¡Grítaselo fuerte, que ese grito es chifladura de enamorado!: Señor, aunque te amo…, ¡no te fíes de mí! ¡Atame a Ti, cada día más!
No lo dudes: el corazón ha sido creado para amar. Metamos, pues, a Nuestro Señor Jesucristo en todos los amores nuestros. Si no, el corazón vacío toma venganza, y se llena de las bajezas más despreciables.
No existe corazón más humano que el de una criatura que rebosa sentido sobrenatural. Piensa en Santa María, la llena de gracia, Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa de Dios Espíritu Santo: en su Corazón cabe la humanidad entera sin diferencias ni discriminaciones. -Cada uno es su hijo, su hija.