Cristo y Tú

Te invito a abrir el Evangelio y a descubrir eso que Cristo quiere ser para tí…

1. El quiere ser “amigo”, un amigo sincero de sus vidas (Jn.15,14). “¿No ardía nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?”. Así hablaban Cleofás y su amigo de su encuentro con Jesús. Así hablan los que experimentan su amistad. Su corazón arde.

Nosotros buscamos estima. Nadie nos estima como Él.
Buscamos aplausos. Nadie nos aplaude como Él.
Buscamos afecto. Nadie nos ama ni nos amará como Él.

Pero es un amor que nos eleva, nos hace sufrir, según el dicho: “Quien bien te quiere te hará llorar”. Porque no exigir de la persona amada que sea lo mejor, sería indiferencia, lo contrario del amor. Como el amor de Cristo a nosotros es muy sincero no puede permitir que seamos mediocres.

Tu amor no me permite ser un mediocre.

2. Él quiere ser tu “compañero”, un compañero de camino, como quiso serlo, para llenarles de optimismo, de aquellos discípulos atormentados y desanimados de Emaús (Lc. 24,13.35).

No es lo mismo trabajar por Él que trabajar con Él. Tenemos que hacer el apostolado juntos: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo…”
Nos da, además, la compañía de su Madre: “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?”; palabras dichas por la Virgen a San Juan Diego. A veces nos empeñamos en caminar solos por la vida, como huérfanos tristes…

3. Él quiere ser “vida”, tu vida, como lo fue para aquel joven muerto de Naín o para aquel corazón también muerto por la ambición de Zaqueo (Lc.19, 1.10)
Vida es entusiasmo, felicidad, ideal, triunfo, satisfacción, juventud perenne. Jesucristo dice tener todo esto y quiere comunicarlo. “Si conocieras… pedirías, y Él te daría agua viva”, le dijo a la Samaritana.

Cuantos jóvenes envejecidos prematuramente por el vicio, con el alma lacerada por el hastío, por el desengaño, la frustración o el aburrimiento; su vida ha perdido la brújula, ¿para qué y por qué vivir? No tienen respuesta. De aquí al suicidio no hay sino un paso lógico, que muchos, por desgracia, dan. Y todo porque no conocen ni tienen a Cristo.

4. Él quiere ser “camino”, tu camino, para ti que tanteas en las tinieblas anhelando una salida a tus ansias de felicidad (Jn.14,5)
Todos queremos ser alguien, realizarnos, valer para algo, realizar grandes cosas, ser líderes.

¿Cómo lograrlo? La Santísima Virgen nos da la solución en las bodas de Caná: “Haced lo que Él os diga”. La solución consistió en que en que en una boda en la que faltaba el vino se sirvió el mejor vino del mundo.

5. Él quiere ser “verdad”, tu verdad por la que luches y vivas. La verdad de la vida y de las cosas, el sentido y razón y felicidad de tu vida.
Mi vida tiene una verdad; voy rumbo al puerto, mi vida tiene esperanza, tiene frutos realizaciones, tiene plenitud con Cristo.

6. Él quiere ser “resurrección”, tu resurrección, es decir, tu esperanza, tu anhelo de una vida sin fin.
Resurrección de todas las ilusiones muertas o moribundas, también de las ilusiones humanas, intelectuales. Resurrección de las grandes ideales y metas de la vida.

7. Él quiere ser “alegría”, la fuente de tu felicidad. La tristeza, La amargura y el desaliento tienen otro dueño. Mi tristeza y amargura son cadena que utiliza el enemigo para dominarnos.
A Cristo le gusta abrir jaulas, quitar cadenas, abrir puertas de cárceles, tender puentes en el abismo… “He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir”.

8. Él quiere ser “amor”, ese amor que inunde de plenitud tu existencia. El deseo más fuerte del hombre es amar y ser amado. En el cielo este anhelo se transforma en éxtasis. Por la calle y por la vida pasan amores que nos acalambran por un rato…amores que engañan, que prometen felicidad total, y nos dejan con unos pétalos marchitos en las manos. Cristo es el Amor eterno, que te ama desde siempre y para siempre, y te hace plenamente feliz, si tú quieres.

9. Él quiere ser “roca”, la roca en donde tu debilidad encuentre fortaleza y optimismo.(Mc, 4,35.41)
Rompeolas, roca de cimiento, muralla que defiende. Esto significa sentir seguridad, valor, certeza, fuerza, ímpetu juvenil, audacia, pasión por la misión y por la vida.

10. Él quiere ser “paz”, paz para tu corazón a veces atribulado y a veces probado por el dolor y el sufrimiento. Quiere que luches, pero con paz interior. “Aquí me sorprende el recuerdo de la realidad más radiante que vivimos los cristianos. Tengo a Dios en medio de mi corazón…¡ Todo está arreglado; adiós tristeza, adiós soledad, adiós lágrimas! ¡Lo tengo todo! El está conmigo, Él me consuela, Él me sanará…”

“La vida del alma, minuto a minuto es siempre bella preciosa y emocionante, cualquiera que sea la condición del cuerpo. Ningún precio es suficiente para pagar la intimidad con Cristo”.

Santa Teresa de Jesús: “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada la falta. Sólo Dios basta”.

11. Él quiere ser “pan”, pan que fortalezca tu espíritu en tus luchas y desgastes.
Pan espiritual que me da la vida eterna. “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene la vida eterna…” Pan de la ilusión y el entusiasmo por los grandes ideales. Pan de la victoria y de los resultados. Pan de la perseverancia. Pan para repartir a los hambrientos.

