La reproduccion de estos textos y archivos de audio, para uso privado o publico, esta permitida, aunque solamente sin fines de lucro y citando la fuente: http://fraynelson.com/homilias.html.
Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí
Ten presente en tus intenciones de este día:
Haz click en los nombres para ver más información:
Hija de campesinos, Juana de Arco nació en 1412 en Donremy, Francia.
Jamás aprendió a leer y a escribir. Pero, su madre que era muy piadosa, le infundió una gran confianza en el Padre Celestial y una tierna devoción hacia la Virgen María.
A causa de los estragos de la invasión de los ingleses, Francia atravesaba una difícil situación. Por revelación divina, la Santa supo que su misión era salvar a la patria y al rey de las manos de Inglaterra.
Sin embargo, los familiares, amigos y oficiales de la corte francesa, desoyeron su petición de sostener un encuentro con el rey. Al fin, luego de muchos intentos, Juana de Arco conversó con el monarca, quien se quedó impresionado de la sabiduría y revelaciones de la Santa.
Los ingleses habían invadido y dominado casi toda Francia; sólo faltaba una ciudad importante: Orleans. Por petición de Santa Juana, el rey Carlos y sus militares le concedieron el mando sobre las tropas, nombrándola capitana.
Juana manda confeccionar una bandera blanca con los nombres de Jesús y de María. Al frente de diez mil hombres se dirige hacia Orleans, donde logra un triunfo glorioso. Luego, se dirige a otras ciudades, donde consigue la victoria y la libertad del dominio inglés.
No obstante, debido a envidias y ambiciones entre los miembros de la corte del Rey Carlos VII, éste retira a Juana de sus tropas, cayendo herida y hecha prisionera por los borgoñones en la batalla de París.
Santa Juana fua abandonada por los franceses. Mas, los ingleses estaban supremamente interesados en tenerla en la cárcel, pagando más de mil monedas de oro a los de Borgoña para que se la entregaran, siendo sentenciada a cadena perpetua.
En la prisión sufrió las más terribles humillaciones e insultos. Pero, se mantenía adherida a la Cruz del Señor, a la protección de la Madre del Cielo y de San Miguel Arcángel.
Los enemigos de Juana la acusaron de utilizar brujería y conjuros para obtener las conocidas victorias en Francia. Juana de Arco siempre negó todas las acusaciones, y pidió que el Pontífice fuese el que la juzgase.
Todos desoyeron su petición, y la condenaron a padecer en la hoguera. Murió rezando. El mayor consuelo era mirar el crucifijo que un religioso le presentaba, y encomendarse a Nuestro Señor. Era el 30 de mayo de 1431. Tenía apenas 19 años.
Fue beatificada por Pío X el 11 de abril 1909, y canonizada por el Papa Benedicto XV el 16 de mayo de 1920.
El que observa la ley hace una buena ofrenda, el que guarda los mandamientos ofrece sacrificio de acción de gracias; el que hace favores ofrenda flor de harina, el que da limosna ofrece sacrificio de alabanza. Apartarse del mal es agradable a Dios, apartarse de la injusticia es expiación. No te presentes a Dios con las manos vacías; esto es lo que pide la ley. La ofrenda del justo enriquece el altar, y su aroma llega hasta el Altísimo. El sacrificio del justo es aceptado, su ofrenda memorial no se olvidará. Honra al Señor con generosidad y no seas mezquino en tus ofrendas; cuando ofreces, pon buena cara, y paga de buena gana los diezmos. Da al Altísimo como él te dio: generosamente, según tus posibilidades, porque el Señor sabe pagar y te dará siete veces más. No lo sobornes, porque no lo acepta, no confíes en sacrificios injustos; porque es un Dios justo, que no puede ser parcial.
El que guarda los mandamientos ofrece sacrificio de acción de gracias (Eclesiástico 35,1-15)
Salmo
""Congregadme a mis fieles, / que sellaron mi pacto con un sacrificio." / Proclame el cielo su justicia; / Dios en persona va a juzgar. R.
"Escucha, pueblo mío, me voy a hablarte; / Israel, voy a dar testimonio contra ti; / -yo, Dios, tu Dios-. / No te reprocho tus sacrificios, / pues siempre están tus holocaustos ante mí." R.
"Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, / cumple tus votos al Altísimo. / El que me ofrece acción de gracias, / ése me honra; / al que sigue buen camino / le haré ver la salvación de Dios." R.
Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios. (Salmo 49 )
Evangelio
En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: "Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido." Jesús dijo: "Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más -casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones-, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros."
