Dos Profesiones Solemnes

Dos estudiantes dominicos, Ciaran y Fergus han hecho ayer su profesión solemne, en hermosa ceremonia presidida por el Padre Provincial, Patrick Lucey.

Una alegría adicional fue la presencia de cuatro religiosas colombianas de las Dominicas Nazarenas: la Madre Gloria Isabel, por una parte, y las tres hermanas que se quedarán en Dublín: Hna. Ma. Bernarda, Hna. Mariela y Hna. Alba Luz. Me siento feliz de ver la acogida que los dominicos les han dispensado.

La Niña Morena de los Ojos Bellos

Niña morenaHace unos días fui a comer algo ligero a un restaurante de comidas rápidas. A poco de sentarme, una señora se sentó en la mesa de al lado; iba acompañada de su pequeña hija. Ambas eran bastante morenas.

No podía yo evitar mirar a mis vecinas. La madre, una mujer de unos 40 años, robusta, metida completamente en sus cavilaciones. Un rostro inexpresivo, tal vez con un reflejo de cansancio, desilusión o hastío. Apenas miraba su comida.

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Hno. Roger de Taizé, q.e.p.d.

Hno. Roger

Golpea y colma de tristeza la muerte del Hno. Roger, un verdadero testigo del amor compasivo de Cristo y tabajador incansable de la unidad entre los cristianos.

A los noventa años de edad, en el ocaso de una vida entregada al servicio de los jóvenes de multitud de países y confesiones cristianas, el Hno. Roger oraba junto a miles de jóvenes cuando fue sorpresivamente apuñaleado por una mujer de nacionalidad rumana, que de inmediato fue detenida por los presentes.

Una hermosa semblanza del corazón del Hno. Roger aquí.

Sobre su espiritualidad y su conversión a la Iglesia Católica, aquí

Hasta el final

Ayer pude celebrar la Eucaristía en la Capilla de las Apariciones. Es la primera y única vez que podré hacerlo en este viaje. Fue bonito, por supuesto, pero un poco extraño porque me correspondió la misa en inglés de las tres y media de la tarde y literalmente había sólo dos personas que hablaban inglés, aunque la capilla en sí estaba llena de peregrinos. En cierto momento pensé que era inútil tratar de predicar algo para sólo dos personas, pero después me acordé que cuando celebré mi primera misa solo en Chiquinquirá, después de todos los festejos y agasajos de la ordenación sacerdotal (que fue en Bogotá), asistieron en gran total: dos personas. En ese entonces fue una misa con homilía para dos en español; ahora, misa para dos en inglés. Algo me querrá decir Dios…

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Recordando al P. Bogado

En Paraguay usan la palabra guaraní “pa’i” para dirigirse a los sacerdotes. En esa lengua significa “padre” o “papá.”

Y entre quienes fueron llamados pa’i, pocos lo fueron con tanto amor y cariño como el P. Vicente Bogado, el primero de la izquierda en esta foto de mi página:

El Pa’i Vicente fue durante muchos años director nacional de la Renovación Carismática en Paraguay. Acogió con amor a los atribulados, oró por los enfermos, enseñó con su apalabra y su ejemplo, y ayudó a consolidar las obras materiales que sirven de sede a la Renovación en Asunción.

Su legado, sin embargo, va mucho más allá de las paredes. Él tuvo la gracia de tocar el corazón de centenares y centenares de fieles que se reconocían espontáneamente como hijos suyos en el don del Espíritu.

Vicente, pa’i, ¡gracias!

¿Demasiado personal?

A hora del almuerzo de ayer me enteré que en la misa del sábado por la noche, que tuve que presidir y en la que tuve que predicar, asistió el Primer Ministro de Irlanda, Bertie Ahern. Como de costumbre, Bertie llegó de incógnito y sin escolta, y a la salida de la misa saludó a algunos parroquianos.

Cada bautizado tiene un valor infinito a ojos de Dios, pues cada uno vale precio de la Sangre de Cristo. Ya que, por lo visto, el Señor me encomienda predicar a todo género de bautizados, le pido que me dé las palabras y la gracia para hacerlo bien.

En los secretos

En el almuerzo de ayer uno de los frailes de la mesa donde yo estaba comentó algo sobre el recientemente fallecido Padre Leo. Otro sacerdote, de avanzada edad igualmente, anotó con una sonrisa: “¡Oh, por él no te preocupes! Ya él ha entrado en los secretos…”

Y no acabó la frase. Pero sus ojos, que habrán de cerrarse también para esta tierra en el tiempo que Dios disponga, me parecieron ya ávidos de esos “secretos.”

Leo McCormack

Ochenta y dos años. La mirada cansada pero tranquila y tranquilizadora; pero se va apagando. Leo se muere. Se nos muere. Vive a unas cuantas habitaciones en este mismo corredor. Los más jóvenes de la comunidad, los estudiantes, le quieren mucho y he visto que al llegar de vacaciones le buscan para contarle sus cosas. Les va a hacer una falta terrible.

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Paul

Tantos escándalos sexuales se han hecho públicos, muchas veces con evidente inquina contra la Iglesia Católica, que yo quisiera que también se hicieran públicas las virtudes de sacerdotes que conozco. Personalmente no me considero modelo de nada pero sí sé que hay una cosa que Dios me ha dado, y es la capacidad para reconocer con gusto las virtudes y bondades que en otros encuentro. Y ese don que mi Dios me otorgó quiero ejercerlo ahora.

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No me esperaste, Joe…

Me llamaba la atención que a tu edad, ya avanzada y tan venerable, manifestaras tanta prisa en todo: fuera el servicio a Dios o a tus hermanos. Yo pienso que sentías en algún lugar de tu corazón que el tiempo no sería muy largo y por eso te propusiste ser el primero en acogerme como un genuino hermano, dedicando de tu tiempo y tu saludo a este suramericano medio incógnito, tímido, titubeante en su inglés, inseguro en una nueva cultura. Me regalaste el último tesoro que te quedaba, después de más de ochenta años de vida y cincuenta de sacerdocio ejemplar: me diste de tu tiempo; y también de tu alegría, de tu experiencia.

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