Es saludable y necesario:
Poner freno a la lengua y decir menos de lo que se piensa.
Cuidar el tono de voz. La impresión de lo que se dice depende del tono con que se diga.
Hacer pocas promesas y cumplirlas fielmente a cualquier precio. El principio de hablar siempre con la verdad es fundamental.
No dejar pasar ninguna oportunidad para decir una palabra amable y alentadora sobre alguien o sobre algo. Elogiar el trabajo bien hecho, sin importar quién lo hizo.
