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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Lunes, Noviembre 27 de 2006[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Tiempo Ordinario, Año Par,
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Lectura: |
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1a. |
Llevaban grabado en la frente el nombre de Cristo y el de su Padre (Apocalipsis 14, 1-3. 4b-5) |
Salmo |
Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor. (Salmo 23) |
Evangelio |
Vio una viuda pobre que echaba dos reales (Lucas 21, 1-4) |
Núm. |
Datos |
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Más... |
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1996/11/25 |
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2000/11/27 |
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2004/11/22 |
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2012/11/26 |
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2014/11/24 |
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2014/11/25 |
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2018/11/26 |
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2018/11/26 |
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9 |
2020/11/23 |
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10 |
2024/11/25 |
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Versión |
Homilía para leer: |
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1 |
1. Voces y Cantos1.1 Varias veces el Apocalipsis compara la voz del Señor o en alabanza del Señor con "muchas aguas" (cf. Ap 1,15; 19,6). La experiencia enseña que el estruendo de las aguas es capaz de imponerse a cualquier voz que esté cerca por una sencilla razón física: las gotas de agua al chocar unas con otras en tan diversas velocidades, cantidades y ángulos producen un elenco de frecuencias que recubre casi cualquier sonido. Si la voz del Señor es como "muchas aguas" quiere decir que su Palabra domina sobre toda otra palabra. Y esto es importante porque a veces creemos que las palabras del pesimismo, de la amargura o de la fantasía se van a imponer, y no es así. 1.2 El vidente pasa a darnos otra descripción: un canto que nadie puede aprender, sino los elegidos. El canto une la idea de la palabra con la fuerza de la música. La palabra es la Palabra poderosa por excelencia, pues así se simboliza a Cristo en este libro (cf. Ap 19,13); la música es símbolo de la inspiración, el compartir de un mismo espíritu. Poseídos por la Palabra y el Espíritu, los elegidos tienen su propio modo de cantar, que no puede ser falsificado porque nadie puede reemplazar ni a esa Palabra ni a ese Espíritu. 2. Perfil de los elegidos2.1 El Apocalipsis da una razón para esas bendiciones de los elegidos: sus labios son sinceros y su conducta irreprochable (Ap 14,5). Quizá no deberíamos entender estos términos en primer lugar como calificaciones morales, esto es, como si la Biblia estuviera diciendo: "se portaron tan bien y tan correctamente, que merecen estar con el Cordero". La perspectiva entera del libro es profética: los que son alabados son ante todo los que han sostenido en sus labios la palabra, "el testimonio" (cf. Ap 1,9; 6,9; 12,11). Los "labios sinceros", o mejor: labios "sin engaño" son aquellos que han mantenido el testimonio y no han caído en la "falsedad", que, en lenguaje de los profetas, es, sobre todo, la idolatría. 2.2 Algo parecido hay que decir de la "conducta irreprochable". Más que un apelativo moral construido por el esfuerzo humano es el fruto natural de los redimidos. San Pablo llama así, "irreprochables" (ámòmoi) a los redimidos: "El os ha reconciliado en su cuerpo de carne, mediante su muerte, a fin de presentaros santos, sin mancha e irreprensibles delante de El" (Col 1,22). Tal vez el sentido es: "aquellos en quienes está viva la gracia de la redención". No excluye el esfuerzo, la voluntad, los buenos hábitos, pero se funda ante todo en la obra de Dios por Cristo. Aquellos que viven así, hasta esa dimensión de permanencia en la gracia primera, son los elegidos. 3. "El todo por el todo"3.1 Vivir con la gracia de la redención fresca en nuestras almas supone una especie de radical apuesta por Dios. El mundo tiene sus propias propuestas y reclama sus propios tributos. Tarde o temprano el cristiano descubre que, aunque su vida sea "normal" entra en conflicto con esos intereses e ídolos. Por eso hablamos de una "apuesta". 3.2 Es claro que en la medida en que el conflicto se hace más intenso la apuesta se hace más radical, si subsiste. Es lo que acontece en tiempos de persecución. Y los tiempos finales son sin duda tiempos de persecución. Por eso la perspectiva apocalíptica es siempre una perspectiva de apostarlo todo para ganarlo todo. 3.3 Desde este contexto podemos entender en toda su fuerza al escena de la viuda. Jesús está en Jerusalén. Mas no anda de turista; ni tampoco se trata de una peregrinación más. Son sus días finales; Él está dando el todo por el todo y por eso tiene ojos para descubrir qué implica eso de " ha echado desde su pobreza todo lo que tenía para vivir". 3.4 Si lo pensamos, es también el lenguaje de la Eucaristía. En la Cena de su amor el Señor se ofrece totalmente. No hay partes en este Pan que, al partirse sigue siendo uno y creando unidad. La Cena del Altar es la cena del final, ya hecha presente entre nosotros. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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