Ejercicios sobre el perdón, 5

Génesis de nuestros sentimientos y emociones

Dolor en GuatemalaLes invito a continuar nuestra reflexión sobre los sentimientos. Cualquier acontecimiento puede ser ocasión de emociones, por ejemplo, la vista de un relámpago, de un paisaje maravilloso, una fiera suelta, oír el rugido de una tempestad, de un león, los insultos de un adversario; experimentar la muerte de un ser querido, una enfermedad, un fracaso, el recuerdo vivo de una humillación. Todo lo anterior puede dar pie al temor, a la ira, a la tristeza, al dolor, al gozo. Del mismo modo, la presencia de una persona querida, sus palabras de aliento, sus regalos serán ocasión de amor, de alegría, de seguridad.

Las imágenes o ideas especulativas interesan solo al entendimiento; las decisiones, a la voluntad. Pero hay experiencias, ideas y recuerdos con carga afectiva de temor o esperanza, de alegría o de tristeza, de odio, ira, amor, etc., que afectan a todo el ser; y parecen incrustarse en nuestro cuerpo y tienden a continuar en nuestra alma, influenciando nuestra personalidad. Son los sentimientos y emociones en los que vibran nuestros nervios y todo nuestro ser ante la felicidad o su ausencia: emociones positivas ante la dicha real o imaginaria; emociones negativas ante la desdicha.

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Ejercicios sobre el perdón, 4

Tomar Conciencia de nuestros Sentimientos
(Jn 11,33-36; Lc 7, 11-16)

P. Jaime ForeroLes invito a continuar nuestra reflexionar sobre esa realidad fundamental de la persona humana, nuestros sentimientos y su comunicación. Los sentimientos anteceden al perdón, que no depende de ellos, sino de la voluntad. Un sentimiento que ha sido herido necesita del perdón. De todos modos necesitamos tomar conciencia de nuestros sentimientos, partir de ellos y reabrir así los canales de un auténtico perdón. En nuestra cultura pasamos por alto lo que sentimos ante determinados hechos. Los guardamos y nos quedamos con una energía que se va represando en nuestro interior. Cuanto más reprimamos nuestros sentimientos, más nos perjudicamos vitalmente. Veremos cómo Jesús, nuestro modelo, tuvo una riquísima vida afectiva, rodeándose de amigos, con quienes compartía hasta sus más íntimos sentimientos. Su comunidad apostólica era una escuela de intercambio de sentimientos, como aparece en el Evangelio.

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Ejercicios sobre el perdón, 3

Los Sentimientos
(Jn 11, 33-36; Lc 7, 11-17; Lc 7, 36-50; Filp 2,5)

SorpresaLes invito a iniciar una reflexión sobre los sentimientos y su naturaleza. El hombre obra y se mueve por sentimientos, aunque de pronto no les pone mucha atención, los considera algo perfectamente natural. Somos afectivos por naturaleza y respondemos afectivamente en todo el contexto de nuestra existencia. Con la afectividad expresamos la capacidad y la necesidad que tenemos de amar y de ser amados; por ella somos capaces de experimentar sentimientos, emociones y pasiones. En nuestra reflexión nos acercaremos al modelo de todo hombre y mujer: Jesucristo Dios y hombre. El tuvo grandes sentimientos, por eso tuvo amigos. Cuando uno de ellos, Lázaro, murió, fue para ver el lugar donde le habían colocado. Allí se encontró con María, hermana de este. Ella sufría sobrecogida de dolor. Al verla se conmovió profundamente, pues había muerto alguien a quien los dos amaban. Ante la tumba, no solo lloró por la muerte de su amigo, sino por el dolor de su amiga María. Tener buen corazón y buenos sentimientos es la clave de la felicidad y la verdadera riqueza. Iniciaremos ahora nuestra reflexión sobre los sentimientos en general y en el siguiente tema abordaremos nuestra reflexión sobre los sentimientos de Jesús.

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Ejercicios sobre el perdón, 2

Los ojos mágicos

MiradaLes invito a iniciar nuestra reflexión sobre el perdón, partiendo de un hecho que puede iluminar a muchos y de pronto desbloquear los propios sentimientos. A veces es tanto el trabajo y son tantos los problemas familiares que no nos damos cuenta de la urgencia de dedicar tiempo al Señor para que cure nuestro interior y nos ayude, también, a curar ciertas enfermedades corporales. Al reflexionar sobre el hecho que les propongo puede darse una liberación progresiva, pues este nos puede ayudar a descubrir y aceptar algunos sentimientos reprimidos. Ha habido personas que sólo con dar el perdón a sus familiares por sus numerosas ausencias y su casi total desinterés por ellos, empezaron a cicatrizar sus úlceras y a curar otras enfermedades. Ahí les entrego el hecho.

