... Observa la frase que dice Adán como representándonos a todos los varones; mira lo que dice Adán: -La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí-. ¡Bonita capacidad de resistencia la de Adán! -me dio el fruto y yo comí-, -yo hice caso-. Porque en el fondo, el poder que tiene la mujer, que es el poder de la dulzura, el poder de la belleza, el poder de la acogida, el poder del amor, es un poder tan grande que termina derribando al poder masculino. Por eso vemos al rey David, que venció a tanta gente, subyugado por el pecado a través de la belleza de una mujer. Por eso vemos a Sansón que podía vencer a miles de filisteos, vencido por una sola filistea. Entonces el demonio sabe lo que hace. El demonio sabe que tiene que derribar a la mujer. Y por eso las mujeres que están aquí presentes y las que luego escuchan estas palabras, deben tener presente, también que cada una, aunque parezca pequeña y aunque parezca débil, aunque parezca frágil, tiene dentro de sí un poder muy grande. Y por supuesto, con un poder tan grande, viene también una grande responsabilidad. Así que: Punto número uno que aprendemos del Génesis, en este pasaje, aprendemos del Génesis, que el demonio tiene una estrategia y es atacar a la mujer, porque cuanto más egoísta se vuelva la mujer, -la mujer es un manantial de vida-, pero si ese manantial se vuelve únicamente sobre sí misma, buscando únicamente su sensualidad, únicamente su placer, únicamente su avance profesional o económico, únicamente la conquista del poder, es decir, si la mujer se deja seducir por las estrategias del feminismo actual, esa mujer no solo se vuelve estéril ella misma, sino que automáticamente bloquea, la posibilidad de un futuro para la humanidad. Segundo, qué más se puede aprender de esa frase que dice Dios a la serpiente: "Establezco hostilidades entre ti y la mujer". Viene un dato muy importante, es claro que la serpiente, es decir el diablo, satanás, es el enemigo, podríamos decir, el archienemigo de Dios. Entonces analicemos hermanos, con esta cabecita que Dios nos dio, analicemos, si el diablo es enemigo de Dios y Dios dice: -establezco enemistad, hostilidades entre el diablo y la mujer-... Es aquí donde tenemos que aprender: que Dios se declara, en el capítulo tercero del libro del Génesis, se declara, del lado de la mujer a favor de la mujer ¡Aliado! de la mujer. Algunos dicen con mucha irresponsabilidad que la Biblia es un libro machista.; se nota que no han leído ni siquiera hasta el tercer capítulo del primer libro de la Biblia, que es donde estamos. No hay libro que tenga una postura más hermosa y sanamente feminista, en el sentido bello y alto de la palabra que la Biblia, porque lo que está diciendo es que -Dios se declara a favor de la mujer-. Repito la frase "establezco hostilidades entre ti y la mujer". Pero como la serpiente es la enemiga de Dios, y como la hostilidad es entre la serpiente y la mujer; cualquiera que analice dice: -Dios se ha declarado a favor de la mujer-. Por eso la mujer encontrará su verdadero aliado en Dios; y por eso cada mujer que descubre su aliado en Dios, se pone en una ruta bendita de salvación, que tiene su expresión más hermosa en la Santa Virgen María. Entonces la primera enseñanza era: ¿Cuál es la estrategia del demonio? Ya sabemos, es atacar sobre todo a la mujer. Por eso tenemos que cuidar a la mujer y amarla todos. Y cualquier forma de abuso, cualquier forma de manipulación, cualquier intento de volver a la mujer, un objeto, herramienta o juguete, es absurdo y contrario al plan de Dios.; Eso fue lo primero que aprendimos. Segundo, Dios se declara a favor de la mujer y se declara el gran aliado de la mujer en contra de cualquier ataque o insidia del demonio. Tercero, dice el texto sagrado: "Establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya". Llámase estirpe la descendencia. Claramente el intento de la