Confusionismo. -Supe que vacilaba la rectitud de tu criterio. Y, para que me entendieras, te escribí: el diablo tiene la cara muy fea, y, como sabe tanto, no se expone a que le veamos los cuernos. No va de frente. -Por eso, ¡cuántas veces viene con disfraz de nobleza y hasta de espiritualidad!
Dice el Señor: “Un mandato nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. En esto conocerán que sois mis discípulos”. -Y San Pablo: “Llevad unos la carga de los otros, y así cumpliréis la ley de Cristo”. -Yo no te digo nada.
No olvides, hijo, que para ti en la tierra sólo hay un mal, que habrás de temer, y evitar con la gracia divina: el pecado.