“Si estuvieras muerto espiritualmente, ¿cómo lo sabrías? Podríamos tener en cuenta cuatro signos de que uno está espiritualmente muerto. Por lo general se presentan juntos y no de forma aislada…”
Haz clic aquí!

Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
No te crees más obligaciones que… la gloria de Dios, su Amor, su Apostolado.
Para vencer la sensualidad has de vivir generosamente, a diario, las pequeñas mortificaciones -y, en ocasiones, las grandes-; y has de mantenerte en la presencia de Dios, que jamás deja de mirarte.
Tu castidad no se puede limitar a evitar la caída, la ocasión…; no puede ser de ninguna manera una negación fría y matemática.
A todo cristiano se debería poder aplicar el apelativo que se usó en los comienzos: “portador de Dios”. -Obra de modo tal que puedan atribuirte “con verdad” ese admirable calificativo.
Me has dicho que no sabías cómo pagarme el celo santo que te inundaba el alma. -Me apresuré a responderte: yo no te doy ninguna vibración: te la concede el Espíritu Santo. -Quiérele, trátale. -Así, irás amándole más y mejor, y agradeciéndole que sea El quien se asienta en tu alma, para que tengas vida interior.
Lucha para conseguir que el Santo Sacrificio del Altar sea el centro y la raíz de tu vida interior, de modo que toda la jornada se convierta en un acto de culto -prolongación de la Misa que has oído y preparación para la siguiente-, que se va desbordando en jaculatorias, en visitas al Santísimo, en ofrecimiento de tu trabajo profesional y de tu vida familiar…
Procura dar gracias a Jesús en la Eucaristía, cantando loores a Nuestra Señora, a la Virgen pura, la sin mancilla, la que trajo al mundo al Señor. -Y, con audacia de niño, atrévete a decir a Jesús: mi lindo Amor, ¡bendita sea la Madre que te trajo al mundo! De seguro que le agradas, y pondrá en tu alma más amor aún.
Cuenta el Evangelista San Lucas que Jesús estaba orando…: ¡cómo sería la oración de Jesús! Contempla despacio esta realidad: los discípulos tratan a Jesucristo y, en esas conversaciones, el Señor les enseña -también con las obras- cómo han de orar, y el gran portento de la misericordia divina: que somos hijos de Dios, y que podemos dirigirnos a El, como un hijo habla a su Padre.
Si amas al Señor, “necesariamente” has de notar el bendito peso de las almas, para llevarlas a Dios.
Para quien quiere vivir de Amor con mayúscula, el término medio es muy poco, es cicatería, cálculo ruin.
¡Dios mío, enséñame a amar! -¡Dios mío, enséñame a orar!
Debemos pedir a Dios la fe, la esperanza, la caridad, con humildad, con oración perseverante, con una conducta honrada y con costumbres limpias.
Has de tener la mesura, la fortaleza, el sentido de responsabilidad que adquieren muchos a la vuelta de los años, con la vejez. Alcanzarás todo esto, siendo joven, si no me pierdes el sentido sobrenatural de hijo de Dios: porque El te dará, más que a los ancianos, esas condiciones convenientes para hacer tu labor de apóstol.
Gozas de una alegría interior y de una paz, que no cambias por nada. Dios está aquí: no hay cosa mejor que contarle a El las penas, para que dejen de ser penas.
Dulce Madre…, llévanos hasta la locura que haga, a otros, locos de nuestro Cristo. Dulce Señora María: que el Amor no sea, en nosotros, falso incendio de fuegos fatuos, producto a veces de cadáveres descompuestos…: que sea verdadero incendio voraz, que prenda y queme cuanto toque.
Valiente no es el que no sintió miedo sino el que llegó a vencerlo.
Amar no significa que nunca te decepcionaste sino que encontraste el motivo justo para superar la decepción.
Ser creativo no equivale a partir de la nada; a menudo consiste en conectar dos cosas que nadie había relacionado antes.
La sabiduría no es simple acumulación de conocimiento; hay quien acumula opiniones pero desconoce la verdad.