serpiente era envenenar la descendencia de la mujer o impedirla. Por eso todo lo que esteriliza a la mujer en su cuerpo, en su mente, en sus afectos, en su generosidad, lleva el sello de satanás. Todo lo que esterilice a la mujer lleva ese sello. Pero dice Dios: -pongo hostilidad entre tu estirpe y la suya-. Con lo cual ya está declarando, que cada vez que la mujer es fecunda está venciendo a las estrategias del demonio. Es decir, que cada mamá que vive con alegría, seguramente con esfuerzo, pero vive con alegría, con generosidad, su vocación de mamá. Esas mujeres merecen de nosotros cariño, gratitud, honor. Esas mujeres están venciendo el poder de las tinieblas. Cada mamá es una victoria sobre el poder de las tinieblas. Pero hemos dicho que la fecundidad de la mujer no se limita a su vientre. Hay mujeres que por condición de salud, por una responsable elección profesional o por un llamado particular de Dios, no consideran que su camino sea la fecundidad física biológica. Esas otras mujeres, sí encuentran el camino de la fecundidad social, espiritual, cultural; son también victorias sobre el poder de las tinieblas. Y mis hermanos, tenemos que estar agradecidos. Claro, en primer lugar, por las mamás. Pero luego piense usted lo que puede la generosidad de una mujer, decía un sabio sacerdote: -Ninguna parroquia tiene vida si no es adoptada por un grupo de mujeres valientes-. ¿Se cumple o no se cumple en San Pedro Claver de Patio Bonito?, ¡se cumple! no están muy convencidos aquí; claro que se cumple, claro que se cumple... Yo estoy mirando aquí un coro, de voces bien entonadas, estoy mirando un ministerio de danza, estoy mirando gente que lee, estoy mirando a la gente que me saludó desde que llegué aquí. Y por supuesto que hay varios varones, ni más faltaba, pero uno se da cuenta; la fuerza del corazón femenino, dándole vida a esta comunidad. Entonces cada mujer que le da vida a una comunidad? ¿Cómo le das vida a la comunidad?, con tu manera de acoger, servir, superar dificultades, ser creativa, sacar tiempo, sacar tus talentos, esa generosidad que tiene la mujer, eso es increíble,. Entonces cada mujer que descubre la generosidad y la fecundidad que Dios le ha puesto en el alma, -es una vencedora de satanás-. Resumen de esta primera lectura. Hemos aprendido tres cosas. Primera ¿cuál es la estrategia del demonio? Irse contra la mujer, porque en ella están las fuentes de la vida. Segundo, que Dios en este texto se declara a favor de la mujer y que la mujer hará bien en hacer alianza firme y estable con el Señor Dios. Y tercero, que cada mujer, cuando descubre su fecundidad, sea biológica, sea? ya dije, cultural, intelectual, social, religiosa; cada mujer que vive en conciencia, su fecundidad es una vencedora del poder de las tinieblas. Esas son las tres lecciones del Génesis. De la segunda lectura, vamos a destacar solamente una frase, según dijimos: dice aquí el apóstol San Pablo, capítulo primero de su carta a los Efesios; dice San Pablo, -"Dios nos eligió en la persona de Cristo antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor"- Si usted busca el texto original de esta carta, que es el texto griego, usted se da cuenta que la palabra irreprochable... ¿sabe cómo se dice?, -inmaculados-; ¡para que seamos santos e inmaculados en su presencia por el amor!. Estamos celebrando a la Virgen Inmaculada Y ¿qué nos está diciendo el apóstol San Pablo? Que todos estamos llamados a ser... ¿a ser qué?, -Santos- si, santos es la palabra que uno está más acostumbrado a oír.; pero aquí dice -irreprochables-.; Y dijimos que una traducción todavía mejor ¿es?, ¡inmaculados!. Ahora aguantándose la risa porque esto le da risa a mucha gente. Dígale a su vecino o a su vecina, al que tiene aquí al lado, dígale: -Estás llamado a ser inmaculado- A ver, dígale: -Estás llamado a ser inmaculado- ¡Eso!. Dígale a esta señora, dígale también, nadie