No siempre el poder es poderoso
Mi experiencia en asuntos de gobierno es en realidad pequeña, y se limita lo que sigue: Fui miembro del Consejo de Provincia de los Dominicos en Colombia cuatro años, y algo más de ese tiempo estuve en el Consejo de Fundadores de la Universidad Santo Tomás. Antes de venir a Irlanda fui superior durante algo más de dos años en la naciente casa de los Dominicos en Villavicencio, Colombia.
Para todos los que queremos un mundo mejor y una Iglesia más viva y fiel a su Mensaje el tema del poder es recurrente. En efecto, ningún cambio tendrá larga vida si no es avalado por quien tiene la autoridad legítima.
Pero una cosa es hablar del poder y otra gobernar. Mi propia experiencia me inclina a pensar que no siempre tiene más poder el que está en el poder. Las lecturas de la Misa de ayer iban en ese sentido: el rey Darío envía a Daniel al foso de los leones a pesar de estar convencido de su inocencia (la historia ocupa todo el capítulo sexto del libro de Daniel). La cosa es irónica, evidentemente, porque juega con lo ridículo que resulta un rey superpoderoso que sin embargo tiene que obedecer y termina haciendo lo que no quiere. Sólo una intervención milagrosa salva a Daniel de los leones (y a Darío de sus consejeros…).