LA GRACIA 2021/11/13 La naturaleza obedece a su Creador

(1) Es parte de nuestra fe reconocer los milagros porque la naturaleza obedece a Dios; (2) No debemos justificar el pecado por la naturaleza; (3) No caer en el ecologismo creyendo que la naturaleza es independiente o superior al plan de Dios.

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Qué es y qué no es la sinodalidad

¿Qué es realmente la sinodalidad? Ha estado siempre en la esencia de la Iglesia. Sínodo significa “caminar juntos”. El cristianismo fue definido como “Camino” en los Hechos de los Apóstoles; los cristianos eran “seguidores del Camino”. La palabra griega para “camino” es hódos.

La palabra hódos significa camino en sentido literal: el medio por el que se avanza hacia una meta. ¿Cuál es la meta? Cristo. Él es el Camino hacia sí mismo como meta, que es la Verdad y la Vida (s. Agustín). Sínodo es caminar juntos hacia Cristo, que es la Verdad.

Hódos significa también “modo de vivir” en sentido moral. Los cristianos eran seguidores del Camino porque seguían las enseñanzas morales del Evangelio. Iban por el “buen camino”, por la senda estrecha que lleva a la salvación: la Ley de Dios, la ley del amor.

Sínodo entonces significa vivir juntos la moral evangélica, ayudándonos a cumplirla, sin rebajarla o acomodarla. La senda es estrecha, y por ello debemos ayudarnos a ir por ella, y llevar a otros a esa senda, para que no se pierdan.

¿Y a dónde lleva esa senda? A la Verdad y a la Vida. Sínodo es caminar juntos guiados por la verdad, que es Cristo. La verdad no es opinable ni mudable, el Evangelio no cambia, y la ley moral, que se desprende del amor, es inmutable.

Solo caminando juntos conforme a la Verdad, tendremos la Vida, ya que “la verdad os hará libres”. Sínodo es caminar juntos por Cristo, el Camino, viviendo conforme a la Verdad para tener Vida.

Y a ese Camino invitamos a los no creyentes, para que abandonen la senda de la perdición y se conviertan a la verdad. Juntos, como Iglesia, damos testimonio de la verdad a los que andan descarriados para que la reconozcan y cambien de vida y así sean felices. Esto es sinodalidad

Entonces, sinodalidad no es escuchar a los que andan por otros caminos para llegar a un acuerdo; es escucharles para después dialogar y tratar de persuadirles para que abandonen los caminos que no llevan a la vida y abracen la fe en Cristo, único camino al Padre.

Sinodalidad no es aceptar una moral contra la del Evangelio o la enseñanza de la Iglesia por el mero hecho de que la defiendan algunos cristianos. El Camino, la moral cristiana, es la que es. Caminar juntos implica vivir juntos esta moral, no pretender cambiarla.

Sinodalidad no es admitir una pluralidad de verdades, sino aceptar que solo hay una Verdad y solo hay un Camino para llegar a ella, e invitar a los no creyentes a que abracen está verdad única y así tengan Vida eterna.

Sinodalidad no es decirle al mundo que lo que hace está bien y que no pasa nada; es iluminar desde la verdad lo errado de los caminos que llevan lejos de Dios y de la Verdad, para que los extraviados puedan volver al buen Camino.

Sinodalidad no es votar democráticamente lo que la Iglesia debe hacer o enseñar, sino acercarse a cada ser humano en sus circunstancias y su lenguaje para mostrarle la única Verdad, que no está al arbitrio de las modas de los tiempos.

Sinodalidad no es acercarse a la gente sin que nos importe su modo de vida, sino sabiendo que el único modo de vida que lleva a la salvación es la moral evangélica, el seguimiento de Cristo, la aceptación de la Verdad por la fe; y anunciándolo así a todos.

Así pues, aprovechemos el Sínodo sobre la sinodalidad para lo que es: redescubrir a Cristo como único Camino, su palabra como única Verdad, y su moral como única Vida, y ofrecérselo así a los hombres de nuestro tiempo para que caminen junto con nosotros al cielo.

P. Jesús Silva, en su cuenta de Twitter (@elpadrejesus_)

«Sois una carta de Cristo» (2 Cor. 3,3)

«Sois una carta de Cristo» (2 Cor. 3,3)

Todo esto lo expresa San Pablo de una manera maravillosa sirviéndose de una imagen bellísima (2 Cor. 3,1-6).

En polémica con los falsos apóstoles que andan presentando o pidiendo cartas de recomendación, Pablo les dice a los corintios que él no necesita ese tipo de cartas, pues ellos mismos son su carta: una comunidad transformada por el Evangelio es la mejor prueba de la autenticidad de su apostolado (cf. 1 Cor. 9, 1-2).

Sin embargo, inmediatamente después de decir: «vosotros sois nuestra carta», matiza afirmando: «sois una carta de Cristo». Evidentemente, él sabe muy bien que no es en absoluto el principal agente de la transformación operada en los corintios; ha sido Cristo mismo quien la ha realizado, aunque -eso sí- con su colaboración («redactada por ministerio nuestro»).

Ahora bien, la colaboración de Pablo con Cristo ha sido la de servir de instrumento a la acción del Espíritu: mediante su ministerio, la acción del Espíritu ha ido escribiendo «en el corazón» de los corintios esa carta; ha realizado esa transformación profunda que ahora se manifiesta al exterior y puede ser «conocida y leída por todos los hombres».

En estos versículos no se habla explícitamente de la predicación, pero todo el contexto demuestra claramente que el «ministerio» de que se habla es precisamente el anuncio del Evangelio.


El autor de esta obra es el sacerdote español Julio Alonso Ampuero, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

ROSARIO de las Semanas 2021/11/11

#RosarioFrayNelson para el Jueves:
Contemplamos los Misterios de la vida pública del Señor

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que es bautizado por Juan en el Jordán y recibe la unción del Espíritu Santo.
  2. En el segundo misterio de la vida pública contemplamos que el diablo tienta a Jesús en el desierto pero al final tiene que retirarse derrotado.
  3. En el tercer misterio de la vida pública contemplamos las bodas en Caná de Galilea, donde Cristo dio su primera señal como Mesías.
  4. En el cuarto misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que predica la Buena Nueva a los pobres.
  5. En el quinto misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que llama a algunos discípulos para que estén con él y sean sus apóstoles.
  6. En el sexto misterio de la vida pública contemplamos la transfiguración del Señor, verdadero anuncio de su pasión y de su pascua.
  7. En el séptimo misterio de la vida pública contemplamos la institución de la Eucaristía y el mandamiento de amar como Jesús nos ha amado.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

LA GRACIA 2021/11/12 El peligro de quedarnos con las creaturas y no llegar al Creador

Recordemos que hemos de preferir el Bien absoluto antes que los bienes terrenales, porque son pasajeros, y que lo recibido de Dios es para compartirlo con los demás.

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