se lo ha dicho. ¡¡Estamos llamados todos a ser: INMACULADOS!!, ¡¡Estamos llamados a ser: INMACULADOS!! ¿Qué significa la palabra mácula? Ya sabemos, una mácula ¿que es?..., -una mancha- -una mancha-. Aquí, por ejemplo, tenemos este hermoso altar; si cae aquí una mancha, entonces ese precioso mantel dice uno:, -le da a uno pesar que le haya pasado eso-, esa es una mancha. Entonces ¿cuál es la mancha del alma?; Se llama el pecado; y nosotros, todos estamos llamados a ser inmaculados. Toda persona que haya lavado ropa, que somos muchos de los aquí presentes, hemos aprendido a lavar ropa... -Lavamos ropita. A nadie se le cae nada por lavar ropita. A veces hay que lavar la ropita-. Usted se da cuenta que la ropa puede estar limpia porque nunca se ensució, o la ropa puede estar limpia porque se ensució y la lavaron y la limpiaron. Lo mismo pasa con el alma humana. Hay un alma, el alma de nuestra amada y bendita Virgen María, esa es un alma que no se manchó. Pero si miramos el alma de este servidor que les habla, tristemente si hay manchas en mi vida, si ha habido manchas en mi vida; el que les está hablando no es un inmaculado, en el sentido de que no haya cometido falta o pecado; pero eso significa que entonces ¿quedo yo excluido de la herencia de gracia que ha recibido la Santa Virgen María?, ¡No, señor!, -hay inmaculados porque no se ensuciaron, y hay inmaculados porque los limpiaron-. Eso está bonito, eso está bonito, esa es una frase muy bonita..., se la repito para que usted la disfrute, para que usted la saboree, saboree, esa frase se la repito: -Hay Inmaculados porque no se ensuciaron, y hay inmaculados porque los limpiaron-. Pero al final, en el cielo, todos tendremos que ser... INMACULADOS, diga fuerte para la gente que está llegando?, hay gente que tal vez se le complicó el tráfico, llegó un poco tarde. No importa. Todos aquí bienvenidos, esta es una parroquia de puertas abiertas. Entonces en el cielo hay gente que ha llegado, sin haberse ensuciado... pero nosotros, los que lamentablemente conocemos la mugre propia del pecado, nosotros también estamos llamados a llegar al cielo y en el cielo todos seremos: INMACULADOS. Entonces están los Inmaculados, porque no se ensuciaron, y están los Inmaculados porque los limpiaron. Resulta que si usted mira a su propia historia, usted tiene un pedacito del misterio y de la belleza de esta fiesta en su historia, -la suya-; porque es muy difícil cometer uno todos los pecados. Es muy difícil. Eso es complicado; hay pecados que uno no ha cometido; por ejemplo, hay pecados que yo nunca he cometido, aquí donde me ve, -usted me mira con cara de que no me cree, pero yo le estoy hablando en serio-; hay pecados que yo nunca he cometido, nunca, otros, lamentablemente sí. Entonces también dentro del corazón humano, incluyendo el corazón de este miserable pecador que les habla en el corazón humano, usted tiene los dos misterios, usted tiene pecados que nunca ha cometido, y podemos decir que esas áreas de su alma son inmaculadas porque nunca se ensuciaron de ese pecado. Pero usted también ha cometido pecados, entonces usted ha de experimentar, ser limpiado. Cada uno de nosotros en ese sentido, y esto a mí me conmueve, porque yo le debo demasiado a la Virgen María. Cada uno de nosotros puede decir -Yo tengo un poquito de María en mi corazón-, Cada uno de nosotros, porque cada uno de nosotros tiene la experiencia, de áreas de nuestra vida, que no han sido mancilladas por el pecado, mancilla, mácula, mancha; todo eso viene de la misma raíz. No hemos sido ensuciados por el pecado en áreas de nuestra vida. Entonces cada uno de nosotros, a pesar de lo que hemos sido y a pesar de lo que somos, cada uno de nosotros tiene un poquito de María en el corazón, un poquito de María está en nosotros. Y ese poquito de María que está en ti, ese poquito inmaculado que está en ti, es el que conecta de