12. Él quiere ser “perdón”, para consolarte en tus caídas y debilidades. Un perdón eterno, de todo y de siempre. Mucho me tiene que querer el que me ha perdonado tanto. “El que siempre nos soporta y nos perdona, olvidando nuestras pequeñas o tremendas ofensas a su amor”. “Perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen”.

P. Arcesio de Jesús Alzate

La Pelota de Letras (2)

La Generación de la Guayaba

Como recurso humorístico, o como especie de catarsis, o como modo de apuntar a un “nicho” comercial jugoso, La Pelota de Letras presta especial atención la generación de la guayaba (GG), la de los nacidos entre 1968 y 1975, generación a la que el mismo Andrés pertenece. Por cierto, se le llama “generación de la guayaba” porque esta fruta estuvo presente en diversos episodios de muchos de los de esa generación, cuando eran niños. El ejemplo típico es el jugo de guayaba empacado (y derramado) en la lonchera del colegio.

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Tres Flores para Maria

1. Detalles de hijos

Este rato de conversación delante del Señor, en el que hemos meditado sobre la devoción y el cariño a la Madre suya y nuestra, puede, pues, terminar reavivando nuestra fe. Está comenzando el mes de mayo. El Señor quiere de nosotros que no desaprovechemos esta ocasión de crecer en su Amor a través del trato con su Madre. Que cada día sepamos tener con Ella esos detalles de hijos —cosas pequeñas, atenciones delicadas—, que se van haciendo grandes realidades de santidad personal y de apostolado, es decir, de empeño constante por contribuir a la salvación que Cristo ha venido a traer al mundo. (Es Cristo que pasa, 149, 5)

2. Nos enseña a ser hijos

Porque María es Madre, su devoción nos enseña a ser hijos: a querer de verdad, sin medida; a ser sencillos, sin esas complicaciones que nacen del egoísmo de pensar sólo en nosotros; a estar alegres, sabiendo que nada puede destruir nuestra esperanza. El principio del camino que lleva a la locura del amor de Dios es un confiado amor a María Santísima. Así lo escribí hace ya muchos años, en el prólogo a unos comentarios al santo rosario, y desde entonces he vuelto a comprobar muchas veces la verdad de esas palabras. No voy a hacer aquí muchos razonamiento, con el fin de glosar esa idea: os invito más bien a que hagáis la experiencia, a que lo descubráis por vosotros mismos, tratando amorosamente a María, abriéndole vuestro corazón, confiándole vuestras alegrías y vuestra penas, pidiéndole que os ayude a conocer y a seguir a Jesús. (Es Cristo que pasa, 143)

3. Rosario de amores

En nuestras relaciones con Nuestra Madre del Cielo hay también esas normas de piedad filial, que son el cauce de nuestro comportamiento habitual con Ella. Muchos cristianos hacen propia la costumbre antigua del escapulario; o han adquirido el hábito de saludar —no hace falta la palabra, el pensamiento basta— las imágenes de María que hay en todo hogar cristiano o que adornan las calles de tantas ciudades; o viven esa oración maravillosa que es el santo rosario, en el que el alma no se cansa de decir siempre las mismas cosas, como no se cansan los enamorados cuando se quieren, y en el que se aprende a revivir los momentos centrales de la vida del Señor; o acostumbran dedicar a la Señora un día de la semana —precisamente este mismo en que estamos ahora reunidos: el sábado—, ofreciéndole alguna pequeña delicadeza y meditando más especialmente en su maternidad. (Es Cristo que pasa, 142, 6)

Por: San José María Escrivá de Balaguer

Un Poquito

Un poquito,
sólo un poquito,
de dolor yo he conocido.

Y he visto
por ese poquito,
que del dolor sabe bien Cristo.

He oído
del día bendito
que murió nuestro Corderillo.

Y he visto
por ese sitio
que la Sangre llegó a ser río.

¡Oh Cristo!
Te canto y digo:
¡Dolor es Amor si estoy contigo!

Fr. Nelson Medina F., O.P.

Conocer a Jesús

Una bellísima petición

Me has pedido conocer a Jesús. Es la petición más bella que nadie ha podido hacerme. Me hace recordar un texto del Evangelio de Juan: “Había algunos griegos de los que subían a adorar en la fiesta. Estos se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: Señor, queremos ver a Jesús”. (Juan 12,20-21).

¿Qué hizo Felipe? Sigamos leyendo: “Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús”(Juan 12,22). Felipe le dijo a Jesús que querían verlo. Fue como un mensajero, como un intermediario. Algo así debo y quiero ser yo. Le digo a Jesús: “Mira, Lunabella quiere conocerte”. Yo sé que Jesús no dejará de responder a esa petición.

Además, no pienses, por favor, que tu deseo ha nacido simplemente de ti. Hay otro pasaje que nos orienta sobre esta materia, allí donde Jesús dice: “Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae” (Juan 6,44). Eso me hace entender que si tú quieres saber de Jesús es porque “Alguien” obrando en ti te ha empujado, haciendo atractivo el mensaje y la persona de Jesucristo.

Por eso hemos de empezar este camino con gratitud y amor, con fe y humildad, con esperanza y paso firme. Porque Dios está detrás de nosotros empujándonos y delante de nosotros atrayéndonos.

Primero los hechos

Jesucristo no es una idea. No es tampoco un personaje de fantasía al que podamos ponerle las características, cualidades o defectos que a nosotros nos parezcan. Conocer a Jesús no es enterarse de un grupo de ideas, de una colección de anécdotas o de las aventuras de algún personaje extraño y más o menos simpático.