Una persona de carácter no es la que derriba a otros sino la que derriba lo que derribó a otros, para mejor levantarlos.
No hay que confundir la gravedad de un pecado con la vergüenza que sentimos de nombrarlo.
“Hacer silencio” todavía no significa escuchar; aunque puede ser un buen comienzo.
No confundamos trabajar con estar agitado, tenso o agobiado.
Las mejores ideas son como las mariposas: suelen posarse donde hay luz y hay paz.
Hay varios impostores de la esperanza cristiana: la fantasía; la negación de la realidad; la famosa “fe en uno mismo;” la “buena onda” o “buena energía;” la Programación Neuro-Lingüística; el llamado pensamiento “positivo,” o el “echarle ganas.” La esperanza cristiana es MÁS que todo ello y tiene su fundamento en Dios, su raíz en la fe madura y su fruto, algo en esta tierra, pero sobre todo, más allá.
Cuando se ama mucho a una persona, se desea saber todo lo que a ella se refiere. -Medítalo: ¿tú tienes hambre de conocer a Cristo? Porque… con esa medida le amas.
La caridad en la presente vida puede recibir aumento. Somos, en efecto, viadores porque caminamos hacia Dios, último fin de nuestra bienaventuranza. En este camino, tanto más adelantamos cuanto más nos acercamos a Dios, a quien nos acercamos no a pasos corporales, sino con el afecto de nuestra alma. Este acercamiento es obra de la caridad, pues por ella la mente se une a Dios. Por eso es condición de la caridad de la presente vida que pueda crecer, pues de lo contrario cesaría el caminar. Y ésta es la razón por la que el Apóstol llama a la caridad camino diciendo: Os indico un camino más excelente (1 Cor 12,31). (S. Th., II-II, q.24, a.4, resp.)
[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]
Nuestra vida es cristiana es camino, es victoria progresiva en la cual no estamos solos porque contamos con el auxilio del amor divino.
Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]¡Qué deuda la tuya con tu Padre-Dios! -Te ha dado el ser, la inteligencia, la voluntad…; te ha dado la gracia: el Espíritu Santo; Jesús, en la Hostia; la filiación divina; la Santísima Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra; te ha dado la posibilidad de participar en la Santa Misa y te concede el perdón de tus pecados, ¡tantas veces su perdón!; te ha dado dones sin cuento, algunos extraordinarios… -Dime, hijo: ¿cómo has correspondido?, ¿cómo correspondes?
No tengo que entenderlo todo lo que debo entender es que hay un Dios que con su bondad y sabiduría es capaz de sostenerme siempre.
Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]El camino de la fe es reconocer que Dios existe, aceptar el contenido de la doctrina de la Iglesia y confiar plenamente en Aquel me ha amado.
Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]Pregúntate cómo católico si estás siendo fiel a la enseñanza sobre la centralidad del sacrificio redentor de Cristo y del poder del Espíritu Santo para hacer de nosotros creaturas nuevas.
Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]Si quieres simplemente agradar a los hombres ya no serás discípulo de Cristo, escoge el camino de fidelidad a Él. El Evangelio te lo dio Dios y ante Él tienes que responder.
Podcast: Play in new window | Download
Subscribe: RSS
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]1. Que la gracia de Dios nunca deje de sorprendernos.
2. Que conservemos la conciencia de la gratuidad y no empecemos a adueñarnos de las instituciones y los cargos.
3. Que la mirada del Señor nos permita comprender y vivir su Palabra.
4. Que nunca nos creamos tan sanos como para ver el Evangelio como remedio para otros y ya no para nosotros.
“Para dar una idea de ello, hemos imaginado diez preguntas que podríamos hacerle al cardenal Caffarra, y cuya respuesta, extraída de aquí y de allá en sus páginas, muestra una asombrosa capacidad para transmitir ideas fuertes, sólidas y contra la corriente dominante con gran sencillez y al alcance de cualquier oyente o lector…”
Haz clic aquí!