una manera misteriosa pero profunda y real cuando te encuentras con la Virgen Santísima. Porque cuando tú ves a la Virgen Inmaculada, por una parte te alegras y es lo más importante de la victoria de Dios sobre el pecado, que es perfecta en Ella. Pero por otra parte, es como si entrara una resonancia entre Ella, que es lugar de las delicias del Espíritu Santo, y aquella parte de tu corazón que no se ha manchado. Le voy a dar una comparación con la música. Resulta que muchos instrumentos musicales utilizan cuerdas, como por ejemplo la guitarra que tiene aquí el caballero. Entonces usted toma, por ejemplo, la cuerda número cuatro de la guitarra. Eso se numera de abajo hacia arriba. La cuerda número cuatro debe vibrar en la nota Re. Esa es la nota propia de la cuerda número cuatro, si la guitarra está bien afinada; Si usted toma una guitarra y la lleva a un lugar donde esté sonando exactamente la nota Re, la cuerda empieza a vibrar sin que usted la toque, -es un hermoso fenómeno físico que se puede experimentar con una guitarra que esté perfectamente afinada y un buen sintetizador-. Cuando nosotros nos acercamos a María, es como si en Ella vibraran todas las frecuencias, todas las canciones del Espíritu Santo. En María vibra toda la canción del Espíritu Santo y cada uno de nosotros al acercarse a ella, siente que algo le vibra en el corazón. Eso que vibra en el corazón es la resonancia entre el poquito de inmaculado que hay en ti y Ella que es la Inmaculada. Y por eso, cuando una persona descubre a la Virgen María, le sucede algo extraordinario, porque al encontrarse con Ella es como si encontrara una persona que siempre hubiera estado a tu lado. Quien no se haya encontrado con la Virgen Inmaculada, pídale esa gracia al Espíritu Santo, que el día que le suceda me va a agradecer esta predicación. Usted va a sentir que usted vibra con acercarse a ella y usted va a sentir que Ella, que es la irreprochable y es la Inmaculada, hace vibrar en usted lo que el Evangelio de Dios ya ha preparado en usted. Por eso María Santísima tiene un poder de atractivo sobre el pueblo cristiano que es simplemente inconmensurable, es algo que no tiene comparación con ninguna otra criatura, ni siquiera con los santos ángeles, porque la manera como los ángeles de Dios viven la gracia que Dios les otorga no es una manera igual a nuestra naturaleza; es como si ellos vibraran en frecuencias que son distintas a las nuestras. En cambio, el corazón de María es un corazón humano. El corazón de María es un corazón como el tuyo y el mío. Si un instrumento está vibrando en una frecuencia superior a los veinte mil hercios, ni lo puede percibir mi oído ni ningún oído humano; yo no puedo vibrar con esa frecuencia, los santos ángeles de Dios, benditos sean, están por encima de la frecuencia nuestra porque son de una naturaleza diferente. La naturaleza de ellos es angélica. En cambio, la naturaleza de María es la misma naturaleza mía. Por eso la vibración, la canción del Espíritu Santo en María hace que vibre también dentro de mi corazón, lo que hay en mí. Y eso tiene un poder de fascinación absolutamente maravilloso. Y por eso Ella, con la dulce melodía del Espíritu Santo en su Corazón Inmaculado, es capaz de congregar a todo el pueblo cristiano para conducirlo hacia Jesús. Según aquellas expresiones del Evangelio según San Juan en las bodas de Caná -"Haced lo que Él os diga"-. Entonces, ¿qué nos dejó la segunda lectura? Nos dejó esa frase -que fuéramos santos e irreprochables ante Él por el amor-. Estamos llamados a ser inmaculados. Ese punto es importante, estamos llamados a la verdadera santidad, - todos y a todas las edades-. Pero además, no se le olvide ese secreto que le he contado: -hay dentro de usted, lugares de su corazón que vibran con la santidad que hay en Ella-. Y esa sintonía, una vez que usted la descubra, es verdadero anuncio de salvación para