Conocer a Jesús es acercarnos a una vida. Él pertenece a nuestra historia. Mira cómo empieza Lucas su testimonio sobre Jesús y su Evangelio: “Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido”(Lucas 1,1-4).

Aquí se nos habla de “testigos oculares”, de una “narración ordenada” y sobre todo de un propósito: “para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido”. La imaginación puede ser bella, pero no es sólida. Tratándose de Jesús, los hechos tienen la primera y definitiva palabra.

Algo parecido aprendemos de otro evangelista: “Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida… os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros” (1 Juan 1,1.3).

¡Qué bello ese lenguaje: “lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida…”! Jesús, la “Palabra de Vida”, se ha dejado y se deja contemplar; es visible, y es posible tocarlo.

¿Quedó todo esto reservado para las gentes del siglo primero y está ya prohibido para nosotros? No nos precipitemos en dar una respuesta. Por ahora una cosa debe quedarnos muy en claro: Jesucristo existe en la historia humana.

Jesucristo en acción

El Evangelio de Marcos es tal vez el texto bíblico que mejor nos acerca en primer plano al actuar de Jesús. Si hubiera que buscar un subtítulo para este Evangelio, un buen candidato sería “Jesucristo en acción”. Marcos nos ofrece palabras de Jesús, pero indudablemente su gran énfasis son los hechos. Parece que este evangelista quisiera decirnos: “no hablemos tanto sobre Jesús, simplemente acerquémonos, vamos a mirar quién es, cómo obra, con quiénes se trata, qué hace en la gente…”

Podemos decir que Jesús, en este evangelio, es aquel que “hace una diferencia” en la vida de la gente. Leamos algunos de los primeros versículos:

Después que Juan había sido encarcelado, Jesús vino a Galilea proclamando el evangelio de Dios, y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio. Mientras caminaba junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, hermano de Simón, echando una red en el mar, porque eran pescadores. Y Jesús les dijo: Seguidme, y yo haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando al instante las redes, le siguieron. Yendo un poco más adelante vio a Santiago, el hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, los cuales estaban también en la barca, remendando las redes. Y al instante los llamó; y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras El. (Mc 1,14-20)

Es Jesús predicando, pero es también cambiando la vida de personas concretas, en este caso Simón, Andrés, Santiago y Juan. El poder de su palabra va junto con la elocuencia de su hechos.

De aquí podemos sacar una primera enseñanza: nadie se encuentra “impunemente” con Jesucristo. Su modo de hablar ilumina una verdad, marca un rumbo, destruye una enfermedad, devela una mentira, en fin: hace de cada persona otra persona.

Sin embargo, esta transformación no sucede de cualquier modo ni en cualquier dirección. Jesús no es remolino que revuelve la corriente de la vida al azar. Su actuar tiene una dirección, precisamente la que indican sus palabras: que Dios reine. Si examinamos bien todas, literalmente todas sus acciones, siempre encontraremos ese sello: el reino de Dios, el anhelo y el anuncio de que Dios reina.

Los enfermos curados, los posesos exorcizados, los engaños desenmascarados, el consuelo para los pobres y el llamado a los discípulos, todas son acciones con un solo propósito: que Dios reine.

Salir de Nuestros Complejos Católicos…

En América Latina la predicación de la mayor parte de los evangelicos y otros cristianos no católicos, se ha concentrado en recoger historias verdaderas o falsas pero en todo caso turbias que ayuden a los ex-católicos a no volver a la Iglesia, y ayuden a los protestantes latinos a llenarse de argumentos en sus procesos proselitistas. Es un asunto comprensible.

Pero hay también otras realidades ante las cuales ya no debemos ni podemos tener los ojos cerrados. Cuando un cristiano invita a un católico a dejar de adorar imágenes, olvidarse de los curas, jamás idolatrar hostias, y otros temas usuales en este tipo de predicación, todo parece muy claro. Se supone que en la mente del posible converso debería quedar una idea definida del “verdadero” Cristo y del “verdadero” Evangelio.

Nada más lejos de la realidad.

Si el converso mantiene los ojos abiertos, pronto se dará cuenta de una diversidad doctrinal impresionante, de una división irreconciliable llena de acusaciones y excomuniones, y sobre todo: de una montaña de problemas graves sobre los cuales en realidad no hay más luz que la opinión de cada pastor o pastorcillo. Doy ejemplos concretos.

Un ejemplo es el cristianismo norteamericano. Recorra iglesias, hable con los fieles, hágales las mismas preguntas a gente que dice que todo está en la Biblia y que la Biblia se interpreta sola. En el mejor de los casos encontrará grupos de gente que condena a todos los demás menos a su propio grupo. ¿Se imagina lo que es eso? No se lo imagine: compruébelo. Con seguridad no es distinto en el país en que Usted vive.

Pero hay otro ejemplo más interesante y menos “visceral”. ¿Sabe Ud. qué problemas REALES se cuecen en las iglesias protestantes hoy? Es posible que no lo sepa. Al fin y al cabo ellos hablan tanto de nosotros los católicos, que es fácil creer que sólo hay suciedad y preguntas en el patio católico. No es así. Le invito a que visite foros protestantes libres de obsesión anticatólica. Es un ejercicio interesante y sumamente ilustrativo. No hablo de problemas de pederastia, homosexualismo, nudismo o cosas así que pasan donde hay seres humanos. Me refiero a inquietudes como la traducción de la Biblia. Asómese a este link por favor (quizá necesite inscribirse en los foros de delfi, cosa de un minuto y gratuita):

http://forums.delphiforums.com/Jesus7/messages?msg=10787.1

De hecho ese foro es apasionante. ¡Ellos ya superaron la obsesión anticatólica!

