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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024 Ciclo A, Tiempo Ordinario,
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Lectura: |
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1a. |
La Palabra del Señor se volvió oprobio para mí (Jeremías 20,7-9) |
Salmo |
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío. (Salmo 62) |
2a. |
Presentad vuestros cuerpos como hostia viva (Romanos 12,1-2) |
Evangelio |
El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo (Mateo 16,21-27) |
Núm. |
Datos |
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Más... |
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1 |
1996/09/01 |
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1999/08/29 |
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2011/08/28 |
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4 |
2011/08/28 |
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2011/08/28 |
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6 |
2014/08/31 |
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2014/08/31 |
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2017/09/03 |
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9 |
2017/09/03 |
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10 |
2020/08/30 |
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11 |
2020/08/30 |
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12 |
2023/09/03 |
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Versión |
Homilía para leer: |
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1 |
1. La Gran Paradoja1.1 Las lecturas de hoy están llenas de paradojas. Jeremías dice que ha sido seducido, como se seduce a fuerza de amor, pero su suerte está marcada no por las alegrías de ser amado sino por la tribulación de ser rechazado. Jesús en el evangelio predica: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo." 1.2 Debajo de esas palabras y realidades enigmáticas se deja ver además una palabra que es el resumen de todas las paradojas cristianas, la Cruz. Es de tal naturaleza nuestra fe que no podemos anunciar el triunfo de Cristo sin contar que fue humillado y en cierto modo derrotado. Es el tema de este domingo. 2. Cuando Dios no es bienvenido2.1 Jeremías tiene fama de quejumbroso. Pero no es manía suya ni puro llamar la atención. Su drama es que tiene una palabra que decir, y esta palabra viene de Dios, y sucede que a veces Dios no es bienvenido. 2.2 Dios sí es bienvenido cuando queremos que nos arregle un problema, nos quite una enfermedad, nos ahorre una tristeza o nos dé poder para controlar nosotros nuestra vida. Pero cuando se trata de que él dirija, o cuando su palabra implica que dejemos ídolos que tenemos bien abrazados, tal vez ya no es tan fácil aceptar a quien nos habla de parte del Altísimo. 2.3 Jeremías trató de desprenderse de ese Dios que le traía tantos inconvenientes. Afortunadamente no pudo. Con Dios el profeta puede ser un mártir, y eso duele, pero sin Dios el profeta será sólo un bufón. En Jeremías pudo más el amor que dañaba su presente que la comodidad que hubiera arruinado su futuro. 3. ¿Quién manda en tu vida?3.1 En la segunda lectura san Pablo nos da una luz muy grande: "No se dejen transformar por los criterios de este mundo, sino dejen que una nueva manera de pensar los transforme internamente, para que sepan distinguir cuál es la voluntad de Dios." 3.2 Toda la vida de la fe radica en eso: una mente nueva, un corazón nuevo. Hay muchas propuestas que nos llegan todos los días. Si tenemos una mente renovada en Cristo sabremos encontrar el paso de Dios en muchas cosas, así como también entenderemos que hay mucho daño que se esconde bajo apariencia de cosa buena. 3.3 Renunciar a lo que Pablo llama "los criterios de este mundo" puede ser doloroso. Lo fue para Jeremías, como hemos visto, y lo será para el cristiano, como lo muestra sin ambages Jesucristo en el evangelio de hoy. Pero evitar ese dolor es simplemente entregar el control de la propia vida al poder de quienes quieran comprarla. No faltan lamentablemente quienes siguen ese camino, quizá sin reflexionar mucho en cuál puede ser su desenlace. 4. El Rostro del Mesías4.1 En el evangelio de la semana pasada escuchamos que Pedro respondió acertadamente a Cristo: "Tú eres el Mesías." Pero ni él ni sus compañeros sabían cabalmente qué quería decir eso de ser el Mesías; por ello Jesús se esfuerza en enseñarles "con toda claridad" de qué se trata su mesianismo. 4.2 Esa claridad sobre el camino del dolor como vía de redención ofusca los ojos de Pedro el entusiasta, quien, como si se tratara de hacer un acto de caridad, reprende a Jesús a solas. Jesús corrige en público a Pedro seguramente porque entendía que, aunque Pedro hubiera tomado la iniciativa, sus ideas no eran sólo suyas sino que las compartían un poco todos. 4.3 Pedro tuvo aquí pensamientos "como los hombres." Es propio del ser humano huir del dolor y sin embargo buscar la salvación. Por ello necesitábamos un Redentor que entendiera que necesitamos la salvación aunque somos cobardes ante el sufrimiento. Y este es Jesucristo, hombre como nosotros, pero con el pensamiento de Dios. 4.4 Aunque es posible que lo que más les hubiera fastidiado no hubiera sido lo del dolor sino lo del rechazo. Es condición del Mesías ser rechazado, y esto implica la amargura de quedarse sin ese sustento que todos buscamos en la propia familia, los amigos o los paisanos. Es como si Jesús hubiera enseñado: "el Mesías no tendrá apoyo de nadie," y esto, si bien lo pensamos, es razonable: el salvador de los hombres no podía esperar de los mismos hombres su amparo. El Mesías debía tener como solo apoyo a Dios. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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