usted. Por eso varios santos como Alfonso María de Ligorio, como Luis María Grignion de Montfort, han dicho -"Considero señal de predestinación para la gloria que una persona desarrolle dulce, tierna y perseverante devoción a la Virgen Santísima"-. ¡Hágame el favor, le da un aplauso a Nuestra Señora!. Y del Evangelio, del Evangelio vamos a tomar también una frasecita y esa frase usted ya se imagina cuál es: Cuando el ángel la saluda, le dice: -"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo"-; esa palabra me la aprendí en su lengua original, que ya sabemos que es el griego -llena de gracia-, en griego se dice: -Kejaritomene- y resulta que la palabra Kejaritomene es la que el ángel utiliza cuando la saluda a Ella, realmente no le dice: -alégrate María- le dice: -"Alégrate, Kejaritomene"- Ahora utilicemos esta cabecita que Dios nos dio, el ángel Gabriel siendo un ángel de Dios, pues de ¿dónde viene?, del cielo; un ángel de Dios viene del cielo, y este ángel que viene del cielo saluda a María, pero no la llama María, sino que la llama llena de gracia. O con esa palabra griega tan musical la llama Kejaritomene. Entonces el ángel saluda a esta doncella de Nazaret y la llama Kejaritomene. ¿Qué deducimos de ahí? deducimos con la cabecita que Dios nos dio..., Que el nombre de María en los cielos es: - Llena de Gracia-. María tiene un nombre en la tierra que es María. Pero María tiene un nombre en el cielo que es -Llena de Gracia-. O si lo quiere decir, más elegante, más bonito, más musical, en griego: Kejaritomene. Estamos aquí en pequeña lección de griego; cuando se devuelva a su casa y le pregunten ¿por qué se demoró tanto la misa?, usted dice: porque nos dieron una clase de griego... ¿Cómo se llama María en el cielo? se llama ¡Kejaritomene! otra vez ¡Kejaritomene!; eso se escribe con K, cuando se translitera a nuestra lengua castellana. O sea que este evangelio nos está contando cuál es el nombre de María en el cielo..., -Kejaritomene- ¿Usted sabe que nosotros también vamos a recibir un nombre nuevo en el cielo?, usted tiene distintos nombres, ¿cierto? En esta tierra hay gente que se llama Alberto, se llama Rosalba, se llama Juan David, se llama Julieta, cada uno de nosotros..., pero resulta que el libro del Apocalipsis nos dice que cada uno de nosotros va a recibir un nombre nuevo en el cielo. ¿Cómo se va a llamar usted en el cielo? ¡No sé!, Esa parte no me la pregunte; yo presumo que va a ser un nombre más bonito que el nombre que tiene ahora. Eso presumo yo. Pero nosotros ya sabemos que María tiene nombre en la tierra, que es María y tiene nombre en el cielo. ¿Qué es....? ¡Kejaritomene! Está bien, está bien. Esta gente para griego. Así Sí. Repítaselo otra vez para que salga por las calles el nombre celestial de la Virgen Santísima. ¿Cómo es....? ¡Kejaritomene! Y kejaritomene. quiere decir aquella persona que está llena de "La Jaris", que es la palabra griega para decir "La Gracia". -La Jaris, es La Gracia- y la gracia que significa, el estado de plena amistad, comunión y amor con Dios. Entonces aquí cierra nuestra reflexión ¿Qué era lo que nos decía la primera lectura del Génesis? Que Dios se declara a favor de la mujer; que Dios defiende la estirpe de la mujer y que la mujer fecunda es victoria sobre el demonio. ¿En dónde se da esa plenitud de victoria? Se da en Esta, en Esta Mujer que en la tierra se llama María y en el cielo se llama.... ¡Kejaritomene! esa es Ella. Entonces, cada vez que usted dice el dulce nombre de María, cada vez que usted invoca a la Santísima Virgen María, usted está recordando la plenitud de la victoria de Dios en una mujer que caminó sobre esta tierra. Nuestro Señor Jesucristo es único mediador entre Dios y los hombres, y no hay otro nombre por el que podamos ser salvados. Nuestro Señor Jesucristo es persona divina, nos enseña la teología. María Santísima es persona humana. Nuestro