Mire por ejemplo este otro estilo comparado con lo que abunda en nuestras latitudes:

http://forums.delphiforums.com/Jesus7/messages?msg=10721.1

Allí hay que hablar de cosas que los protestantes latinos nunca tocan; por ejemplo, el aborto:

http://forums.delphiforums.com/Jesus7/messages?msg=10819.1

¡Es otro aire! Claro, siempre queda el recurso sectario-paranoico de decir: “todos esos son unos malditos”, como dijeron ciertamente los fariseos (Juan 7,49), pero sé que es tiempo de abrir los ojos. Y dejar nuestros complejos.

Fr. Nelson Medina F., O.P.

Salir de Nuestros Complejos Católicos…

En América Latina la predicación de la mayor parte de los evangelicos y otros cristianos no católicos, se ha concentrado en recoger historias verdaderas o falsas pero en todo caso turbias que ayuden a los ex-católicos a no volver a la Iglesia, y ayuden a los protestantes latinos a llenarse de argumentos en sus procesos proselitistas. Es un asunto comprensible.

Pero hay también otras realidades ante las cuales ya no debemos ni podemos tener los ojos cerrados. Cuando un cristiano invita a un católico a dejar de adorar imágenes, olvidarse de los curas, jamás idolatrar hostias, y otros temas usuales en este tipo de predicación, todo parece muy claro. Se supone que en la mente del posible converso debería quedar una idea definida del “verdadero” Cristo y del “verdadero” Evangelio.

Nada más lejos de la realidad.

Si el converso mantiene los ojos abiertos, pronto se dará cuenta de una diversidad doctrinal impresionante, de una división irreconciliable llena de acusaciones y excomuniones, y sobre todo: de una montaña de problemas graves sobre los cuales en realidad no hay más luz que la opinión de cada pastor o pastorcillo. Doy ejemplos concretos.

Un ejemplo es el cristianismo norteamericano. Recorra iglesias, hable con los fieles, hágales las mismas preguntas a gente que dice que todo está en la Biblia y que la Biblia se interpreta sola. En el mejor de los casos encontrará grupos de gente que condena a todos los demás menos a su propio grupo. ¿Se imagina lo que es eso? No se lo imagine: compruébelo. Con seguridad no es distinto en el país en que Usted vive.

Pero hay otro ejemplo más interesante y menos “visceral”. ¿Sabe Ud. qué problemas REALES se cuecen en las iglesias protestantes hoy? Es posible que no lo sepa. Al fin y al cabo ellos hablan tanto de nosotros los católicos, que es fácil creer que sólo hay suciedad y preguntas en el patio católico. No es así. Le invito a que visite foros protestantes libres de obsesión anticatólica. Es un ejercicio interesante y sumamente ilustrativo. No hablo de problemas de pederastia, homosexualismo, nudismo o cosas así que pasan donde hay seres humanos. Me refiero a inquietudes como la traducción de la Biblia. Asómese a este link por favor (quizá necesite inscribirse en los foros de delfi, cosa de un minuto y gratuita):

http://forums.delphiforums.com/Jesus7/messages?msg=10787.1

¿Cómo volverá Cristo a Europa?

Cristianos Confinados a la Irrelevancia

Bueno, Cristo no se ha ido de Europa: es Europa, o una gran parte suya, la que ha dejado a Cristo. Y la pregunta es si ese estado de cosas podrá revertirse, es decir, si veremos un cristianismo socialmente reconocido y floreciente en el continente europeo.

Los indicadores actuales son menos que aceptables: desde el laicismo crispado de los franceses – o de la Francia en el gobierno – hasta el paganismo entusiasta de la Escandinavia, pasando por los hielos del racionalismo inglés y la indiferencia de la nación alemana. Parece que la tácita consigna fuera que ser más europeo es ser menos cristiano. A lo sumo, es de recibo un cristianismo “menor”, algo que no haga mucho estorbo y que sirva para darle un poco de sal a una conversación de salón. Lo cristiano es una anécdota, es una novela medieval, es una película sobre la Inquisición (nunca acabarán), es una catedral impávida, espectadora muda de una ciudad que a su vez la tolera en razón del turismo que atrae.

Y si quedan grupos – grupúsculos – de cristianos entusiastas, existe ya un rápido diccionario para descalificar lo que pretendan. Si aplauden y alaban a Dios, son fanáticos pentecostalistas; si defienden la vida del embrión y se manifiestan en defensa de la familia tradicional, son fundamentalistas católicos; si predican con fervor, son ilusos; si invitan a la oración, son por decir lo menos unos ignorantes, que desconocen los últimos avances de la meditación, el yoga, el channelling, y todo lo de hoy.

El cristiano, no cualquiera, sino el que quiera hacer visible su fe, es prontamente maniatado y relegado a la irrelevancia. Proceso que se realiza sumariamente, ágilmente, como cosa ya sabida y caso ya resuelto: “¡Ah, tú eres de tal grupo! Mira, tu lugar y tu casilla son estos: vete a tu rincón y procura no fastidiarnos”.

Teóricamente es posible salirse de ese corral. Es posible, por ejemplo, hacer una ONG. Callar todo el mensaje y explicar de la manera más convincente posible que uno no está predicando nada, que uno va a ayudar por igual a todos, que toda la ayuda será invertida en bienes y servicios comprobables y certificables por terceros. Si tienes éxito en demostrar que Cristo importa tan poquito que casi podría no estar, y que en realidad tú haces las cosas por amor a la gente y no por una motivación “sobrenatural”, entonces tu ONG recibe dinero y es socialmente viable.

Así que los tiempos no son los mejores para el cristianismo.