Recibiréis en este tiempo cien veces más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna (Marcos 10,28-31)
El Eclesiástico nos enseña cuáles son los defectos más comunes en las ofrendas, y como nosotros mismos somos ofrenda, de él aprendemos qué es vivir para Dios. 8 min. 26 seg.
Ser fiel a Cristo trae persecuciones, pero también abundancia de gracias especiales en esta tierra y la mayor de todas, la felicidad eterna. 5 min. 4 seg.
Recibe la misericordia del Señor y dile: Tú conoces quién soy, no permitas que por mi impaciencia y debilidad te traicione, aprecio lo que me das mientras llego a la meta, tu casa. 5 min. 19 seg.
El Evangelio no nos presenta a un dios imposible que exige demasiado y tampoco un dios inútil que no exige nada y me deja en el fango de mis pecados. Jesús me acoge imperfecto como soy, pero me pone en camino de conversión. 6 min. 38 seg.
Haz una donación
para que esta obra continúe, y llegue a más personas! ¡La gloria sea para Dios!
1.1 La primera lectura nos enseña cómo hacer ofrendas. No se trata de "comprar" a Dios, ni de comprar su amor, su benevolencia o sus favores. Veamos.
1.2 La vida misma es una ofrenda agradable a Dios, cuando es una vida recta y justa: "cumplir la ley vale tanto como hacer muchas ofrendas; obedecer los mandamientos es como ofrecer sacrificios de reconciliación. Ser agradecido es como ofrecer la mejor harina a Dios, y dar limosna es como hacer sacrificios de alabanza. Lo que agrada al Señor es que te apartes del mal; si te apartas de la injusticia, obtendrás el perdón de tus pecados" (Sir 35,1-5). Por ello también la ofrenda no es un reemplazo de lo que la vida no ha sido, pues hay una indicación elocuente: "el sacrificio del justo es aceptado, su ofrenda no se olvidará" (Sir 35,9), y también: "no confíes en ofrendas de cosas mal habidas, porque él es un Dios justo, y trata a todos por igual" (Sir 35,15)
1.3 Ofrecer nuestras cosas y ofrecernos a Dios es un acto de justicia y una expresión de gratitud, por eso "no te presentes al Señor con las manos vacías" (Sir 35,6). Lo que damos a Dios es un reconocimiento ante nuestra conciencia y ante los hermanos de la generosidad divina, y por esto ofrendamos de buena gana y con abundancia: "honra al Señor con generosidad y no seas mezquino en tus ofrendas; cuando ofreces, pon buena cara, y da los diezmos con alegría. Da al Altísimo como él te dio: generosamente, según tus posibilidades" (Sir 35,10-12). Una ofrenda generosa nos hace entender la lógica de Dios que no es la del comercio, en que se recibe tanto como se da, sino la lógica del amor y la alegría, en que todo se multiplica perfecta y maravillosamente: "siete" veces (Sir 35,13).
2. "Lo hemos dejado todo para seguirte"
2.1 Es también un género de ofrenda lo que nos presenta el evangelio de hoy. Pedro dice al Señor: "nosotros lo hemos dejado todo para seguirte" (Mc 10,28). El apóstol, en efecto, hace una ofrenda semejante al holocausto de la ley antigua, en que todo debía ser consumido por el fuego. "Lo hemos dejado todo" significa: "lo hemos ofrecido todo".
2.2 La primera lectura nos ha hablado de la generosidad de Dios, que sabe dar siete veces más de lo que le damos, es decir, que multiplica con perfección nuestros dones. Ello se cumple en las palabras y promesas de Jesús en el evangelio, aunque en una proporción aún mayor: "recibirá en esta vida cien veces más en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y tierras" (Mc 10,30).
2.3 Pero hay una apostilla: "con persecuciones". Tiene su gracia esa pequeña anotación. Y su lógica: entrar en la dinámica del Reino de Dios multiplica todo, ¿por qué no podría multiplicar las dificultades? Según esto, participar de la propagación del Reino no es asegurar una vida sin problemas sino vivir con una intensidad mayor y desde una perspectiva distinta las dificultades y gozos de esta vida. Es como una lupa que nos permite reconocer mejor la trama escondida detrás del dolor y detrás de la alegría de la vida. Donde el modelo "Reino de Dios" realmente gana es al final: "y en el otro mundo, la vida eterna".
2.4 Jesús añade una de sus frases paradójicas favoritas: "muchos que ahora son primeros serán últimos, y muchos últimos primeros", expresión que advierte sobre la limitación de nuestro conocimiento de esa vida definitiva y verdadera. Entre las subidas y bajadas de los bienes terrenales, entre la multiplicación de bendiciones y de persecuciones es fácil confundirse y llamar felices a los perdedores o considerar desgraciados a los agraciados.