Señor Jesucristo es persona divina porque es la segunda persona de la Santísima y Beata Trinidad. En cambio, María Santísima no es persona divina, es persona humana. Esa es María Santísima. Y cuando nosotros saludamos a María como la -Llena de Gracia-, estamos diciendo que no falta en ella ninguna victoria de Dios, y estamos diciendo que ninguna de las estrategias de la serpiente sirvió contra María, y estamos diciendo que durante los años que la Santa Madre de Cristo, Nuestra Señora, la Virgen María, vivió en esta tierra; el demonio nada pudo contra Ella. Cuarenta, cincuenta, sesenta años. Los años que haya vivido María en esta tierra, no pudo el demonio vencerla. Debemos suponer que vivió algo más de cincuenta años, probablemente unos sesenta años, sobre esta tierra. Durante esos años el demonio nada pudo contra Ella. Por eso, cuando se hace un exorcismo. ¡Exorcismo!, Exorcismo de lo que se llama exorcismo, no simplemente una oración de liberación; estoy hablando de un exorcismo como tal. En el momento en el que se pronuncia el nombre de María, el demonio se retuerce, se retuerce, satanás. ¿Por qué? Porque al pronunciar el nombre bendito de la Madre de Jesús, se le está echando en cara al demonio, "Nada pudiste contra Ella". No hay derrota más vergonzosa para el diablo. No hay nada que le duela tanto como el nombre de María. Y por eso nosotros, los que ya amábamos a la Virgen, pero que desde hoy la vamos a amar más, sabemos que en el nombre de la Santísima Virgen hay una virtualidad impresionante, no porque Ella sea la redentora, ¡No, Señor! no confunda las cosas, único Redentor, Jesucristo. ¿Pero en dónde se realizó la redención; de una manera plena?, según lo que dice el Evangelio de hoy; ¿en dónde? -En María-, que por eso en los cielos ¿Se llama....? ¡Kejaritomene!, (ya se les está empezando a olvidar, no sé, quedó preocupado, yá; yo estaba animado, pero ya ahora ya no sé). Entonces, cada vez que usted pronuncia el nombre bendito de María, que lo pronunciamos tantas veces en el Santo Rosario, cada vez que usted pronuncia el nombre de María, usted está ampliando el margen de la victoria de Dios en su vida. Por eso el Rosario; el Rosario tiene un poder muy grande en la familia, en el corazón, en los jóvenes, para sacar a la gente de las adicciones, para dejar brujerías, para dejar miedos y supersticiones, para traer la paz a nuestras calles. El Santo Rosario. ¿En dónde radica la virtualidad del Santo Rosario?: Que es una proclamación sostenida de la victoria de Dios, que está únicamente en Cristo, pero que se realizó plenamente en María. ¿Y dónde se nota eso de una manera dramática e impresionante? en un exorcismo. Porque entonces, al escuchar el demonio el nombre de todas sus derrotas, el nombre de todas las derrotas del demonio es María. Al escuchar el demonio, el nombre de todas sus derrotas queda humillado. Y como príncipe de la soberbia que es, el demonio, así humillado, se retuerce de dolor, se retuerce de dolor. Hay que tener una gran confianza en el nombre poderoso, en el nombre bendito de María Santísima, que recuerda la perfección de la redención que únicamente recibimos por Cristo. ¡Amados hermanos! Seguimos nuestra celebración eucarística. Hemos escuchado la Palabra de Dios, nos hemos alimentado de la Palabra de Dios. Es el momento de continuar teniendo una certeza: El mismo Espíritu Santo que hizo posible la encarnación en las entrañas purísimas de María; es el Espíritu Santo que hace posible la consagración sobre el altar, el mismo Espíritu Santo que a Ella la preservó de todo pecado, es el mismo Espíritu Santo que a ti y a mí; nos limpia de todo pecado. De manera que fuera de aquí todo temor, que venga la alegría, que resplandezca la pureza. Este día le pertenece a la Virgen Santísima, la Madre de Cristo, para la cual yo reclamo un último aplauso.

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