El Islam a las Puertas

Me acuerdo de un libro de Vittorio Messori en que se pregunta por el papel de Islam en la historia; algo así como “¿por qué Dios permitió que existiera el Islam?” Y su respuesta, dicha de modo simplísimo, es: a modo de acicate, de desafío. Hay mucho que criticar a Messori, pero quizá los hechos le estén dando la razón, después de todo.

Frente a una amenaza musulmana compacta y vigorosa, Europa no puede negar estas tres cosas:

(1) Hay una motivación religiosa detrás de los ataques de Al Qaeda, y los cargos de que se imputa a Europa son, ante todo, su cristianismo, así la misma Europa pretenda verse y presentarse como imparcial y aséptica a lo religioso.

(2) El arrojo de los atacantes, que es fácil calificar de demencia o de fanatismo, tiene también un motivo religioso. Es gente que está dispuesta a morir por algo. Europa carece de ese caudal de locura o de amor, según se mire. En todo caso, la Historia muestra que, sin la capacidad de morir por lo que uno cree, uno se vuelve cobarde, y las guerras las pierden los cobardes.

(3) En el supuesto de un cese de hostilidades del lado musulmán, ¿qué queda en Europa? ¿No es el asco, no es el hastío, no son el egoísmo refinado y la soledad más yerta quienes parecen extenderse por doquier? ¿Es entonces tan sencillo decir que del Mediterráneo hacia abajo empiezan la barbarie y el fanatismo y que de esa frontera hacia arriba están la racionalidad y el paraíso?

Todo eso no significa que Europa vaya a buscar los templos y se apreste a oír a los predicadores cristianos. Yo no esperaría jornadas intensas de confesiones, ni largas vigilias ante el Santísimo, aunque quizá ello sería lo más sano y saludable para todos. Simplemente anoto que la amenaza musulmana probablemente terminará reviviendo las preguntas, las preguntas hondas sobre el sentido de la vida y el modelo de la sociedad. Y es un favor que habrá que agradecer a los devotos de Alá, porque revivir las preguntas es no dar por hechas las respuestas. Y el hecho parece ser que una sociedad tecnológicamente avanzada y económicamente exitosa termina durmiendo sobre sus éxitos, a precio de silenciar las cuestiones hondas y vitales.

Fogatas de fe

En otro sentido, encontramos las que podríamos llamar “fogatas de fe”, es decir, los grupos tipo renovación carismática, camino neocatecumenal, o en general aquellos que han nacido al calor de un movimiento eclesial. Sus características son reconocibles en medio de las explicables diferencias: fe explícita, moral clara, celebración litúrgica viva, acción social o eclesial definida, una nueva valoración de lo comunitario y el cara-a-cara.

Se les ha criticado con rabia, dentro y fuera de la Iglesia Católica, y quizá esa sea la señal más clara de que algo interesante está sucediendo en estas “fogatas”. Con todo, yo tampoco esperaría que la red de fogatas llegara a producir un cambio en el clima social con respecto a la religión. La razón es que una “fogata” sufre pero también aprovecha la sensación de ser minoría, porque el ser minoría te da un cierto sabor de haber sido elegido, de ser distinto, y eso va unido a otros sentimientos que pueden incluso darse, como sentirse mejor que otros, o tener derecho a condenar al mundo, y así sucesivamente. No es muy cristiano, pero sucede. Además, ser minoría hace que tu pequeña comunidad o grupo se convierta en un refugio emocional o incluso en un escape.

No niego las virtualidades y posibilidades de las fogatas de fe, que en muchos casos son las únicas que están sosteniendo a la mayor parte de quienes somos creyentes y evangelizadores en Europa, pero precisamente por su valor intrínseco es deber nuestro mirar qué pueden y qué no pueden; qué están haciendo y qué están preparando para que suceda más adelante. Por ejemplo, si parte del éxito de las fogatas de fe viene del sentimiento de ser pocos y elegidos, es claro que esta motivación declinará a medida que haya un cierto éxito. Aún más: es posible que toda la afinada capacidad de crítica hacia el mundo se vuelva después agria crítica hacia la propia comunidad o hacia la Iglesia. Esto podría explicar la gente que queda “vacunada” de la Renovación Carismática, por ejemplo, una vez que comprueban que, como era natural, no hay sólo santidad en las comunidades que alaban con gozo a Jesucristo.

Aun con esos reparos, hay que decir que los movimientos eclesiales están brindando a Europa algo irremplazable. Si bien ellos no serán la solución ni cabe esperar una Europa con millones y millones de fogatas, sí es verdad que en esas fogatas se cocina algo que va más allá de los movimientos mismos. Los renovadores de la fe, en Europa y el mundo; los nuevos fundadores y los nuevos sacerdotes muy probablemente habrán pasado por la experiencia imborrable y grata de haber sido alimentados y tenidos en cuenta como seres únicos y amados en alguna “fogata de fe”.

¿Y la Iglesia “de siempre”?

Junto a las “fogatas de fe” coexiste la Iglesia “de siempre”, la del bautismo del sobrino y el matrimonio de la prima; la del funeral de la abuelita y la misa del domingo. Esa no se ha acabado. Parece languidecer y quedarse sólo con los adultos muy mayores, pero de hecho reúne muchas veces más personas que todos los movimientos eclesiales juntos. Además, es la primera referencia, buena o mala, de “cristianismo” que tiene existencia social como tal. Es la iglesia también más directamente relacionada con la jerarquía eclesiástica, y por tanto, la que “pone la cara” cada vez que algún monseñor dice algo o declara algo.