En un pueblito tranquilo, se alzaba una granja, habitada por su propietario, panadero y su esposa. Alfredo, que así podemos llamar al panadero, es un hombre alto, delgado, íntegro, honesto, orgulloso, poco hablador. La gente le respeta y le teme. Cuando habla es para pronunciar sentencias sobre el valor del trabajo o la seriedad de la vida. Su mujer, Adela, es una mujer pequeña y gorda, sus brazos redondos como su vientre y sus caderas, y siempre tiene una sonrisa acogedora y una palabra afable. La gente disfruta de su compañía. Ella respeta a su virtuoso esposo, pero sufre en silencio por su marido tan parco en palabras y caricias para con ella. Su corazón anhela de él algo más que su valiosa rectitud. Lamenta en el alma haberse casado con este “gran trabajador”, admiración de su difunto padre. Es verdad que con Alfredo vive bien y él le es fiel; pero, vive tan absorto por su trabajo, que no le queda tiempo para la intimidad y el placer con su esposa.

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Ejercicios sobre el perdón, 1

P. Jaime ForeroEl P. Jaime Forero, Terciario Capuchino, falleció no hace mucho después de dolorosa enfermedad, dejando tras de sí una estela de amables recuerdos por el don de su amistad, por sus servicios a su Comunidad Religiosa, y por su fecundo ministerio sacerdotal. Quiso él compilar una serie de reflexiones teórico-prácticas sobre esa área de la vida que a todos nos interesa porque todos necesitamos alguna vez en la vida: el perdón. Nos proponemos presentar aquí estos escritos suyos sobre la experiencia liberadora de perdonar, con la doble convicción de que serán de inmenso provecho para muchos de nuestros lectores y que el mismo P. Jaime acompañará con su bendición y su sonrisa el camino que todos hemos de recorrer para aprender del Corazón de Cristo cómo llevar vidas más sanas y libres, gracias al perdón. La importancia del tema nos mueve además a ceder nuestras ediciones de los días martes a esta causa, de modo que quienes coleccionan este boletín pueden iniciar desde hoy una serie que les va a servir en gran manera, lo mismo que a sus familias, grupos de oración y demás comunidades. ¡Bendiciones a todos!

INTRODUCCIÓN

El hombre fue creado para el amor y en vivirlo consiste su plenitud y su felicidad. Si no hubiese cometido el pecado no habría dejado de vivir el amor. Pero una vez le falló a Dios entró en su vida el desamor, el egoísmo y ya no sigue espontáneamente el camino del amor, sino el del egoísmo que trae una secuela de sentimientos negativos que le frustran en la vivencia del amor y le alejan del Señor y de los hermanos. La síntesis de esos sentimientos negativos se llama incapacidad para perdonar.

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Morir haciendo el bien

Sheffield inundadoMike Barnett, de 28 años murió haciendo el bien. Fue a ayudar a su abuelo, cuya casa se estaba anegando rápidamente por las torrenciales lluvias que han azotado el centro y sur de Inglaterra estos días de finales de junio de 2007. Mientras el nivel de agua subía, Mike intentó destapar un drenaje que debería aliviar la situación. Desafortunadamente su pie quedó atrapado en una reja y aunque muchas personas, incluyendo vecinos, bomberos y guardias hicieron esfuerzos desesperados durante cuatro horas, Mike murió no por ahogamiento sino por hipotermia. Todo se intentó, incluyendo el esfuerzo de buzos, darle un aparato de respiración de buceo, e incluso se consideró amputarle la pierna, pero el rápido ascenso del agua bajó la temperatura de su cuerpo demasiado pronto y el buen hombre colapsó y falleció ante los ojos impotentes de vecinos y de todos los que se esforzaron minuto a minuto por salvarle la vida.

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¿Cómo Evangelizar Hoy?

Cruz

Evangelizar…

Con ardor pero sin angustia;
con fervor pero sin fanatismo;
con convicción pero sin presunción.

Evangelizar…

Como quien cuenta una historia
que empezó hace tantos años
y es tan joven como la mañana.

Evangelizar…

Sabiendo que el mapa de la bondad,
el mapa de la verdad
y el mapa de la fe
sólo al final coinciden.

Evangelizar…

Con la alegría del que nada merecía
y siendo así indigno fue amado,
y tanto le amaron que arde ya en fuego
y entre llamas habla de un amor inmenso.

Evangelizar…

Con voces de esperanza,
que dan risa y dan llanto;
con acento de Cielo,
que mueve a danza y canto.

Evangelizar…

Entendiéndolos más de lo que ellos nos entienden;
amándolos más de lo que ellos pueden amarnos;
arriesgando más de lo que nadie arriesgaría.

Evangelizar…

Celebrando el sol más allá de la noche,
saludando la gloria desde la cruz de ignominia;
viendo lo que nadie ve,
dejando morir de hambre a la mentira.

Evangelizar…

Con una canción más fuerte que el silencio,
una que sane a quien ya no lo espera,
y abrume con amor al que aprendió a burlarse,
y abrace con piedad al que muere en su hielo.

Evangelizar…

Sabiendo que cosecharemos bienes
que no hemos sembrado,
y sembraremos bienes
que no habremos de cosechar.