También en la Iglesia “de siempre” veo las obras educativas regentadas por comunidades religiosas. Incluso la vida religiosa como tal, en otro tiempo más equiparable a los actuales movimientos eclesiales, hoy está más en la orilla de “lo establecido”, simplemente porque ya está muy inserta en el conjunto del tejido social y tiene que responder ante las instancias del Estado, como decir el ministerio de educación para el caso de los colegios. El hecho es que los servicios que la vida religiosa ofreció un día como vanguardia en la caridad han pasado mayormente a control y presupuesto del Estado y por tanto son leídos ahora no como expresiones de benevolencia sino como obligaciones de un aparato social que puede usar o no unos funcionarios que serían los religiosos.

El cuadro, sin embargo, no es tan simple, si se piensa, por ejemplo, en las implicaciones de la enseñanza de la religión. La razón por la que hay polémica en este punto, creo que es que la clase de religión; es la intersección misma entre lo mínimo que los cristianos pueden pedir al Estado para existir socialmente en las nuevas generaciones y lo máximo que el Estado está dispuesto a conceder a un grupo particular de sus ciudadanos. Lo cierto del caso es que, por lo menos si se mira a países como Inglaterra o Alemania, la batalla parece perdida, en el sentido de que parece que poco puede esperarse de fuerza evangelizadora de la clase de religión entendida en los parámetros de un Estado fervorosamente aconfesional.

Esto dicho, sin embargo, pienso que nadie debe desestimar las sorpresas que vengan de la Iglesia “de siempre”. Y en todo caso, dígase lo que se quiera de las parroquias, la Iglesia Católica no tendrá otro modo real de presencia en el 80% o más de los lugares si no es a través de sus párrocos y sus parroquias. Cosa que nos hace recordar el proceso que vivió el catolicismo en torno al Concilio de Trento. En aquella época, a lo doctrinal y teológico, como las cuestiones sobre la esencia de la justificación, vino luego lo litúrgico y lo pastoral. Pero entre lo uno y lo otro, santos con la visión profética de Felipe Neri o con la visión amplísima de Carlos Borromeo percibieron que hacía falta cuidar el eslabón clave: el sacerdote. Después de ellos, otros grandes, en Italia y sobre todo en Francia, dejarían su huella en el camino de renovación de la Iglesia: Vicente de Paul, Olier, Eudes..

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Una Asomada al Futuro

Creo que aquella historia se dará en nuestros días también. Me explico: el proceso, como lo imagino, tendrá varias fases. Reflexionando y orando he pensado que quienes hoy vivimos apenas veremos algo de la primera. La secuencia quizá será esta:

(1) El proceso de descristianización o secularización avanzará. Algunas de las fogatas de fe se afianzarán y poco a poco la Iglesia joven irá dando un vuelco, a veces agresivo, hacia las posiciones conservadoras, simplemente porque la mayor parte de las vocaciones vendrán de experiencias de fe en las que la conversión moral ha tenido un peso específico grande. Entre tanto, el decrecimiento de la población joven, el aumento de la inmigración, las tensiones raciales y tendencias xenofóbicas avanzarán en paralelo con nuevas amenazas de parte de los grupos terroristas. No creo, sin embargo, que haya que suponer victorias del Islam más allá de lo simbólico o emblemático; es decir, no pienso en ningún gobierno fundamentalista islámico gobernando en el Occidente europeo.

(2) Si la Iglesia aprobara la ordenación de hombres casados o si se perpetuara en el interior de la academia teológica la discusión sobre la ordenación de mujeres, se retrasaría mucho la nueva oleada de sacerdotes, que vendrán, como ya se dijo, con tendencias de cuño más conservador que el promedio actual. Sin embargo, los claros precedentes que ha dejado Juan Pablo II hacen muy difícil que esas hipótesis se presenten, de modo que la discusión de tales temas irá quedando relegada a una curiosidad de tertulias entre gente mayor. Será el tiempo de ir viendo cómo surgen ya no “fogatas” sino como “islotes”, algunos de los cuales serán herederos de los actuales experimentos eclesiales (Comunidad Emmanuel, León de Judá, Foyer de Charité). Los movimientos como tales irán declinando en su componente laical-horizontal, especialmente a causa de la desaparición de las figuras carismáticas iniciales (Kiko Argüello, Mons. Luigi Giusani, por ejemplo).

Tales “islotes”, con todo su impacto social, se verán primero en los Estados Unidos y detrás de su ejemplo, en Europa. El éxito de este modo de vivir la fe, que implicará parroquias asociadas o pequeños poblados enteros, dependerá de su capacidad de lanzar políticos coherentes con estos principios, no para discutirlos ante los grandes parlamentos (como hoy se hace con lo del aborto, por dar un ejemplo), sino para defender su viabilidad y custodiar su realización en los islotes respectivos. Aunque imagino este proceso casi simultáneo en Europa, supongo que los primeros países implicados serán Italia, Francia, España y Alemania, quizá en ese orden.

(3) Vendrá entonces una gran renovación de las Comunidades Religiosas, aunque ciertamente muchas ya habrán dejado de existir (estamos hablando de unos 50-80 años adelante). Una cierta primavera para el franciscanismo habrá acompañado la fase anterior, la (2), aunque sin demasiado protagonismo. Los dominicos creceremos paulatinamente, sin mayor sobresalto y sin mayor relieve. El panorama cambiará a medida que se haga necesario comprender y dirigir los procesos nuevos de esos “islotes”. Para entonces la Compañía de Jesús habrá desechado la mayor parte de los experimentos pastorales y teológicos con que hoy se le asocia y bajo liderazgo entusiasta de algún mediterráneo, probablemente un español, tendrá un crecimiento cuantitativo y cualitativo asombroso. De aquí a unos cien años por primera vez la Iglesia sentirá que, como conjunto, está en mejor condición de lo que fue el siglo XX.

(4) La globalización, para aquel entonces, habrá completado su primer gran ciclo y el mundo será presentado de manera sumamente unificada en los estudios iniciales de chicos y chicas. La Orden Benedictina florecerá especialmente en aquel tiempo y las vocaciones contemplativas conocerán horas sorprendentes. Por primera vez habrá la sensación de que el Evangelio realmente avanza en Asia y ello despertará también una oleada de vocaciones, esta vez en Europa, como no se la veía desde hacía muchos siglos. Es posible que a finales de ese siglo XXII el ecumenismo entre en una fase sin antecedentes y se llegue casi a palpar la unidad de los cristianos, aunque de la fecha probable de esto último no estoy seguro.

Nelson Medina, O.P.

Católicos Auténticos

Lectura de San Mateo 5,16: Hagan pues que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que esta en los Cielos.

Clases de Católicos:

Carretilla: todos los que llegan a la iglesia por que otros los traen rogándoles.

Agujas: todos los que van a la iglesia a criticar y se fijan en todo para buscar siempre los defectos de los demás, (como la aguja anda pinchando a medio mundo).

Globos: todos aquellos orgullosos que se inflan como el globo, dicen ya fui a la misa, yo soy bien católico.

Aviones: se elevan como el avión (se emocionan en la misa o en los grupos de oración) pero como los aviones suben luego bajan.

Fiesteros: Aparecen solo para Domingo de Ramos, Semana Santa, Navidad y algunas otras fiestas).

Imán : Son los auténticos, que así como el imán atraen a los demás por su TESTIMONIO DE VIDA.

Para ser Católicos auténticos debemos presentar por lo menos las siguientes CUATRO CARACTERISTICAS.

1.- CONVERSION

San Marcos 1,15 Decía: El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios esta cerca. CAMBIEN sus CAMINOS, y crean en la BUENA NUEVA. San Mateo 6,34: Nadie puede servir a dos patrones necesariamente odiara a uno y amara al otro, o bien cuidara al primero y despreciar al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero.

Romanos 3,23 Pues todos pecaron y están faltos de la Gloria de Dios.

Debemos convertirnos acercarnos a Dios, pues como dice el Apóstol Pablo todos hemos pecado. El Salario del Pecado es la muerte mas el regalo de Dios Es VIDA ETERNA EN CRISTO JESUS NUESTRO SEÑOR (Romanos 6,23).

Ejemplo: Los romanos a veces para divertirse a los prisioneros los unían con cadenas unidos a un muerto, el preso tenia que soportar los olores del cadáver en estado de descomposición, el prisionero al respirar solo podía tener el aire contaminado por el muerto con el transcurrir del tiempo el prisionero por el olor fallecía. Así también nosotros debemos acercarnos, convertirnos a Cristo pues sin Cristo estamos encadenados atrapados solo el Arrepentimiento de todos nuestros pecados nos puede librar de la Muerte eterna. Jesucristo nos dice yo soy la RESURRECION Y LA VIDA EL QUE CREE EN MI AUNQUE MUERA VIVIRA. (San Juan 11,25)

2.- CONFIANZA

San Marcos 4,40 Después les dijo: Por que son tan miedosos? ¿Todavía no tienen fe?

Un seguidor de Cristo debe de tener confianza, debemos dejar atrás nuestros miedos.

Ejemplo: Dorotea, caminaba por la noche rumbo a su casa acompañada de su amiga, llegan a un CEMENTERIO, su amiga le pregunta donde estas entrando? (Dorotea estaba entrando al cementerio donde todo era oscuridad). Dorotea responde tengo que pasar por el cementerio para llegar a mi casa; la amiga pregunta y como! No tienes miedo? Mira responde Dorotea, ves esa LUZ al otro lado del cementerio, esa luz viene de mi casa, es cierto que tengo un poco de miedo pero veo la LUZ de mi CASA y eso me anima a cruzar esta oscuridad…

Así también nosotros debemos de pasar muchas veces por la oscuridad (cementerio) vemos a nuestro alrededor y hay mucha violencia, dolor, sufrimiento, tristezas, penas, traiciones, etc. Pero debemos atravesar esta oscuridad mirando la Luz al final del camino NUESTRA CASA CELESTIAL, Puesto los ojos en JESUS (Hebreos 12,2) debemos de tener CONFIANZA en las promesas de Dios (Leer :San Juan 16,33, Isaías 43,1-2 / San Mateo 28,20b / Josué 1,9 / 1ra Juan 4,4)

3.- COMPROMISO

San Mateo 25,14-30 (Parábola de los talentos)

Nos gusta ir a la misa, a los grupos de oración, la mayoría de nosotros esta acostumbrado a recibir de los demás, al momento que nos hablan de compromiso, muchas veces decimos eso no es para mi, eso es para los otros para los que no hacen nada. El compromiso es sinónimo de RESPONSABILIDAD, TIEMPO. Jesús en una oportunidad les dijo a sus discípulos Yo no he venido a ser servido si no que he venido a SERVIR.

Un Católico autentico esta llamado a SERVIR, gastarse por el REINO DE DIOS.