Evangelizar…

Cada día un poco más y un poco mejor.
¡Sí! Que la muerte te encuentre anunciando a Jesús
y al encuentro con Jesús venzas tú a la muerte.

Misericordia, Fuente de Paz

[flv:/videos/misericordia_fuente_de_paz.flv 320 240]

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Passio Domini Nostri Iesu Christi

Viernes Santo

Cuatro ríos tenía el Paraíso
que por otro nombre se le llama Edén.
Mas si miro a Jerusalén
cuatro fuentes yo también diviso;
cuatro tan preciosos ríos
que Jesús, el Cristo, hizo correr.

El primero fue su propia Sangre
que brota fúlgida desde la Cruz.
Te alabamos, oh Señor Jesús,
ante el río santo y admirable
que de tus llagas mana sin cansarse
para dar a todos la salud.

Otro río fue de puro llanto:
los diamantes que hizo tu dolor.
Tus ojos, Cristo Salvador,
sobre aquella Ciudad ya se posaron
y lágrimas de amor los arrasaron,
al ímpetu dulce de tu Corazón.

El sudor, como un torrente humilde,
fue testigo de tu carga cruel.
Por las calles de Jerusalén
llevas, Cristo, un peso que oprime,
pero también el amor sublime
que a ese peso lo levanta bien.

El amor, ese es el cuarto río:
amor tan bello, puro manantial,
amor divino, música de paz,
diluvio santo que, de ti nacido,
al verdadero y santo paraíso
un día nos habrá de guiar.

In Coena Domini

Jueves Santo

Hay que partirse para repartirse,
y para quedarse hay que saber partir:
se fue Jesús para ya nunca irse,
murió Jesús para ya no morir.

Hay que partirse para compartirse:
sólo el dolor es fuego y crisol;
sola la Cruz hizo la Carne Virgen
el Alimento de mi corazón.

Hay que partirse para despedirse
hay que romperse para a todos dar;
Cristo bendito, ¡cuánto entendiste,
cuando tu pecho se trocó en altar!

We Need Mary

The Blessed Virgin Mary was evangelised by the Holy Archangel Gabriel. We can see the whole scene of the Annunciation as a defining moment in transmitting the gospel, that is, as a profound and beautiful lesson on evangelising.

Had you ever note that evangelising has an ‘angel’ within? It is not a pun–it goes down to the Greek roots of our own language. Angelos, in Greek, means: messenger; Eu-aggelon means: good news. Evangelise is to be like an Angel, like a new Gabriel telling people the great news of God’s love.

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Jesus, at the Very Centre

It is most familiar to everybody that the Hail Mary has two parts. Not always we realize though that the very joint of these two parts is precisely the Holiest Name of Our Lord, Jesus Christ. I think it is good to remember this fact and to meditate a bit on it, for it certainly is not a coincidence.

In the Hail Mary, Jesus is first mentioned as the blessed fruit of Mary’s womb; then He is explicitly named. The interesting fact is that we have two versions in the Bible about how this came to be the name of the Holy Infant. According to Mathew 1,21, it is Joseph who hears from an angelic voice: “She [Mary] will give birth to a son, and you are to name him Jesus, because he is the one who will save his people from their sins.” According to Luke’s version there is even more to this name, for St. Gabriel affirms to Mary: “You have found favour with God. Listen! You will become pregnant and give birth to a son, and you are to name him Jesus. He will be great and will be called the Son of the Most High, and the Lord God will give him the throne of his forefather David. He will rule over the house of Jacob forever, and his kingdom will never end.” (Luke 1,30-33).
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Conversión y Penitencia

Hermanos Muy Queridos:

Vamos a compartir una reflexión sobre lo que significa conversion y penitencia.

Cualquier época del año es apropiada para esta reflexión porque como creyentes, como cristianos, estamos siempre llamados a responder a la Palabra de Dios.

Y como nos decía una lectura de la Misa hace poco, el Señor nos está llamando a la santidad, quiere decir que mientras no alcancemos esa meta, siempre hay lugar para cambio, para transformación, renovación, o dicho con otras palabras, nuestra vida cristiana siempre es camino de conversión.

Por eso, una reflexión sobre la conversión viene siempre a tiempo. Si somos de Cristo hay una palabra que siempre se puede decir y es: “conviértete y cree en el Evangelio”.

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The Penitential Dimension of the Hail Mary

I am often amazed at the richness of the Hail Mary. In spite of its brevity, it is nothing less than a concise treatise of theology, a beautiful liturgical prayer, a great source of personal meditation, a manual for nourishing preaching, a reliable picture of the Blessed Virgin’s true greatness, a model for genuine Christian life, and a sort of hub that leads to some of the finest works in art, poetry, painting and music.

It is also a place for different kinds of spiritual exercise. In the Hail Mary we are encouraged to praise, to thank, to ask for, to trust even more. Faith, Hope and Love fit well in the inner harmony of Heaven and Earth that is so characteristic of this beloved prayer. Heaven makes heard its voice through the Archangel; the Earth replies through the voices of the believers, using a humbler tone to ask for intercession and help.

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