Ejemplo: En cierta ocasión un vendedor de esclavos estaba en la feria ofreciendo a sus esclavos (tenia 10 esclavos). Se le acerca un cliente y pregunta el precio; el vendedor responde estos siete (señalándolos) valen cada uno 10000.- Bolivianos, pero estos otros 3 valen cada uno 100.- bs. El cliente asombrado por la diferencia de precio de 10000.- Bs a 100.Bs pregunta por que tanta diferencia entre estos 7 y estos 3. El vendedor responde lo que pasa es que estos tres (uno era Doctor, otro político, otro cantante) están gastados, estos toda su vida se han esforzado se han sacrificado; uno se ha quemado las pestañas estudiando para ser Doctor, el político toda la vida se la ha pasado preparando sus discurso, y el cantante también ensayado sus canciones. Estos 3 valen c/u 100 bs porque están gastados, pero sabes que le dice al cliente estos 7 valen 10000.- Bs c/u porque están NUEVOS, estos no han hecho nada en la vida.

A nosotros también nos pasa lo mismos muchas veces no nos gastamos, no damos de nuestro tiempo para servir al Señor, quizás valemos mas de 10000.- por que no nos hemos gastado no hemos invertido los talentos que Dios nos ha confiado.

4.- FIDELIDAD

Mateo 10,22 Y serán odiados por mi Causa pero el que se mantenga firme hasta el final ese se salvará.

Como Hijos de Dios debemos permanecer FIELES hasta la muerte; a lo largo de nuestra vida escucharemos muchas voces, muchos ladrones que querrán apartarnos de nuestra Meta.

San Juan 10,10 El ladrón solo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan VIDA Y LA TENGAN EN ABUNDANCIA.

Las cuatro características de un CATOLICO AUTENTICO SON: CONVERSION – CONFIANZA – COMPROMISO – FIDELIDAD.

¿Cuál de ellas tiene Usted y cuál le falta?

Bienaventuranzas de los Comunicadores

XXXVI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

Felices los comunicadores que trabajan por la paz. Los que, sin traicionar la verdad de las noticias, permiten ver, junto con la información, un canto de esperanza.

Felices los que pueden sustraerse de la tentación de hacer de la violencia un producto que “vende”; los que no caen en el recurso fácil de intentar sensibilizar al lector, al oyente o al televidente con “golpes bajos”, con la morbosidad que presentan algunos casos o con el escándalo que moviliza.

Felices los que aprovechan las noticias para difundir iniciativas a favor de la paz; los que apoyan y difunden proyectos solidarios.

Felices y benditos, los que ponen los medios que tienen a su alcance al servicio de la unidad, de la comunión y de la armonía de los hombres.

Trabajan por la paz quienes erradican toda manifestación de odio que puede filtrarse en sus mensajes; quienes no hacen (ni queriendo ni sin querer) apología de la maldad o del delito; quienes manifiestan en contra de la discriminación racial, social o religiosa de cualquier signo o denominación; quienes, no sólo encaran acciones a favor de la paz, sino también aquellos que están atentos a no cometer omisiones que puedan atentar contra la paz.

Felices, entonces, todos los que descubren en la paz un valor que va más allá del orden y la tranquilidad.

No nos van a engañar para siempre

Hay una sensación de rabia e impotencia que uno siente como católico cuando ve que la mentira se impone y que la intriga y el cinismo logran su cometido, de modo que al mal se le conceden victorias y aplausos mientras que el bien y lo bueno son ridiculizados, postergados, amordazados y en cierto modo aplastados bajo el peso conjunto de múltiples engaños y trampas. Estamos en un mundo en el que vale más el “lobby” que la verdad y pesa más la utilidad que la justicia.

En la búsqueda de una respuesta de fe frente a todo ello, tal vez sea útil empezar por elaborar una lista de esas trampas con que algunos o la mayoría de los medios de comunicación, las cátedras universitarias, los sistemas de gobierno, las expresiones del arte y los emporios económicos parecen haberse confabulado rabiosamente para destruir la Iglesia y borrar el Nombre de Cristo de todos los corazones. He aquí mi inventario provisional de esas trampas.

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Preguntas y Respuestas – 22

En Mateo 19,19 la Biblia Latinoamericana trae esta traducción: “Os digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete adulterio.” Otras traducciones dicen: “salvo en caso de fornicación.” La pregunta es doble: ¿cuál de estas traducciones es la correcta? Y segundo: ¿no da ese criterio mayor flexibilidad para el estudio del tema de la indisolubilidad del matrimonio como lo predica la Iglesia Católica? -A.G., México
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15. ¡Habla, Señor!

15.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

15.2. La voz del Padre celestial, por la que fueron creadas todas las cosas, puede todavía oírse en las cosas creadas. Esta es la virtualidad del silencio: que te acerca a esa voz. Por eso está bien dicho en español: “guardar” silencio, como se guardan los tesoros, como se guarda la pureza, como se guarda el rebaño en tiempo de tormenta.

15.3. Toda la vida espiritual la puedes mirar como un encuentro con esa voz primordial, con esa intención primera, en la que está toda la fuerza que te hace ser y todo el amor que te sostiene en el ser. Esa es la voz que se deja oír en tu conciencia, la que resuena cuando estás atento a la Sagrada Escritura, la que te exhorta cuando tus Superiores te corrigen, la que, a través de ti también, se hace predicación y luz para tus hermanos.

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Preguntas y Respuestas – 21

Ayer en la reunión semanal de comunidad de mi parroquia, una de las señoras asistentes tenía en sus manos un “NUEVO TESTAMENTO.” Ese Nuevo Testamento lo he visto mucho en clínicas, hospitales y consultorios médicos. Es publicado por una comunidad que se denomina “LOS GEDEONES.” Quisiera saber qué clase de comunidad son, es decir, si son Católicos Apostolicos y Romanos como nosotros o si por el contrario son protestantes, evangélicos o qué son. Gracias. -Fernando.
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